El próximo 14 de mayo Turín acogerá a los diferentes artistas europeos que lucharán por el hacerse con el triunfo en el festival de Eurovisión. Una gran final en la que la música tenderá puentes y unirá culturas un año más, un espíritu que enarbolan en esta ocasión con más fuerza a causa de la guerra que se libra en Ucrania. Los países se han unido en su condena al ataque de Rusia, lo que ha provocado que el certamen, como medida excepcional, haya vetado a la delegación rusa, que no tomará parte en la competición. Sí lo hará, al menos así está previsto, el grupo representante de Ucrania, aunque las dificultades que está enfrentando son, sin duda, numerosas.
La Kalush Orchestra aceptó llevar al certamen su tema Stefania, tras la retirada de Alina Pash (se criticó un viaje que hizo en 2015 a Crimea en pleno conflicto con los rusos). Competirán en la primera semifinal el 10 de mayo y ya se han convertido en firmes favoritos en las apuestas de los eurofans. Su camino hasta Turín está sin embargo lleno de obstáculos pues cada uno de los componentes del grupo está en un lugar de Ucrania ensayando su parte por separado. No solo eso sino que algunos participan activamente en la defensa de su país, bien como voluntarios haciendo llegar ayuda a la población o como parte de la línea de defensa.
El vocalista Oleh Psiuk por ejemplo dirige un grupo de voluntarios que se dedica a reunir y distribuir medicamentos y ayudar a aquellos que huyen del conflicto. Otro de los miembros del conjunto forma parte de una unidad de defensa territorial, como informa la agencia Reuters. “No puedo disfrutarlo mientras estoy preocupado por mis seres queridos” respondió Psiuk a la cita agencia sobre el hecho de ser uno de los favoritos. “La guerra nos separó de mi novia. Ella está a 300 kilómetros de mí. No podemos reunirnos porque es muy peligroso” explicó añadiendo que ella también colabora con la lucha desde un búnker haciendo cócteles molotov.
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Entre los planes del grupo está reunirse en Lviv para ensayar todos juntos el tema, convertido ya en himno para el país, como detalló Psiuk. Él ve en el escenario europeo un vehículo para concienciar a la gente de lo que está ocurriendo. “No hay garantías de que no le va a pasar a tu país. También pensábamos que no nos iba a pasar a nosotros. Por eso vamos a detenerlo lo antes posible”. Y concluyó rotundo: “Queremos que la paz finalmente llegue a Ucrania”. Estos días los participantes están grabando los videoclips de sus canciones, un plan B por si el grupo no puede actuar en directo en Turín (debido a los contagios por coronavirus por ejemplo). El conjunto ucraniano intentará grabar en alguna ciudad cercana a la frontera con Polonia pues la capital, Kiev, queda descartada. Este sistema lo utilizó Islandia en la pasada edición, debido a que habían estado en contacto con alguien contagiado de coronavirus, y también Australia, que no pudo viajar por las restricciones.
La organización, aunque ha reiterado que es un organismo apolítico, declaró que tiene que proteger el prestigio de la cita, motivo por el que decidió vetar la participación rusa. “Nos mantenemos dedicados a proteger el significado de una competición que anima al intercambio cultural y el entendimiento, además de unir al público y celebrar la diversidad a través de la música y unir a Europa en un solo escenario" apuntó la Unión Europea de Radiodifusión en un comunicado.