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Una belleza cordobesa que no olvida los buenos momentos vividos en su infancia en esta ciudad monumental, cuando al grupo de niñas alegres que jugaban en los patios y en las plazas las llamaban ‘las felices’, y todavía hoy, a pesar de los años y los avatares de la vida, siguen siendo amigas y felices.
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Paloma Cuevas nos recibe en Córdoba como quien nos abre las puertas de su casa, de sus recuerdos, y nos descubre que ser feliz es una opción de vida y es la que ella ha tomado.
Después de su divorcio de Enrique Ponce, su primer novio, tras veinticuatro años de matrimonio y dos hijas en común, su vida ha dado un giro inesperado que la ha obligado a replantearse su presente y su futuro. Durante años, Paloma se dedicó en cuerpo y alma a su familia, a su marido, a sus compromisos profesionales, sus viajes, sus obligaciones, y muchas de sus inquietudes personales quedaron relegadas a un segundo plano. Ahora que vuelve a ser dueña de su tiempo, Paloma se ha puesto en marcha con varios proyectos empresariales, unos son públicos y otros no.
Rosa Clará, la reconocida diseñadora de vestidos de novia y fiesta, llevaba años insistiéndole para que colaborara con ella. Habían trabajado juntas algunas veces, cuando Paloma necesitaba un modelo para alguna ocasión especial, pero nunca había dado el salto a producir profesionalmente para otras mujeres. Ahora, aquel proyecto es una asombrosa realidad. La primera colección diseñada por Paloma Cuevas está aquí y ya ha diseñado la segunda. Así de espectacular nos presenta algunos de sus diseños ella misma en las fotografías de este reportaje, que une dos de sus pasiones: la moda y Córdoba.
“A veces, lo inesperado es un regalo. Por eso yo he dejado que la vida me sorprenda y la verdad es que, en este tiempo, me ha sorprendido y, a veces, de manera muy bonita. Me quedo con esto”
Pero su pasión primera, la más importante y a la que más tiempo, esfuerzo y dedicación consagra, son sus hijas. De ellas también nos habla en esta entrevista, con orgullo, con amor de madre… Paloma y Bianca son dos niñas llenas de creatividad, nos dice, con muchas inquietudes y mucha curiosidad por el mundo que las rodea. Otro sueño postergado ha sido, desde hace tiempo, el de vivir con ellas una temporada en Estados Unidos, donde ella pasó cinco años inolvidables y tiene grandes amigos. Tal vez, haya llegado el momento de hacerlo realidad.
Lo cierto es que cuando dejas que la vida te sorprenda, como nos comenta Paloma, ocurre que aparecen oportunidades nuevas: “Creo que se aprende más en momentos que no son fáciles que en momentos de felicidad. La vida te presenta dificultades y tú eres la que decide con qué actitud te vas a enfrentar a ella. Tenemos que priorizar pensamientos que construyan y no que destruyan”.
“Creo que se aprende más en momentos que no son fáciles. La vida te presenta dificultades y tú eres la que decide con qué actitud te vas a enfrentar a ellas”
—En las fotografías de este reportaje, en tu ciudad natal, Córdoba, luces algunos de los vestidos de la colección de fiesta que has diseñado para Rosa Clará, en la que llevas meses trabajando. Imagino que esta colaboración significa mucho para ti.
—Ha sido una experiencia muy bonita y enriquecedora. Rosa Clará es muy buena amiga mía —la considero mi familia—, es una mujer admirable y brillante en todas las facetas de la vida. Y trabajar con ella ha sido un auténtico regalo. Al ser tan amigas durante años, cuando Rosa ha hecho algún diseño para mí, muchas veces hemos colaborado las dos y este sueño que ahora ya es una realidad, el de diseñar una colección, lo habíamos hablado muchas veces. Ahora ha llegado el momento de llevarlo a cabo. Rosa y yo lo comentamos durante el confinamiento y fue algo simpático, porque, cuando al fin se pudo viajar, me hice una PCR y me fui conduciendo mi coche hasta Barcelona. Nos quedamos en su casa, porque, por la pandemia, no se podía viajar, y estuvimos allí trabajando juntas. Fue muy bonito. Rosa es una persona que transmite mucha paz y mucha sabiduría, que me ha aportado muchísimo.
