Carlos Marín ya no está entre nosotros, pero su legado musical quedará para siempre entre todos aquellos que le admiraban y querían. Desde su triste fallecimiento el pasado 19 de diciembre a causa del covid, los homenajes al cantante español se han ido sucediendo a lo largo de estos últimos meses. Emocionados recuerdos a su innegable talento que estos días han tenido su punto culminante durante el esperado regreso a los escenarios de Il Divo, el grupo del que formó parte y le lanzó al estrellato. El renovado cuarteto lírico ha comenzado en el Teatro Mahaffey de Tampa (Florida, EE.UU.) su nueva gira mundial tras un largo tiempo de parón obligado, y lo hacía desgraciadamente sin que el fuera una de sus integrantes más apreciados. Su lugar lo ocupaba el norteamericano de origen mexicano Steven LaBrie, que desde enero se unía al francés Sébastien Izambard, al suizo Urs Bühler y al estadounidense David Miller.
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Han sido estos tres últimos quienes protagonizaban el momento más especial del concierto, cuando se hacía el silencio y aparecían junto a una silla taburete vacía iluminada por un foco de luz en medio de la penumbra. Con los sentimientos a flor de piel y una atmósfera verdaderamente mágica, la cosa no quedaba ahí puesto que lo más conmovedor estaba por llegar. Sonaba entonces su versión del clásico Hallelujah de Leonard Cohen que tantas veces han interpretado ante los aplausos de un público entregado, escuchándose en ese momento la inconfundible voz grabada de Carlos Marín en los pasajes que el solía cantar. Precioso homenaje sin duda a la figura eterna del barítono español por parte de la célebre formación, cuyo tour de grandes éxitos no ha hecho más que comenzar y los llevará a partir de ahora por numerosos países de todo el planeta, incluido el nuestro.
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A principios de enero, los integrantes de Il Divo trasladaban un nuevo mensaje con el que lloraban la pérdida de su amigo. "Comenzamos un viaje juntos hace 17 años que fue increíble para todos", decían, subrayando que Carlos tenía una "increíble personalidad" y un "impresionante talento". Detallaban además los tres artistas las cualidades más destacadas de su compañero, como eran "su pasión, sentido del humor y diversión". Destacaban también que "le quería mucha gente y nos consideramos afortunados por haber actuado con él tantos años”, manifestaban. Por último, reiteraban lo mucho que le echan de menos y hacían un anuncio muy importante. “Vamos a crear la fundación de Carlos Marín y le rendiremos tributo en nuestros futuros espectáculos". Sin duda, una gran iniciativa para honrar su memoria que ya ha comenzado a verse reflejada en sus actuaciones.
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