El mundo entero se ha movilizado para prestar su ayuda a Ucrania tras la invasión que han sufrido por parte de Rusia. Son muchas las personas que han mostrado su completo apoyo enviando al pueblo ucraniano recursos para que puedan seguir adelante en medio del conflicto bélico. Entre estas iniciativas solidarias se encuentra también la que ha hecho José Andrés, llamada Peace & Food (Paz y comida) y puesta en marcha por la ONG que lidera, World Central Kitchen. El propio chef ha viajado hasta la ciudad de Leópolis para repartir personalmente alimentos entre los centenares de refugiados que llegan escapando de la barbarie que asola otros puntos del citado país del este de Europa como Kiev o Kharkiv. "Hay muchas formas de luchar en la guerra, y esta es una de ellas asegurarse de que nadie pasa hambre", aseguraba.
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El ganador del premio Princesa de Asturias de la Concordia 2021 ha explicado que a Leópolis está en la parte oeste, donde no han llegado por el momento los ataques, y por eso los ucranianos que huyen de la guerra están eligiendo esta ciudad para estar a salvo. Tras pasar numerosos controles, el chef ha fijado su campamento base en un restaurante que les ha cedido tanto sus instalaciones como su equipo personal para sumar fuerzas y servir diariamente unas 30.000 comidas. El chef Miki, trabajador de este establecimiento al que define como su mejor amigo ucraniano, es el encargado de hacer con el resto de empleados y con numerosos voluntarios platos compuestos mayoritariamente por arroz y carne. El ritmo no para y están trabajando las 24 horas al día. "¡El chef Mike y su equipo están cocinando comidas increíbles... entregando varias veces al día a la estación de tren, refugios y más en Lviv! ¡Héroes!", elogia José Andrés.
El chef asturiano, que estuvo nominado al Nobel de la Paz en 2019, divide su tiempo entre este punto y la frontera con Polonia, que se sitúa a aproximadamente una hora y media. En este punto su ONG comenzó a servir comidas calientes y nutritivas a las pocas horas de la invasión inicial y actualmente se han expandido hasta un total de ocho cruces fronterizos a lo largo todo el país para seguir con esta misma labor. Además, apoyan a los restaurantes locales que preparan comidas en cinco ciudades ucranianas entre las que se incluyen Odessa y Leópolis. Los equipos de World Central Kitchen también están sobre en países cercanos a Ucrania como Rumania, Moldavia y Hungría para reforzar al máximo este apoyo. Antes de desplazarse hasta Ucrania, la ONG que José Andrés fundó en 2010 tras el terremoto de Haití envió al aeropuerto polaco de Rzeszów-Jasionka equipos para poder poner cocinas de campaña, menaje de cocina para su funcionamiento..
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Las historias más conmovedoras
José Andrés confiesa que "ahora mismo todos en el mundo somos ucranianos, yo soy ucraniano, el mundo es ucraniano". Además de la satisfacción de poder ayudar en una grave situación como esta, también está descubriendo historias personales y humanas que le acompañarán para siempre tanto a él como al resto de miembros de la ONG. "Justo en la frontera con Ucrania, he conocido a un americano que se quería unir a las fuerzas militares ucranianas y estaba volviendo a Kiev... ¿Cómo ponerse en el lugar de estos hombres y mujeres en esta situación?", reflexionaba. Además, ha podido charlar con trabajadores como un panadero llamado Víctor al que le llevó varios kilos de harina para poder abastecer de alimentos. Otra de las personas con las que han coincidido ha sido Helena, una chica ucraniana afincada en Polonia que está ejerciendo de voluntaria. "Es difícil dormir, así que es un alivio trabajar aquí y mantenerse ocupado. La gente se ilumina cuando recibe comida con una bendición en su propio idioma", indicaba la joven.
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