Hay muchas maneras de celebrar un cumpleaños pero, sin duda, la de María Adánez ha sido por todo lo alto, y no porque lo haya festejado con una gran fiesta tirando la casa por la ventana, sino porque lo ha hecho de la mejor manera posible: cumpliendo un sueño de la mano de su marido, el neurólogo Ignacio Hernández Medrano. La pareja está realizando un increíble viaje con el que María ha cumplido su deseo incluso antes de soplar las velas de su tarta. Uno no cumple todos los días 46 años, y este sábado la interprete inauguraba su nueva vuelta al sol de una forma muy diferente. "¡Comienzo mi 46 cumpleaños en un trineo tirado por perros en la isla de Spitzbergen! ¡Sueño cumplido! ¡Gracias I.H Medrano!", ha escrito emocionada la actriz junto a un vídeo en el que se puede ver la increíble experiencia que está viviendo junto a su chico en el Polo Norte. Unas imágenes en las que se aprecia el idílico paseo en mitad de la nieve donde María no ha podido contener la emoción y se le puede escuchar decir: "Esto es lo más alucinante que he hecho en mi vida", mientras enfocaba a los 4 canes que les remolcaban y a las espectaculares montañas nevadas del archipiélago noruego que les rodeaban.
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- María Adánez habla por primera vez sobre su boda sorpresa
María se muestra feliz y muy agradecida a su marido que, a tenor de sus palabras, ha sido el autor de este inolvidable cumpleaños para la protagonista de Pepa y Pepa- Los sueños compartidos son mucho más bonitos y María e Ignacio han sumado otro momento inolvidable para su bonita historia de amor. La intérprete y el neurólogo están felices y enamorados y no pueden ocultarlo. La pareja se conoció en 2016, tres años después de que la actriz se divorciara del abogado David Murphy, y ya no se han vuelto a separar. Aunque Ignacio no es un personaje público, María no duda en hacer demostraciones de amor a través de imágenes y bonitos mensajes que le dedica a su chico o bien, para agradecerle su "regalo" de cumpleaños, o bien, para demostrarle su admiración y su cariño sin un motivo aparente.
Después de su experiencia en trineo, María ha soplado las velas de su tarta con un anhelo muy claro: "Que se acabe la guerra. Ese es mi deseo de cumpleaños", ha compartido junto a una instantánea en la que se intuye el reflejo de Ignacio tomándole la fotografía, en lo que parecía una fiesta de celebración íntima. Al día siguiente, han continuado con los festejos, en esta ocasión la pareja ha querido hacer "un picnic a la fresca", como lo ha bautizado María, junto a una imagen en la que podemos ver a la pareja con carita de frío pero con una inmensa sonrisa, sentados sobre una piel de animal para aislarse de la nieve, rodeados de algunos termos donde a buen seguro tenían algo calentito para combatir las bajas temperaturas.
La protagonista de La que se avecina, gran amante de los animales, ha compartido también una imagen de su viaje donde se le podía ver rodeada de varios cachorros. "Séptimo, Mari Gaila, ¿qué tal si ampliamos la familia?" ha escrito, haciendo un guiño a la obra de teatro que interpreta actualmente Divinas palabras y no pudiendo conterse ante los adorables perritos. María e Ignacio ampliaban hace poco su familia y colmaban su felicidad con la llegada al mundo de su hijo Claudio, nacido el pasado 18 de mayo. En las fotos no podemos ver al pequeño, por lo que se entiende que la pareja ha hecho una escapada romántica. Sería la primera desde el nacimiento de su bebé y, de ser así, seguro que lo están echando mucho de menos ya que ambos están felices y muy entregados al cuidado del pequeño. Un niño, que ha sido otro sueño convertido en realidad, que ha cambiado sus vidas y se ha convertido en el centro y el motor de todo.
La pareja comenzaba sus vacaciones este miércoles. De hecho, podíamos ver a la actriz sentada al sol en la maravillosa plaza Römerberg, en Frankfurt, donde hicieron escala antes de emprender rumbo al aeropuerto de Svalbard, en Noruega, con el que llegaban al Polo Norte, como dejó constancia María sentaba en la cinta transportadora con un imponente oso polar detrás. Era el principio de un inolvidable viaje con el que suman un nuevo sueño cumplido y un nuevo recuerdo compartido que les une todavía más. El pasado mes de noviembre, María y su chico, daban la campanada con una boda sorpresa con la que ponían el broche de oro, seis meses después del nacimiento de su hijo, a su historia de amor y a un año lleno de alegrías.