Bárbara Rey se ha sincerado con Bertín Osborne sobre algunos de los momentos más oscuros de su relación con Ángel Cristo, con quien estuvo casada entre 1980 y 1988. Según ha explicado, el artista circense fue a ver a la vedette en el teatro Lido de Madrid y la protagonista de El periscopio se fijó en el que más tarde se convertiría en su marido porque iba entero vestido de negro, "como un cuervo". Había participado en decenas de películas y multitud de espectáculos cuando se casaron y durante nueve años se mantuvo alejada de la profesión, fue madre de Ángel y Sofía, y se enfrentó a la vida del circo en la que llegó a trabajar con soltura con los elefantes.
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La relación empezó mal, porque Bárbara ha comentado que siempre vio al que fuera su marido bebiendo más de la cuenta, y su comportamiento empezó ya con malos tratos, llegando después a empeorar por el consumo de sustancias. "Físicos y psicológicos, desde el principio, muy malos tratos", ha explicado la artista, ante la empatía de Bertín. "Yo le he plantado muchas veces cara a mi padre por cómo se portaba con mi madre", ha desvelado Sofía, que ha comentado que sentía amor y odio por su progenitor porque aunque sentía predilección por Ángel Cristo, en ocasiones tenía miedo por la integridad de su madre. "Yo no sé lo que habrá pasado esa mujer, nunca la podré llegar a entender", ha afirmado la que fuera concursante de la Casa de los Secretos. En la separación, las circunstancias tampoco fueron ideales: "Fuimos a declarar que queríamos vivir con mi madre. Era muy pequeñita, no me enteraba muy bien, pero recuerdo ir a la jueza y al final lo conseguimos. Pero claro, mi padre nos dejó con una mano delante y otra detrás".
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Bárbara Rey también ha explicado que después de su primer embarazo, que fue muy buscado, se quedó en estado sin querer y decidió tomarse las cosas de otra manera, no porque la vida le fuera más fácil: "Yo no voy a sufrir, me hagan lo que me hagan yo no voy a sufrir". "Vi muchísimas cosas muy tristes", ha comentado. "Qué mal está eso. Eso no se debe hacer, y menos cuando tu mujer está embarazada. Qué haces si era mi íntima amiga, estando como estoy", ha recordado al pensar en lo que le venía a la cabeza mientras esperaba a su segunda hija. Sofía llegó entonces enamorando a la familia: "Nació riéndose, sabía ya en mi tripa que ella tenía que agradar y que tenía que ganárselo a pulso".
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Pero no todo era malo, Sofía, que ha hablado con Claudia Osborne mientras su madre charlaba con Bertín, ha explicado que aquellos recuerdos del circo eran "maravillosos" porque toda su familia estaba allí. "Allí aprendí un montón de cosas", comentaba a su vez Ángel, el hijo de la pareja, que ha participado en una entrevista pregrabada . "Al principio trabajar con los elefantes me dio un susto de muerte", ha explicado Bárbara, que ha comentado que poco a poco se ganó a los animales y les llevaba aperitivos y les rascaba la lengua, algo que al parecer les gustaba mucho.