Como venía haciendo desde los últimos años, Ágatha Ruiz de la Prada viajó a Venecia el pasado fin de semana para asistir a una de las grandes fiestas que se celebran estos días por su emblemático Carnaval: Il Ballo del Doge, que la diseñadora Antonia Sautter empezó a organizar hace casi tres décadas. En esta ocasión, Ágatha sentía una especial ilusión por visitarla ciudad de los canales, ya que la acompañaba su nuevo novio, el abogado José Manuel Díaz-Patón, con quien sale desde hace tres meses.
Todo parecía perfecto hasta que, antes de desplazarse a Venecia, recibió un aviso: también acudiría Pedro J. Ramírez. La diseñadora, también marquesa de Castelldosríus y baronesa de Santa Pau, quiso confirmar la información con su hijo. “Me enteré antes de viajar y llamé a Tristán para ver si era verdad”, cuenta a ¡HOLA! Todo “un shock” para Ágatha, como ella misma nos confiesa, puesto que ambos se separaron de manera abrupta a finales 2016. Desde entonces, la creadora se propuso que el periodista no le viera más la cara, hasta el punto de que decidió llevar un burka a la firma de su divorcio, en noviembre de 2017.
De esta forma, Ágatha asistió prevenida a Il Ballo del Doge, que tuvo lugar la noche del sábado 26 en el Palazzo Pisani Moretta, un imponente edificio de estilo tardo-gótico, construido en la segunda mitad del siglo XV. Dado que la fiesta exigía a sus invitados vestirse con trajes de época y con máscaras, la diseñadora confiaba en pasar desapercibida para su exmarido, y eso que ella optó por ir totalmente ‘agathizada’.
Lo que no esperaba ninguno de los dos era cenar tan cerca antes del baile. “Estaba sentado a metro y medio de mí. Yo estaba en la mesa presidencial porque era la invitada de honor, pero nos lo pusieron en la mesa de al lado y con esta”, relata, refiriéndose a la abogada Cruz Sánchez De Lara, mujer de Pedro J. y vicepresidenta del periódico El Español. “Al principio, ni lo reconocí, porque iba con máscara y con sombrero, achaparrado…”, explica Ágatha antes de referirse a la pareja de su exmarido. “Una vez, me la crucé por la calle y como si nada. Creo que era ella. Pero, en el baile, la pude mirar todo lo que quise. Me pareció…”.
Por lo que manifiesta la propia diseñadora a ¡HOLA!, este reencuentro fue más tenso para Pedro J. que para ella. “No duraron mucho en la fiesta. Después de la cena, desaparecieron. Creo que estuvieron incómodos. Pero yo, nada, lo pasé bomba”, nos asegura, mientras aclara que no se produjo ningún contacto entre ellos. “‘El innombrable’ estuvo muy antipático. Ni me saludó. Claro, estaban jorobados de haber pagado todo ese dinero para ir. Les ganamos por goleada porque me estuve haciendo fotos, bailando y riéndome todo el rato”.
“Lo mejor fue ir con José Manuel porque ha estado muy divertido. Me he reído una barbaridad, llorando de risa. Lo hemos pasado muy bien. La mala suerte fue encontrarnos al ‘innombrable’”, nos confiesa Ágatha antes de apuntar: “Pero fue bueno para mí, porque me di cuenta de que ‘el innombrable’ me da completamente igual. Estuve ‘ja, ja’ toda la noche”. Aun así, nos apostilla sobre la presencia de su exmarido en el baile. “Estuvo muy feo que fuera, porque yo ya había venido otras cinco veces y era lógico que volviera”.