Tommy Hilfiger lo ha logrado todo en la vida. El diseñador es la viva encarnación del sueño americano: un nativo de Nueva York que comenzó sin nada pero que se abrió camino hacia la cima a través de pura determinación y determinación. Hoy, el creador, de 71 años, ha extendido sus icónicos diseños por todo el mundo y posee un auténtico imperio textil.
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Con casi cuarenta años de carrera, el diseñador no deja de recibir reconocimientos y galardones. Uno de los últimos y más relevantes fue el Premio a la Trayectoria Sobresaliente, con el que fue distinguido el pasado otoño en el Royal Albert Hall de Londres por el Consejo Británico de la Moda. Hilfiger fue homenajeado en los Fashion Awards “por su continuo compromiso con la creación de una marca inclusiva que defiende a personas de todos los orígenes y experiencias”.
Pero no contento con la moda, Tommy Hilfiger creó hace décadas su propia fundación destinada a labores de carácter humanitario, algo que según el propio diseñador siempre estuvo entre sus prioridades: “Desde joven, mi sueño fue ganar el dinero suficiente como para cambiar las cosas, así que iniciarme en ese campo fue bastante lógico para mí”.
Comprometido filántropo y defensor de la diversidad en todos sus ámbitos, el empresario encontró en su propio hogar una causa por la que luchar y a la que dar visibilidad. Junto a su segunda mujer, la ex modelo Dee Ocleppo, formaron una familia súper numerosa de siete hijos y tres de ellos presentan transtornos del espectro autista . Tommy tiene cuatro hijos de su primera mujer, Susie —Alexandra, Richard, Elizabeth y Kathleen— y Dee tiene dos —Alex, de veintisiete años, y Julian, de veinticuatro—, de su anterior matrimonio con el exjugador de tenis italiano Gianni Ocleppo. Sebastian, el hijo de ambos, nació hace trece años y al igual que dos de sus hermanos, Alex y Kathleen, también fue diagnosticado con autismo.
Los Hilfiger siempre han hablado abiertamente sobre su experiencia personal con el autismo . “Mi hija menor, Kathleen, fue diagnosticada con el espectro autista cuando tenía cinco años, por lo que nos enfocamos en brindarle el mejor cuidado y atención”, aseguró Tommy en declaraciones a The Guardian. “Cuando conocí a mi segunda esposa , Dee, descubrí que tenía un hijo con necesidades especiales, lo que nos acercó. Estar casado por segunda vez es definitivamente diferente. Ahora tenemos un hijo, Sebastian, que también está en el espectro autista. Le está yendo bien y tiene muchos aportes de los terapeutas. Ambos trabajamos con una organización benéfica, Autism Matters , para tratar de crear conciencia sobre la condición”, explicó el diseñador.
Desde el 2012, Tommy y Dee pertenecen a la junta directiva de Autism Speaks , una organización en defensa del autismo en los Estados Unidos, que patrocina su investigación y lleva a cabo actividades de sensibilización y difusión dirigidas a las familias, los gobiernos y el público. Los Hilfiger han colaborado estrechamente con los fundadores de Autism Speaks, Bob y Suzanne Wright, cuyo nieto también padece autismo . Bob Wright ha elogiado a Tommy y a Dee por su valentía al compartir abiertamente su historia personal.
“Encontrar a alguien que ha compartido contigo tantas dificultades parecidas es algo excepcional. Desde el principio, tuvimos la sensación de que no era casual”, confesó la exmodelo sueca a ¡HOLA! hace un tiempo. “Siempre continuaremos el trabajo que hemos puesto en marcha. Nos gustaría poder ayudar a encontrar una forma de curarlo”, afirmó la también diseñadora.
A lo largo de los años, la pareja ha estado muy involucrada en diferentes iniciativas para dar visibilidad a este transtorno. El diseñador incluso protagonizó un anuncio de servicio público que ofrecía unas estadísticas asombrosas: “Las probabilidades de que logre su sueño en la industria de la moda: 1 en 23 millones. Las probabilidades de que un niño sea diagnosticado con autismo: 1 en 68”.
La experiencia diaria de Dee y Tommy como padres de hijos con necesidades especiales llevó al diseñador a lanzar en 2017 su línea Adaptive , para que las personas con discapacidades puedan vestirse como los otros. “Tengo experiencia de primera mano con niños con autismo y vestirse por la mañana ha sido un gran problema en nuestro hogar desde siempre”, aseguró Hilfiger cuando creó esta colección. Sus prendas siguen el icónico estilo elegante casual con un toque british que le ha hecho mundialmente famoso, pero con discretas modificaciones, como cierres fáciles con imanes o con velcro, patrones especiales para personas que usan prótesis, cremalleras de una sola mano…
“A través de mis tres hijos autistas yo tenía muy presente sus deseos de verse y vestirse como sus hermanos, porque su atuendo los hacía sentirse excluidos e inseguros, con baja autoestima”, desveló Tommy el año pasado en declaraciones a Vanity Fair, donde hablaba con ternura de los tres. “El mayor, Alex, adora el tenis y conoce a todos los jugadores de la ATP, su favorito es Rafa Nadal. Tuvo la oportunidad de conocerlo y fue uno de los mejores días de su vida. Lo sabe todo sobre el tenis. Habla italiano, francés e inglés, pero no puede leer ni escribir. Mi hija Kathleen puede leer, pero no escribir. Y ahora estamos alfabetizando a Sebastian y para ello contamos con profesores especiales, terapeutas y doctores. Estos niños nunca pueden estar solos. El pequeño adora a los pilotos de avión, a los capitanes de barcos, los uniformes… Kathleen quiere llevar la misma ropa que sus hermanas. Por fin puede vestirse con prendas de Tommy porque es fácil de poner y quitar. Todos tienen talentos especiales y gustos muy específicos. Son felices, a menudo están contentos, pero a veces también se ponen tristes”.