Aquella niña tan dulce que conocimos en Lluvia de estrellas con tan solo seis años, es hoy una mujer muy madura que afronta con valentía proyectos tan complicados como Alba, serie que refleja el horror de una agresión grupal, el proceso de denuncia y el juicio posterior. Elena Rivera (Zaragoza, 1992) se ha enfrentando a este papel "desde un punto de vista muy respetuoso" y su esperanza, ahora que Antena 3 ha decidido emitir la ficción en abierto, es que la sociedad reflexione sobre una realidad que, desgraciadamente, sigue existiendo. "El mensaje que hay que lanzar es que esto no es normal y hay que denunciarlo". Pero va más allá y espera también un cambio más profundo en España. "Las mujeres tienen que tener las mismas oportunidades que puedan tener los hombres", dice rotunda. Al escucharla hablar nos damos cuenta de que no solo ha crecido dentro de la pequeña pantalla sino fuera de ella. Siempre será Karina de Cuéntame cómo pasó, sí, pero también Inés Suárez (Inés del alma mía), la inspectora Daniela Yanes (Sequía) o Paula García (La verdad). Y debajo de cada personaje está Elena Rivera, una persona "muy normal y honesta" con los pies en la tierra a la que le gusta disfrutar con su "círculo de toda la vida".
- Este miércoles Antena 3 estrena en abierto la serie Alba, una historia muy dura que imagino que te habrá removido por dentro. ¿Cómo te enfrentaste a este personaje?
Desde el primer momento que me llegó el proyecto intenté ser muy consciente de lo que íbamos a tratar, que iba a ser un tema muy delicado que había que abordarlo desde un punto de vista muy respetuoso y no quedarnos en el morbo y en contarlo a medias tintas. Todo giraba entorno a mi personaje y tenía mucha responsabilidad. Para mí fue un reto profesional, pero, sobre todo, personal porque no es una historia más. Al final esta serie trata un tema que como mujer me toca y me remueve mucho. Después de cada escena me costaba salir de ahí, pero hemos llegado a lo que se pretendía, a que a la gente le haga reflexionar y pensar.
- ¿Ha sido tu papel más difícil hasta la fecha?
Sí, por lo que trata y por tocarme desde un punto tan personal. Te sientes muy identificada con algo tan cercano en nuestro día a día como mujeres como el miedo a volver sola a casa, que no deja de ser una realidad. Como mujer ocurre eso, que no puedes ir andando tranquila por la calle según a qué horas o en determinadas zonas y esa es la realidad. Fue bastante fuerte.
- La serie se estrena en la semana del 8-M y muestra un horror que, por desgracia, sigue existiendo en nuestra sociedad. ¿Cómo puede influir, o cómo esperas que influya, esta serie en los espectadores?
Simplemente con que haga sopesar y pensar que todo esto es una realidad. Hay que ir cambiando las cosas porque una mujer tiene que tener las mismas oportunidades que pueda tener un hombre, igual que no se puede discriminar a nadie por una cuestión de raza, de renta o de sexo. A ese mundo es al que tenemos que ir. Para mí Alba no es una serie de denuncia, ni panfletaria, ni que de lecciones a nadie, sino una serie que muestra una realidad. Lo que le pasa a mi personaje pasa en España, pasa en otros países, pasa en la vida, entonces, cada uno luego que saque sus interpretaciones, pero espero que esta serie haga pensar o reflexionar sobre esta sociedad en la que tenemos interiorizados muchos micromachismos. Mi personaje, por ejemplo, intenta buscar justicia y hay muchos obstáculos que se lo impiden, como los problemas del juicio, que hay veces que ella parece la culpable, que la señalan... En esta serie vas de la mano con Alba porque la ves tan vulnerable, tan sola, que al final empatizas mucho con el viaje que tiene que recorrer para encontrar la justicia que busca.
- Qué mensaje mandarías a todas las víctimas de una agresión.
Es de quitarse el sombrero la actitud que muchas tienen. Coger las riendas, no venirse abajo, no tener miedo ni vergüenza ni sentirse culpables y denunciar. Al final, desde mi posición más humilde, es el mensaje que he intentando lanzar cuando algunas chicas han tenido el valor de escribirme tras ver la serie. Algunas me han dicho que se han sentido muy identificadas, que han pasado por situaciones similares, que la serie les ha hecho dar el paso a denunciar o a contarlo, que algunas no eran capaces de hacerlo. Había algo de vergüenza, miedo y culpa en los mensajes de todas ellas, y yo las intentaba decir que no estaban solas, que hay mecanismos para que las ayuden y, sobre todo, para que denuncien, porque el mensaje que hay que lanzar es que esto no es normal y hay que denunciarlo. Si la serie ayuda a ciertas chicas o mujeres que hayan pasado por eso o cosas similares y también ayuda a concienciar, pues maravilloso.
