Hace un año que Olena Zelenska no vive con su marido. Hace un año que comenzó la invasión rusa a Ucrania. Nadie sabe en dónde se encuentra el presidente ucraniano Volodomir Zelenski ni su esposa y sus dos hijos. Más de 365 días después del comienzo de la contienda sus encuentros son cortos, escasos y cargados de tensión, ha contado la primera dama en Espejo Público.
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Olena Zelenska probablemente nunca pensó que sería primera dama de su país. Conoció a Volodomir Zelenski en la universidad. Ella estudiaba arquitectura, aunque acabó orientando su carrera a la escritura y él, derecho, aunque su verdadera vocación era el mundo de la comedia. Nada parecía indicar el giro que daría su vida en 2019 cuando su marido hizo de la ficción una realidad. Zelenski era el protagonista de Servidor del Pueblo, una serie de sátira política en la que interpretaba a un hombre que llega a la presidencia de Ucrania harto de la corrupción de los gobernantes. A finales de 2018 anunció su candidatura a las elecciones presidenciales después de que empleados de su productora creasen un partido político con el mismo nombre que la serie. Él pasó de interpretar a un jefe de Estado, a serlo, y su mujer pasó de ser escritora en la producción de su marido, a primera dama.
Ser la mujer del presidente de Ucrania no era lo que Olena más deseaba en ese momento. "No estaba muy feliz cuando me di cuenta de que esos eran los planes. Me di cuenta de cómo cambiaría todo y de a qué dificultades tendríamos que enfrentarnos", contó en una entrevista a Vogue. Además, asegura que se enteró a través de las redes sociales de la intención de su marido, al que, como cabe imaginar, preguntó con un presumible tono de reproche por qué no le había dicho nada. "Lo olvidé", le contestó él, porque un cómico nunca deja de serlo, ni aunque esté a pocos meses de asumir las riendas de un país.
Aún así le apoyó y estuvo a su lado sin imaginar que esta prueba de lealtad, no solo con su marido, sino con su país, se iba a llevar al extremo en el que nos encontramos un año después del comienzo de la contienda. Tras los primeros bombardeos de Moscú le recomendaron salir del país. Sin embargo, decidió quedarse en un lugar desconocido de Kiev junto a sus hijos. "Hoy no tendré pánico ni lágrimas. Estaré tranquila y confiada. Mis hijos me miran. Estaré junto a ellos. Y al lado de mi marido. Y contigo. ¡Te amo! ¡Amo Ucrania!", escribía en un mensaje que compartió con sus seguidores tan solo dos días después del comienzo de la invasión. Multitud de ciudadanos, muchos de ellos sin experiencia militar, se unían a las milicias. El mensaje era que el país se preparaba para resistir y el presidente y su esposa se han sumado a él sin bajarse del barco.
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Una mujer trabajadora, antes y ahora
Olena y Volodomir, ambos de 44 años, se casaron ocho años después de conocerse, el 6 de septiembre de 2003. Un año después llegó al mundo su hija Aleksandra y hace nueve, el benjamín, Kiril. Desde entonces, la pareja ha formado un auténtico equipo. Juntos crearon una productora en la que ella trabajaba como guionista y donde ha llevado a cabo iniciativas para luchar a favor de la igualdad de género impulsando, por ejemplo, el trabajo de las mujeres cómicas. Desde que Zelenski se convirtió en presidente y, pese a las reticencias iniciales, asumió el papel de primera dama de una forma proactiva llevando su compromiso con el feminismo y con las causas sociales que le preocupan a otra esfera. Es consciente de que en sus viajes y visitas le van a preguntar antes por su estilismo que por sus proyectos, así que aprovecha para ser algo más que un icono de moda y promocionar a los diseñadores ucranianos de los que habla orgullosa mientras luce sus creaciones.
Ahora todas estas funciones han quedado en un segundo plano y con una impresionante capacidad de resiliencia, ha asumido que su papel ahora es insuflar ánimo a un país golpeado por el conflicto bélico, del que no han dejado de huir refugiados a los países vecinos. “No voy a quejarme, esto no es lo peor que puede sucederle a alguien en tiempos de guerra”, ha dicho Olena en Espejo Público, la primera entrevista que ha concedido a un medio español.