"Vuelta a casa, vuelta a mi hogar, vuelta a mi familia, a mis recuerdos... la vuelta más dura de mi vida". Así es como comienza la carta que Tomás Páramo ha compartido con sus seguidores. El marido de María García de Jaime emprendió hace unos días un viaje hacia Polonia junto a más de 50 voluntarios como parte del proyecto Nadiya, "cuya misión es facilitar al pueblo ucraniano el traslado de sus seres queridos a España". Tomás no se lo pensó dos veces y se subió a una de las furgonetas para recorrer más de 3.000 kilómetros y conseguir su objetivo: llevar ayuda a los refugiados y volver a España con varias familias para que puedan tener un futuro.
Han sido días de muchas emociones, de sentimientos encontrados... y en el camino de regreso a casa, el influencer ha reflexionado sobre lo que ha vivido en este "viaje que no olvidaré jamás". Tomás comienza diciendo que él vuelve a casa pero que, por desgracia, la vuelta "no ha sido igual para todos". "No volvían a sus casas, no volvían a su hogar, no les esperaba su familia, sus padres, sus hermanos, sus amigos... familias cruelmente destrozadas, y miles de recuerdos convertidos en polvo amontonados en forma de lágrimas, de miradas perdidas, de sufrimiento total".
- La ilusión de Tomás Páramo y María García de Jaime al saludar al Papa Francisco
El influencer confiesa que está "roto de dolor" y que se siente "incapaz de hablar". "Siento la impotencia de no poder cambiar esta realidad, de pensar en su dolor, en cómo en tres semanas su vida ha cambiado, sus sueños, sus ilusiones, sus amores... miradas perdidas en el infinito, imágenes de horror clavadas en su mente, el miedo a recibir una nueva noticia peor que la anterior, en un pasado imposible de recuperar y un futuro perdido".
El marido de María García de Jaime se muestra a corazón abierto al explicar cómo se siente en estos momentos: "Estoy fuera de mí, me siento raro, me siento aislado e inseguro, incapaz de hablar con mi familia, con mis amigos, no puedo ni quiero ver a nadie, necesito desahogar, necesito encontrar las palabras que puedan definir todo lo que siento y volver a empezar, por ellos".
También ha querido mandar un contundente mensaje, asegurando que: "No podemos mirar hacía otro lado, tal vez mañana nosotros podamos ser ellos, debemos aunar fuerzas para ayudar a tanta gente que hoy nos necesita más que nunca, devolvámosles ese futuro que hoy ven destruido, seamos parte del bien, actuemos con amor ante tanto odio. Abrid vuestras casas, abrid vuestro corazón y olvidémonos por un momento de nuestro confort". "Unamos nuestras manos con las suyas, y ayudemos al pueblo ucraniano", pide Tomás.
El reencuentro con su familia
Tal y como ha explicado el amigo de María Pombo y Victoria de Marichalar, el viaje de vuelta ha sido agotador porque les ha pasado de todo. "Vamos con familias, niños... y hemos tenido que parar muchas veces en estos 3.000 kilómetros; nuestra furgoneta está rota; no podemos pasar de 110 km/hora; nos ha parado la policía, ayer nos cruzamos con un kamikaze... en fin, de todo. Pero aquí vamos llegando a Madrid". Tomás dice que no tiene palabras e insiste en que necesita descansar durante unos días: "Necesito tiempo y necesito pensar para poder hablaros de lo que ha sido esto. Os iré diciendo más...".
Al llegar a Madrid le esperaban su mujer y sus dos hijos, Tomi y Catalina, que han estado a su lado en todo momento a pesar de la distancia. "No hay pena, hay emoción por poder devolver a las personas un futuro que les ha sido arrebatado. No hay miedo, porque las ganas hacen que desaparezca. Gracias por decirme que sí pese al miedo que sé que tienes, por cuidar de nuestra casa y nuestros hijos, y por estar siempre a mi lado, en cada paso", es el bonito mensaje que le dedicó a María García de Jaime.