- La serie se estrenó hace un año en Atresplayer y ahora, por fin, todos los espectadores podrán verla en Antena 3. ¿Crees que esta estrategia castiga o beneficia a la ficción?
Yo creo que beneficia. El mayor logro como actriz es que la gente reconozca tu trabajo y puedas llegar a cuanta más gente mejor. La plataforma tiene un tipo de público y el abierto llega a más tipo de gente. Alba no es una historia más. Remueve a muchas mujeres y creo que es muy necesario que los hombres la vean para que se puedan replantear ciertas cosas que están tan instauradas y tan normalizadas en nuestra sociedad. Yo creo que suma, estoy muy agradecida a la cadena y a la productora por haber apostado por una serie con este mensaje.
- Además de Alba, has protagonizado recientemente Sequía, en Televisión Española. Háblanos de la inspectora Daniela Yanes, un personaje totalmente diferente al de Alba.
Me caen papeles y personajes con mucha fuerza, con mucha garra, pero totalmente distintos, la verdad. Que este personaje vaya en mi carrera es un punto más de cara a lo que quiero ser. La inspectora Daniela Yanes es una tía muy madura y el proyecto en sí era muy serio, me gusta.
- ¿Qué opinas del lugar que se le ha dado al final de la serie en la parrilla?
Cada cadena tiene que hacer un poco con sus productos lo que considere y esto se lo tendrías que preguntar a la cadena. Lo que sí te puedo decir es que yo estoy contenta con la serie. Sequía ha tenido una media similar a la media de la cadena y estaba entorno a una media de un millón de espectadores. Son datos muy respetables y más que decentes para una serie española. Además, leí que fue lo más visto en diferido en enero. Yo estoy contenta. El trabajo del actor es hacer la serie y después ayudar todo lo posible a la promoción, luego ya...
- Alba, Sequía, Inés del alma mía, La verdad... ¿te imaginabas que pudiera ocurrir algo así tras tu salida de Cuéntame cómo pasó?
La verdad es que no. Al final en un sector donde hay un porcentaje muy alto de paro que haya sido terminar una serie y haya ido enlazando sin parar estos proyectos tan interesantes es un privilegio, un regalo y estoy muy agradecida. Soy consciente de que no es algo normal y lo estoy aprovechando y disfrutando mucho, aprendiendo de todos mis compañeros y muy agradecida de que me den esa confianza y de llevar la responsabilidad de un proyecto entero. Hace poco lo decía José Sacristán, que en esta profesión lo más satisfactorio es seguir teniendo trabajo.
- ¿Llegaste a pensar que el final de Karina podía ser el final de Elena Rivera como actriz?
Justo eso no, pero son muchos años en una serie en la que te ubican mucho, en la que te han visto crecer literalmente y siendo realista piensas que no va a ser tan sencillo, por lo menos no tan rápido, de terminar y ya tener tantas cosas. Es algo difícil, pero también hay mucho esfuerzo y mucho trabajo detrás, que no todo viene solo. En esta profesión hay que currárselo, hay que estar ahí al pie del cañón, ser muy disciplinado. Es un trabajo muy bonito, pero también tiene momentos crueles y difíciles.
- Hace unos años, te pregunté cómo sería el final soñado de Cuéntame cómo pasó para Karina y esta fue tu respuesta: "El final soñado para Karina lo tendrán que decidir los guionistas. Para mí, como Elena Rivera, el final soñado sería que Karina cantase en ese último capítulo la canción Tengo el corazón contento, que es la que ya cantó ella hace más de una década junto a Carlos, Josete y todos los demás". Las cosas han cambiado mucho desde entonces, no sé si ahora te imaginas otro final o directamente has dejado de seguir la trama de la serie.