—Es una aventura que te hace viajar mucho. Cuéntame a qué países has viajado durante estos meses por motivos de trabajo.
—La marca se vende en más de ochenta países y tiene más de cinco mil puntos de venta, y es importante estar en contacto con las clientas, saber lo que les gusta, lo que necesitan, etcétera. Y la verdad es que yo soy una apasionada de viajar. Disfruto muchísimo viajando, desde que era muy pequeñita me ha fascinado.
—¿Alguna vez te llevas a tus niñas contigo?
—Sí, nos encanta compartir todo. Tienen muchas aficiones, son muy creativas y sí, me han acompañado varias veces.
—¿Qué les parece a ellas este mundo de la moda, los viajes, la gente artista, las fotografías…, todo lo que significa trabajar para una firma de moda? ¿Les gustaría diseñar, como tú?
—Cuando fuimos a París para hacer el Alta costura de ¡HOLA!, disfrutaron muchísimo ese contacto con este mundo tan impresionante. Todavía son muy pequeñitas para saber si alguna seguirá mis pasos en el mundo de la moda, pero sí que son las dos muy creativas, unas apasionadas de todo lo que tiene que ver con el arte… Tienen grandes inquietudes, para lo pequeñas que son, por descubrir el mundo, son muy aventureras, y compartir esos momentos con ellas significa ir construyendo recuerdos, que es de lo que se trata la vida, de crear bonitos recuerdos que se queden en la memoria de ellas para siempre.
“Todos tenemos que aprender a estar solos en un momento dado, es esencial para la mente. Pero luego hay otros momentos que me encanta compartir con amigos, disfrutar, contar chistes, divertirme, bailar… Me encanta pasarlo bien”
—Paloma, eres una persona muy discreta y, desde hace meses, sabemos muy poco de ti. ¿Estás muy encerrada en casa?
—Siempre he sido muy celosa de mi intimidad. Eso es una realidad. Y voy a continuar siendo así toda la vida. Creo que es importante tener esa parcela para uno.
—Pero siempre has tenido muchos amigos y te ha gustado recibir en casa y celebrar los buenos momentos.
—Yo creo que soy una persona equilibrada. Hay que saber estar solo, en silencio, es muy saludable. Todos tenemos que aprender a estar solos en un momento dado. Porque es necesario cultivar el espíritu y alimentar la mente también. Pero luego hay otros momentos que me encanta compartir con amigos, disfrutar, contar chistes, divertirme, bailar… Me encanta pasarlo bien con mi familia y amigos.
—Siempre estás muy pendiente de tus padres, ¿verdad?
—Me encanta cuidar de mis padres. Creo que los padres se ocupan con auténtica dedicación de nosotros cuando somos niños y es un regalo del cielo poder devolverles esa atención, ese cariño y ese cuidado en su edad adulta, cuando ellos necesitan de nuestra atención. A mis padres tengo que agradecerles tanto, son maravillosos, el mejor ejemplo para mí, que me han transmitido valores muy importantes, como el perdón y la gratitud. Si hay un camino hacia la fortaleza, es la gratitud. Cicerón decía que la gratitud es la más grande de las virtudes, porque engendra todas las demás. Que las personas agradecidas se quedan siempre con lo positivo, con lo bueno que ven en los demás. Y poner en marcha esa memoria selectiva y positiva genera mucha paz. Es más fácil encontrar el lado positivo de la realidad que cambiarla. La gratitud es la mejor fórmula para transformar problemas en bendiciones y lo inesperado en un regalo.
—¿Qué echas de menos de tu etapa de vida anterior?
