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Rocío Díez, la historia de lucha que ha unido a la sobrina de Alfonso Díez con Fabiola Martínez

‘Cuando estaba embarazada de veinte semanas, detectaron que el bebé tenía seis lesiones cerebrales severas’, explica


1 de marzo de 2022 - 17:01 CET

La primera vez que Rocío Martín Diez (Madrid, 1978) escuchó hablar de “lesión cerebral” no tenía capacidad para comprender el significado real de aquellas palabras. Desde pequeña, la hija de Begoña Diez Carabantes, la hermana de Alfonso Diez, duque viudo de Alba, procesó con normalidad las dificultades de su tío materno, Jorge Diez, quien sufría parálisis cerebral, y tuvo en su abuela, Pilar Carabantes, todo un referente de lucha y superación. “Mi familia vivía en Palencia. Ella viajaba desde allí al hospital de La Paz, en Madrid, para que le hicieran la rehabilitación. ¡Y tenía otros doce hijos esperándola en casa! Siempre fue una inspiración”, cuenta con una contagiosa ilusión y energía. Ya siendo adolescente, fue voluntaria en diversas fundaciones y centros. “Hasta que me llegó un niño con discapacidad”, narra sin paños calientes la hoy directora de la Fundación Bertín Osborne, que preside Fabiola Martínez.

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Rocío Díez© Hola
Rocío Martín Diez es sobrina de Alfonso Diez, duque viudo de Alba.

Rocío, casada con Felipe Zuleta, ex entrenador hípico de la infanta Elena y hermano de José Manuel Zuleta, jefe de la secretaría de la reina Letizia, se refiere a Felipón, el segundo de sus tres hijos. “Cuando estaba embarazada de veinte semanas, detectaron que el bebé tenía seis lesiones cerebrales severas. Eran compatibles con la vida, pero me recomendaron abortar. Me decían que nuestra vida iba a ser muy complicada”, explica. Aunque tuvo mucho miedo, decidió seguir adelante. “La vida es un gran misterio. Tuve la idea clara de que mi hijo venía con un mensaje claro y así fue. Felipe se ha convertido en mi maestro. Todos los cambios que han llegado después de su nacimiento han sido para bien, no han sido cómodos ni fáciles, ya que me sacó de mi zona de confort, pero siempre ha sido para bien”, reflexiona Rocío, que tiene otras dos hijas, Candela y Pía.

En efecto, los comienzos con su hijo fueron muy complicados, pero en un encuentro con Fabiola Martínez, la ex mujer de Bertín Osborne, cambió el rumbo de aquella tormentosa singladura . “Cuando tenía unos seis meses, fui a una conferencia de la Fundación Bertín Osborne. Yo estaba perdida y me acerqué a una persona de su equipo. Fabiola me llamó esa misma tarde y me invitó a merendar en su casa. Me enseñó cómo debía sujetar mejor a mi hijo, se entregó conmigo y gracias a ella también empecé a hacer terapia. Si tenía una duda, le escribía y me contestaba. Es maravillosa e increíble y, por supuesto, no lo hacía solo conmigo”.

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Fabiola le pidió a Rocío si la acompañaría en las labores diarias de la fundación como directora. Rocío no lo pensó.

Hace unos meses, coincidiendo con su nuevo trabajo y el inicio de su nueva vida, Fabiola le pidió a Rocío si la acompañaría en las labores diarias de la fundación como directora. Rocío no lo pensó. Juntas, intentan ayudar a las familias de niños con lesiones cerebrales que, como ellas, también la necesitaron en su día. Por ello, están a punto de lanzar en este mes de marzo una aplicación, Family+, con la que pretenden dar un servicio integral de acompañamiento y atención a las familias de personas con discapacidad, así como apoyo telefónico integral y gratuito. “Queremos simplificar la vida de todas las familias”, reflexiona Rocío.

Licenciada en derecho y estudiante ahora de osteopatía, la palabra esperanza se escribió para ella. “Hoy, Felipe es un niño que habla, anda, va al cole y tiene un gran sentido del humor, aunque sigue con muchas dificultades. No quiero que nadie piense que ha ocurrido un milagro ni que he recurrido a terapias raras ni que me he gastado dinerales en ello porque no es así. Mejora y nos sorprende a diario pero, sobre todo, trabajo a diario conmigo misma, con los deberes que él me pone, para estar bien, para tomar las decisiones más adecuadas en cada momento y tratar de que la discapacidad no sea el centro de nuestras vidas”, confiesa Rocío que escribió un libro con su experiencia, El regalo que cambió nuestras vidas. La sobrina de Alfonso Diez no quiere pronunciarse demasiado sobre su tío, que ha pasado a la historia de la nobiliaria española por ser el tercer marido de Cayetana de Alba, con la que se casó en 2011 cuando la aristócrata contaba con 85 años.

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“Cuando estaba embarazada de veinte semanas, detectaron que el bebé tenía seis lesiones cerebrales severas. Eran compatibles con la vida, pero me recomendaron abortar. Me decían que nuestra vida iba a ser muy complicada”, explica. Aunque tuvo mucho miedo, decidió seguir adelante.

“Él se ha retirado de este mundo de los medios y yo lo respeto, pero solo puedo decir cosas buenas de mi tío. Estoy muy unida a él y es el padrino de mi hija mayor”, finaliza Rocío quien, además de en su abuela y en su tío, siempre ha tenido un gran ejemplo en su madre, Begoña. “Ella es como el ave fénix que resurge de sus cenizas. Tuvo hace un año una disección de aorta, a la que sobreviven una de cada diez personas. Nos pusimos en lo peor. Unos meses después, ha abierto una tienda de decoración, su gran pasión”. Los Diez, lección tras lección.

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