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Se acerca el juicio final de Ernesto de Hannover

La reconciliación no está en la agenda, lleva años en guerra con su hijo mayor, el príncipe Ernesto, y este jueves tendrá lugar la vista oral. Está en juego el castillo de cuento de hadas de los Hannover y una herencia millonaria


22 de marzo de 2022 - 8:39 CET

El tiempo marcado por la guerra con su hijo mayor (Ernesto) llega a su fin. Después de dos años de batalla judicial y cinco de grave enfrentamiento personal, este 24 de marzo tendrá lugar la primera vista oral para resolver el conflicto de quién de los dos Ernestos se queda con la impresionante herencia  de los Hannover. O lo que os lo mismo, cuál será el futuro de las históricas propiedades de la legendaria dinastía.

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Ernesto de Hannover y su hijo mayor están enfrentados en el Tribunal Regional de la capital de Baja Sajonia desde hace dos años, pero la guerra familiar empezó hace cinco años.

Estaba previsto que el 25 de noviembre se vieran por primera vez las caras, pero la audiencia en el Tribunal Regional de Hannover fue cancelada levantándose, además, la orden de tener que comparecer personalmente padre e hijo. Pero, ahora, con cuatro meses de retraso y muchos interrogantes de por medio, ya no tienen que esperar más para el “juicio final”.

Este jueves se sabrá cuál de los dos príncipes debe ser considerado más creíble en la cruzada familiar. Es decir, si el jefe de la casa güelfa tiene derecho o no a recuperar lo que le había cedido a su hijo en sucesión anticipada entre 2004 y 2007 y si su heredero tomó o no decisiones equivocadas en detrimento de la familia, como dice su padre. La demanda está pendiente desde 2020. Y si para el ahijado del rey Felipe VI “no tiene fundamento” y, además, “las acusaciones que contiene son falsas”

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Ernesto de Hannover desobedeció a su padre, el jefe de la Casa, quien no bendijo su matrimonio con Ekaterina Malysheva, en la imagen de abajo, el día de su boda en un carruaje del siglo XIX. Ernesto de Hannover, Duque de Brunswick-Lüneburg y Príncipe de Gran Bretaña e Irlanda, y Ekaterina Malysheva se casaron en la Iglesia del Mercado de los Santos George y James (siglo XIV) de Hannover, en 2017. La diseñadora rusa rescató la tiara floral que perteneció a la princesa Victoria Luisa, abuela de la reina doña Sofía. La diadema no se había vuelto a ver desde que la princesa Carolina la llevara en 2004.

Para el príncipe (padre) lo tiene todo y se basa en la revocación de su donación como resultado de un enriquecimiento injusto al haberse apropiado de arte y antigüedades; y de un “gran ingratitud” por desatenderlo y negarle ayuda. Por ello, exige a su hijo que le devuelva el castillo de Marienburg, (la antigua residencia de verano de los güelfos al sur de Hannover); la propiedad de Calenberg en el municipio de Pattensen-Schulenburg y, el Palacio del Príncipe Herrenhausen, donde reside su heredero con su mujer, Ekaterina Malysheva y sus tres hijos.

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A la izquierda, Christian de Hannover y su mujer, la diseñadora Alessandra de Osma. A la derecha, la princesa Alexandra.

Pero no son sólo las propiedades, la guerra entre padre e hijo viene de atrás. Al menos desde que el príncipe heredero tomó la decisión de casarse con la diseñadora de origen ruso Katya Malysheva, en 2017. Un matrimonio que no aprobó y que los llevó a distanciarse por completo. Tanto es así que no conocería ni a sus tres nietos, Elisabeth, August y Eleonora, nacida en julio de 2021.

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En las imágenes, el Castillo de Marienburg, en la Baja Sajonia, que era la antigua residencia de verano de los güelfos al sur de Hannover. Ernesto de Hannover exige a su hijo que se lo devuelva.

Durante años, Ernesto ha tenido tropiezos con la ley debido a su comportamiento agresivo con la policía, los medios y los fotógrafos y ha estado realmente aislado y solo en su cabaña de Grünau, en Austria, pero ahora parece un poco más tranquilo. A finales del 2021, su abogado, Otto Dietrich, decía que “su salud ha mejorado mucho. Quiere tener paz y tranquilidad y dedicarse a su recuperación”. Con su imperio en “jaque”, el príncipe atraviesa un buen momento personal.

Ha tenido varias relaciones desde que se separó de la princesa Carolina (2009), tras diez años de matrimonio y una hija en común, la princesa Alexandra, pero ninguna ha prometido tanto como la última. Claudia Stilianopoulos ha conquistado a lo grande el corazón del jefe de la casa güelfa y, aunque siguen viviendo en casas diferentes, podría decirse que el príncipe es ya es uno más en la familia y en la pandilla de la artista. Es el cuento al revés: es ella la que rescata al príncipe.

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En la imagen de arriba, Ernesto de Hannover y Claudia Stilianopoulos paseando por el centro de Madrid. La escultora, madre de dos hijas, le ha robado el corazón. Hasta que no empezó su relación con la artista española el príncipe (26 de febrero de 1954) vivía solo y aislado en Grünau, Austria, pero ahora pasa cada vez más tiempo en España. Abajo, en su papel de abuelo, paseando con su hijo Christian, la esposa de éste, Alessandra de Osma, y sus nietos.