—Mi vida sigue siendo muy parecida, porque siempre ha consistido en priorizar a mi familia y a mis amigos. Ahora, lo que sí puedo es desarrollar varios proyectos que me ilusionaban. Yo siempre he intentado quedarme con lo positivo de la vida. La vida nos presenta desafíos a todos y todo depende de cómo los enfrentemos. Muchas veces hay que preguntarse ‘¿para qué?’ y no ‘¿por qué?’.
“Mi vida sigue siendo muy parecida, porque siempre ha consistido en priorizar a mi familia y a mis amigos”
—¿Estás abierta al amor? Eres exigente para compartir tu vida con alguien, ¿verdad?
—Mis hijas son mi prioridad. Dejo que la vida me sorprenda y es verdad que, en estos dos años, me ha sorprendido mucho y de manera muy bonita. Intento tener una memoria selectiva y quedarme con lo mejor de cada etapa de la vida.
—¿Te gustaría, en el futuro, volver a casarte?
—Ahora mismo, no pienso en ello. Digamos que dejaré que la vida me sorprenda.
—¿Cómo es en este momento tu relación con Enrique?
—A Enrique le deseo que sea muy feliz, es el padre de nuestras hijas, hemos crecido juntos y ninguna situación de la vida va a cambiar ese sentimiento, fundamentalmente, porque somos padres de dos niñas maravillosas.
—En este tiempo en el que has estado sola, ¿has aprendido algo sobre ti de lo que antes, tal vez, no eras consciente?
—Después de veintiocho años de relación, pienso que es fundamental un tiempo para uno mismo, es muy saludable, te ayuda a crecer interiormente. En estos meses he leído muchos libros de filosofía. Me quedo con una frase de Séneca que dice que ‘los problemas son fuente de crecimiento y avance’. Creo que hay que agradecer en la vida hasta lo que no entendemos, porque, al final, la vida es un misterio que merece la pena vivir y es sanador dejar que emerja el agradecimiento. De todo se puede aprender. No podemos cambiar la realidad, pero sí nuestra manera de verla. La gente no siempre nos hace cosas… La gente hace cosas y somos nosotros los que decidimos cómo queremos que nos afecten. Es importante en la vida priorizar el perdón, el agradecimiento, y enfocarnos en todo lo positivo que tenemos. Al final, la vida nos trae muchos avatares y no podemos permitir —esto me lo han enseñado mis padres también— que ninguna circunstancia imprevista de la vida pueda cambiar nuestra esencia. De mantener estos valores, independientemente de las vicisitudes o las dificultades de la vida, dependerá nuestra paz y nuestra felicidad. Hay que enfocarse en el futuro y relativizar cualquier contratiempo, porque es sanador. La vida te presenta dificultades y tú eres la que decide con qué actitud te vas a enfrentar a ella. Tenemos que priorizar pensamientos que construyan y no que destruyan.
“¿Volver a casarme algún día? Ahora mismo, no pienso en ello. Digamos que dejaré que la vida me sorprenda”
—¿Has descubierto alguna actividad nueva que antes no practicabas por falta de tiempo?
—Yo siempre he sido una persona con muchas inquietudes. Ahora trato de viajar más, que antes no podía porque no tenía tiempo debido a otras obligaciones. Una de las actividades que más disfruto es montar a caballo con mi hija Bianca. Teníamos la ilusión de montar a caballo en una playa. Soñábamos con cabalgar entre las olas, descalzas, soltar las riendas… Y lo hicimos, estas navidades, en playa Limón, en República Dominicana. Sí, antes mi vida estaba enfocada en unas responsabilidades familiares que no me dejaban mucho tiempo para mí, y ahora lo tengo para cultivar mi espíritu, desarrollar proyectos empresariales y muchas aficiones.
—También has colaborado en muchas causas humanitarias. Te vimos en México, hace unos meses, con Niños en Alegría. México siempre ha sido uno de tus destinos preferidos y allí tienes muchos amigos, amigos que son familia. Alguna vez dijiste que te gustaría vivir allí, ¿aún piensas así?