No me acordaba de esa respuesta. ¡Qué curioso! (risas). Yo la serie ya no la sigo, ya no la veo, pero es solo por darle es punto romántico de yo ya terminé, hice mi trama, que para quien sea fanático de la serie y de la historia de amor de Carlos y Karina era el final perfecto, idóneo y muy redondo, y con eso me quedo. Me quedo con el recuerdo de saber que se le puso el broche final perfecto y que tenía el sentido idóneo para lo que era nuestra historia, pero fíjate, yo no me acordaba de ese final alternativo. Al final era lo que te decía, que el final lo tendrán que decidir los guionistas. Llevan un montón de años con la serie, yo desde que me fui ya han pasado cuatro años, así que serán ellos los que decidan qué final le ponen.
- ¿Qué televisión consume Elena Rivera?
De todo tipo. La televisión es la fuente de ocio que más consumo, entendida como televisión tradicional y de pago. Por mi trabajo no todos los días puedo tener una misma rutina de ver siempre lo mismo. También puedo ver un programa haciendo zapping. Hay que estar abierto a ver de todo, incluso television mala, de placer culpable, es necesario desconectar del día a día, no ver algo tan intenso. Lo bueno está en la diversidad.
- Además del estreno de Alba, muy pronto podremos verte en Los Herederos de la Tierra, la segunda parte de La Catedral del Mar. ¿Tienes algún proyecto más entre manos?
Tengo varias promociones y es un no parar, pero ahora, por fortuna, tengo un momento de parón, que también lo necesitaba. Hay cosas en mente de cara a un futuro, pero ahora mismo estoy aprovechando el descanso en cuanto a grabaciones se refiere que creo que también es necesario para retomar después con más fuerzas y con más ganas.
- Llevas trabajando en televisión desde los seis años, pero has estudiado Magisterio. ¿Tu futuro está como actriz o como profesora de infantil?
Yo me veo como actriz y soy actriz. Estudié Magisterio porque me gustaba desde siempre, no quería renunciar a ello. Lo he ido compaginando a mi ritmo, sin agobios, y como lo terminé pues ahí está, como un plan B, porque nunca se sabe. Pero mi prioridad es ser actriz. Cuando hice las prácticas fui muy feliz en clase con mis alumnos, se me daba bien.
- ¿Cómo gestionas las redes sociales y cómo te enfrentas a los haters si es que los tienes?
No vivo mucho ese lado. Hay de todo, pero por suerte lo llevo bien. Al final las redes sociales yo las tengo como parte de mi trabajo, como un escaparate para vender mis proyectos, pero también me gusta mostrar como soy y relacionarme con la gente que me sigue. Pero tú marcas hasta dónde quieres mostrar y hasta dónde quieres llegar. Sabiéndolas usar de manera sana están muy bien y para nuestro trabajo vienen fenomenal.
- ¿Qué sueño te gustaría cumplir como actriz?
Me gustaría trabajar con Blanca Portillo, que me parece una actriz increíble y tiene que ser una experiencia alucinante trabajar con ella. Emilio Guitérrez Caba también es un actor que me marcó. Cuando era pequeña veía Gran Reserva y me gustó mucho su personaje y siempre cuando empiezo cualquier proyecto pienso ójala, pero lo importante al final es seguir teniendo oportunidades, trabajar y aprender de todo el mundo. Es un gusto seguir trabajando en lo que tú quieres.
- ¿Y a nivel personal?
Tengo que darle más caña al inglés (risas). Ahora con las plataformas y con la manera de consumir que tenemos tú estás en Madrid, pero te pueden estar viendo en otros puntos del mundo y si luego lo peta y te toca ir a otro país a hacer promoción yo ahí lo tengo que reforzar. No he parado de currar y lo he ido dejando y es algo que sé que me tengo que poner a tope.
- ¿Cuál es tu plan idea cuando no estás trabajando?
Me conformo con cosas muy normales. Dentro de este mundo de glamour, de alfombras rojas y eventos, yo me considero muy normal y me encanta estar con mi gente, además soy bastante selectiva para esto. Me gusta estar con mis amigos de toda la vida, con mi familia... en un restaurante comiendo, disfrutando de ellos, soy feliz. Me gusta ir al cine, me gusta ir al teatro, tomarme algo... pero todo desde un punto muy normal. Al final este es un mundo muy anormal, pero me encanta normalizar todo y tener los pies en la tierra y ser muy honesta conmigo misma. Prefiero estar en casa un día tan tranquilamente con mi gente que ir a cualquier evento, aunque a lo mejor sabes que tienes que estar porque nunca viene mal por trabajo. Pero si tampoco pintas mucho allí porque tampoco es tu estreno, ¿para qué? Me gusta disfrutar de mi círculo de toda la vida.