Iñaki Urdangarin inicia una nueva etapa. Otra más, porque el ex duque de Palma atraviesa un momento especialmente convulso en lo personal, desde que saliese a la luz las fotografías de la mano de su compañera de trabajo, Ainhoa Armentia. Ahora, cuando parece estar afianzando esta nueva relación tras anunciar conjuntamente con la infanta Cristina la interrupción de su matrimonio, ha llegado la que probablemente fuese la noticia más esperada para él: la libertad condicional. Aunque ya disfrutaba de un tercer grado, esta nueva situación supondrá un nuevo horizonte.
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EXCLUSIVA: Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia vuelven juntos a yoga
Hace poco más de un año que a Iñaki le concedieron un régimen de semilibertad que le permitió trasladarse del centro de inserción social Melchor Rodríguez García, en Alcalá de Henares (Madrid) a la sección abierta de la prisión de Zaballa, situada a aproximadamente 14 kilómetros de Vitoria, una ciudad a la que está estrechamente vinculado ya que es el lugar en el que viven su madre, Claire Libaert, y también dos de sus seis hermanos. Allí, comenzó a trabajar como asesor empresarial en el bufete Imaz & Asociados, donde conoció a Ainhoa, analista contable en la misma oficina. Sin embargo, aunque su buen comportamiento y el cumplimiento del programa para presos por delitos económicos le permitieron ser eximido de la obligación de tener que dormir en la cárcel gracias al control telemático, aun debía acudir a prisión un día a la semana, además de disponer de una autorización para salir de España por motivos laborales.
A partir de ahora, ya no tiene que rendir cuentas de sus movimientos y podría pasar largas temporadas fuera de Vitoria, si así lo desea, e incluso de España o también cambiar de lugar de residencia. Por ejemplo, en caso de que quisiera encaminar su futuro profesional de nuevo hacia el barça de balonmano y así estar más cerca de su hijo Pablo en la ciudad condal. Algo que parece factible teniendo en cuenta que ha comenzado unas prácticas no remuneradas en el FC Barcelona, equipo del que formó parte entre 1986 y 2000. El exjugador ha realizado un curso de 'coaching' que requería un mes de prácticas que está desarrollando en la formación blaugrana tal y como ha confirmado Enric Masip, adjunto y asesor del presidente del club, Joan Laporta. Además, según ha adelantado El Correo, ya ha dejado su trabajo en el despacho, aunque eso no tendría porqué suponer su marcha definitiva de la capital alavesa donde tiene también importantes vínculos sentimentales. No solamente Ainhoa Armentia, sino también su madre y parte de sus hermanos, por lo que es posible que no se despida por completo de su ciudad.
La decisión del Juez de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao permite a Iñaki conseguir al fin la normalidad que tanto ansiaba. Después de dos años y medio en la cárcel de Brieva (Ávila) y un corto periodo en el centro de inserción social de Alcalá de Henares, parte de ella logró recuperarla en Vitoria, donde le podemos ver habitualmente -ahora que tiene las cámaras más pendientes de él que nunca- yendo a trabajar en bicicleta, saliendo de casa de su madre, o acudiendo a yoga con Ainhoa. Sin embargo, con su rutina siempre supeditada a la condena de cinco años y 10 meses que aún cumplía y que le obligaba a dar cuenta de sus movimientos en prisión. Ahora, los dos años que aún restaban de la pena quedan suspendidos, por lo que el futuro ahora lo escribe él con quien desee y dónde desee.