Penélope Cruz llega a los Oscar dispuesta a disfrutar, se lleve o no el galardón. La actriz madrileña y su marido Javier Bardem viven un momento único por sus sendas nominaciones en un mismo año, un hito que solo han logrado contados matrimonios de la meca del cine. Sin la presión de la primera vez y después de haberse llevadon ambos el galardón en ediciones anteriores, el matrimonio parece más relajado y feliz que nunca. Tanto es así que de un tiempo a esta parte, la pareja ha dejado abrir una pequeña parcela de su vida que hasta ahora habían llevado con absoluta discreción: su vida familiar junto a sus hijos, Leo y Luna, de diez y ocho años, que han dejado de ser tan pequeños y ya van entendiendo a que se dedican sus padres.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
A pesar de que quieren seguir preservando su imagen con recelo, han comenzado a hablar con naturalidad de ellos. Precisamente a sus hijos les mandaron un saludo muy especial desde los Premios Goya, y Javier les dedicó su último cabezón. "A nuestros hijos, Leonardo y Luna, que son lo mejor que nos ha pasado en nuestra vida, mamá y papá os aman", fue la tierna dedicatoria. del protagonista de El buen patrón.
-Los hijos de Javier Bardem y Penélope Cruz, encantados con el papel de su padre en ‘La sirenita’
Del mismo modo, en una de las recientes entrevistas de Penélope con el popular presentador Seth Meyers, la intérprete de Madres paralelas, su séptima película con Pedro Almodóvar, habló de cómo habían recibido sus hijos sus nominaciones a los Oscar. "Se enteraron más tarde porque cuando lo dijeron en directo, aquí eran las dos y media, estaban en el colegio. Y cuando se lo contamos lo único que me preguntó mi hija es si haría una tarta para celebrarlo", comentó acerca de la reacción de Luna, de ocho años. "Ese fue el único comentario y creo que es una reacción muy sana", añadió Cruz, que está en su mejor momento como actriz y como mujer.
Su unión con Javier Bardem es sólida como una roca y han formado la familia que siempre desearon. Ya desde pequeña Penélope soñaba con ser madre. A sus hijos se dedican por completo. De hecho, tienen un acuerdo de no trabajar a la vez para que uno de ellos siempre esté en casa con los niños y si participan en el mismo reparto se llevan con ellos a los pequeños. En una de las entrevistas más sinceras e íntimas de Bardem para la revista Esquire, el protagonista de Loving Pablo confesó que hasta que no fue padre no supo lo que era "el amor incondicional". "Es increíble. Nos tienen en sus manos", dijo el intérprete, de 52 años, que reconocía que en su casa se pasaba horas jugando con Penélope y sus hijos. "Pasar dos semanas fuera de casa me parte el corazón, pero no solo emocionalmente, sino que tengo síntomas físicos", contaba.
A medida que los pequeños han ido creciendo, les han ido contando a qué se dedican, dándole "la importancia justa" a las galas de premios, con el único deseo de transmitirles su "amor a la profesión y el valorar tener la oportunidad de dedicarte a lo que te gusta", explicó la intérprete en una entrevista en la Cadena SER. Con edades próximas a la adolescencia, la pareja ha mostrado su preocupación en cuanto al uso de las nuevas tegnologías. Penélope y Javier tratan de proteger a sus dos hijos de las redes sociales. La protagonista de Madres paralelas concedió una entrevista a Rita Braver de CBS Sunday Morning y en ella habló de lo mucho que le preocupa que sus hijos crezcan bajo el influjo de las redes sociales. "Es casi si el mundo estuviera haciendo algún tipo de experimento con ellos. 'Oh, veamos ¿Qué sucede si expones a un niño de 12 años a tanta tecnología?", reflexiona. No hay protección para ellos, para los cerebros que aún se están desarrollando" y comentó que no les dejará un telefóno hasta que sean mucho mayores y no les permitirá que tengan las redes sociales hasta que al menos hayan cumplido 16 años. "Parece que soy parte de una minoría", admitió, pero considera esencial hacerlo para proteger la salud mental de sus hijos