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Amancio Ortega se incorpora al selecto club de propietarios de superyates de lujo con su última adquisición, el ‘Project 2024’. Un auténtico palacio flotante, valorado en 182 millones, que empezará a disfrutar en 2024.
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Desde que era muy joven siempre buscó el mar. Primero, desde tierra, cuando se instaló en A Coruña; y después, cuando su imperio empezó a ‘flotar’ desde la cubierta de sus barcos.
Ortega adquiría su primer yate, el Valoria, dos años después de que Inditex empezara a cotizar en bolsa, en el año 2003. Era una nave ‘modesta’ y sus características se ajustaban a la forma de ser del empresario: humildad y discreción. 31.50 metros de eslora y 6.38 de manga con tres camarotes dobles, tres individuales y una suite. Lo fabricó la empresa italiana Majora Yactchs y le costó seis millones de euros.
Catorce años después, en 2017, cuando Amancio Ortega ya no ostentaba la presidencia de Inditex y disponía de más tiempo libre cambió de registro y se dio el primer capricho adquiriendo al astillero holandés Feadship su primer megayate, el Drizzle, por 95 millones de euros. Una joya de 67 metros de eslora y 11 de manga, con siete camarotes, tres comedores, gimnasio, piscina, spa, sala de cine y tres grandes cubiertas.
El empresario empezó a disfrutar de sus vacaciones de verano en familia por aguas del Mediterráneo con el Drizzle (llovizna en inglés), que tiene su base en el puerto maltés de La Valeta, pero echaba de menos el Atlántico y se hizo con otra nave, el Valoria B para seguir navegando por el litoral gallego.
Lo adquirió en el mismo astillero, Feadship, en 2018, por 30 millones de euros, mide 47 metros de eslora y tiene cinco camarotes, tres cubiertas, y el exterior es de madera de teca con detalles en acero inoxidable.
Con base en Sanxenxo, no conoce más aguas que las de la ría de Pontevedra, pero es posible que el ‘pequeño’ Valoria, que lleva el nombre del pueblo de su madre, sea el que más satisfacciones le da.
La silueta de su yate asoma con mucha frecuencia por la ría de Aldán. Un trocito de costa espectacular con aguas turquesas y calas de arena blanca fina, donde tiene su paraíso, Arneles, O Hío. No es la cala más bonita de la veintena de arenales, pero sí la más tranquila y familiar.
‘Asegurada’ la ría de Pontevedra y con el mercado en un momento excepcional para la venta de grandes embarcaciones, Ortega ha dado otro paso, según Forbes, y se ha premiado con el capricho de su vida. Ha puesto en venta el Drizzle por un precio de salida de 76 millones de euros y ha vuelto a confiar en el astillero Feadship para adquirir un nuevo e impresionante navío de líneas modernas y futuristas, aunque planteado desde un concepto familiar.
Para este proyecto la empresa holandesa ha contado con la colaboración del prestigioso estudio Nauta Design. El director ejecutivo de Feadship, Jan-Bart Verkuyl, informa que el equipo de diseño ha tratado de incorporar las tendencias que dominan el mercado: sostenibilidad, innovación y diseño con visión de futuro.
El megayate de 72 metros de eslora contaría con un helipuerto en la proa y mucho vidrio transparente que facilite la conexión entre el interior y el exterior a través de grandes ventanas. El espacio interior ocupa una superficie de 564 metros cuadrados completamente personalizables que incluyen una suite principal de manga completa, un camarote VIP y ocho adicionales que se pueden organizar como dobles.
La cubierta superior se divide en tres zonas diferentes. La de proa está equipada con un jacuzzi circular y habilitada para tomar el sol; la central se dedica a un comedor para 12 comensales protegido por cortavientos transparentes; y en la de popa, habrá un bar. Todas las cubiertas se comunican con ascensores para los invitados y la tripulación.
En la cubierta principal, se encuentra el salón principal y un comedor con ventanas de altura completa y vistas panorámicas al océano. Un añadido destacado es el ‘club de playa’ que se ubica detrás de la cubierta inferior y el diseño que incluye alas laterales plegables con las que se puede aumentar un 80% la superficie del yate. El yate también cuenta con una terraza abatible en el lado de estribor, un parque infantil para sus nietos y una piscina en la cubierta inferior en la que poder disfrutar de un baño con vistas al mar.