—Adoro México desde que era muy pequeña, porque mi padre ha estado muy vinculado a México y muchos de sus mejores amigos son mexicanos. Mi hermano vivió un tiempo allí y me emociona cuando vuelvo a ver amigos suyos que han compartido esos años de vida con él y todos le recordamos con tantísimo cariño. México es un país entrañable para mí, es mi segunda casa y mis hijas, ahora, también tienen muchos amigos, hijos de nuestros amigos allí. Es un país maravilloso donde su gente es adorable, te hacen sentir en casa. Colaboro con la Fundación Niños en Alegría desde hace muchísimos años, con Alejandra Alemán. Algunos de esos niños estuvieron con nosotras en casa este verano. Me gusta involucrarme en la evolución académica de los niños que apadrino. Ellos saben que cuentan con mi apoyo y me siento completamente feliz cuando los veo convertidos en hombres o mujeres con un proyecto de vida y de futuro precioso gracias a la educación que les proporciona la Fundación Niños en Alegría.
“A Enrique le deseo que sea muy feliz, es el padre de nuestras hijas, hemos crecido juntos y ninguna situación de la vida va a cambiar ese sentimiento, fundamentalmente, porque somos padres de dos niñas maravillosas”
—También Estados Unidos ha sido siempre uno de tus destinos preferidos.
—Estados Unidos es otro país que me apasiona. Yo viví cinco años allí, en Ohio, California, Florida, y luego acabé la carrera entre Boston y Nueva York. Mi ilusión siempre fue volver a vivir allí una temporada con mis hijas. Era un proyecto que tenía en mente desde hace años y lo he tenido que ir demorando por condicionantes familiares de un tipo o de otro. Por obligaciones familiares y también por la covid, porque no quería que mis padres estuvieran sin mí, me necesitaban.
—¿Y Córdoba? Es la ciudad donde naciste, la que tanto amas… ¿Qué recuerdos entrañables tienes de tu niñez?
—Yo nací en Madrid, porque mis padres son de Madrid, pero me fui con meses a vivir a Córdoba y me siento cordobesa. Yo a todo el mundo le llevo a conocer mi ciudad. He llevado a Óscar de la Renta y a Carolina Herrera, diseñadores muy importantes a los que les ha apasionado y ha sido fuente de inspiración para ellos. Es una ciudad con cuatro Patrimonios de la Humanidad, la gastronomía es extraordinaria, la gente es encantadora, la climatología es estupenda, el turismo natural es una maravilla y, luego, es la cuna del caballo de pura raza español. Y ahí están mis amigas de la infancia, que nos seguimos reuniendo. El mismo grupo de amigas del colegio, desde que teníamos cuatro años, nos reunimos siempre que podemos y lo pasamos muy bien. De pequeñas nos llamaban ‘las felices’, porque éramos muy divertidas. Tengo la gran suerte de ser bendecida con grandes amigos y amigas. Es uno de los mejores regalos que me ha hecho la vida, amigos tan extraordinarios de los que disfruto.
“La gente no siempre nos hace cosas… La gente hace cosas y somos nosotros los que decidimos cómo queremos que nos afecten. Es importante en la vida priorizar el perdón, el agradecimiento, y enfocarnos en todo lo positivo que hemos vivido y tenemos”
—Veo una frase en tu instagram que dice: “La felicidad es una opción de vida. Abrazar nuestros miedos es la mejor manera de poder seguir avanzando en la maravillosa aventura que supone vivir”. ¿Tú has optado por ser feliz?¿Cómo se consigue eso?
—Yo creo que la felicidad es una opción de vida. Debemos aprender a reconocer las emociones que nos hacen daño y gestionarlas sin miedo. Séneca dice que no nos dan miedo las cosas porque sean difíciles, sino que las cosas son difíciles porque nos da miedo hacerlas. Yo creo que la felicidad es una opción de vida y he optado por ser feliz. Creo que debemos centrarnos en las cosas positivas de la vida, que son muchas, y convertir los problemas en bendiciones. A veces, lo inesperado es un regalo. Por eso yo he dejado que la vida me sorprenda, y la verdad es que, en este tiempo, me ha sorprendido y, a veces, de manera muy bonita. Me quedo con esto.