Las incógnitas sobre el destino del matrimonio de Iñaki Urdangarin y doña Cristina ya están resueltas. Las imágenes realizadas entre Vitoria y Barcelona estos últimos días escenifican finalmente la situación real. En ellas se ve, por un lado, a la infanta poniendo un pie en su nueva vida sin quitarse su alianza de casada… Y por otro, a su marido dejando atrás, seguramente, su pasado y cualquier ilusión de retomar su vida en común.
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El 19 de enero se hacían públicas las fotografías del exduque paseando de la mano con su compañera de trabajo y ahora, cuando se cumple justo un mes (19 de febrero), queda claro que todavía tenían mucho que decir y ya han empezado a ‘contarlo’.
Como había avanzado ¡HOLA! a lo largo de estas semanas, la relación entre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia no solo no estaba rota, sino que era mucho más seria de lo que parecía, y, finalmente, tenemos la información y las instantáneas que lo demuestran. Una vez más, el testimonio gráfico vale más que mil palabras.
La escapada
El pasado fin de semana, el marido de la infanta aparcaba los planes con su madre y sus hermanos, la familia en la que encontró un remanso de paz desde que se publicaron sus fotos más comprometidas, para avanzar hacia el futuro atajando tiempos.
Llevaba un mes esperando poder reencontrarse a solas con Ainhoa Armentia y, el viernes 18 de febrero, después de organizar un operativo de ‘fuga’ con sus escoltas, pudo marcharse de fin de semana con su compañera sin que nadie pudiese descubrir el destino. Juntos, en paradero desconocido y disfrutado de dos días. Y aunque fue imposible seguir sus pasos fuera de Vitoria, sí hay pistas de los que dieron a su regreso a casa. El domingo por la tarde, Iñaki volvía al hogar de su madre, Claire Liebaert, su apoyo más incondicional, casi al mismo tiempo que Ainhoa se reencontraba con sus hijos. Mientras, la infanta Cristina regresaba a Ginebra con su hija, Irene, después de pasar diez días en Barcelona.
Yoga en pareja
Apuntalando esta información, publicamos en exclusiva las imágenes que demuestran que su relación es firme y no tiene nada de fugaz. Por un lado, su cambio de rutina. Hasta la pasada semana, siempre llegaban y salían por separado de su trabajo, dejando un margen de minutos para no encontrarse ante las cámaras, aunque, eso sí, después de pasar juntos ocho horas entre las paredes de la Asesoría Imaz, donde se conocieron. Pero ahora la diferencia es que ya no les importa que los vean juntos. O quizá, en este caso, solo quieran decir que lo más normal es coincidir.
Relax y besos en su clase de yoga, escapada de fin de semana a un destino secreto y normalidad en el trabajo: ya entran y salen juntos de la oficina
Pero no es lo mismo llegar al despacho casi a la vez que compartir pasiones más allá del ámbito laboral… Y aquí también los han pillado. Tomaron medidas, pero no las suficientes y, de nuevo, fueron fotografiados cuando retomaban sus clases de yoga en el centro de Vitoria-Gasteiz. Aunque la escuela Sanatana Dharma ofrece horario continuado de la mañana a la noche, ellos han decidido ir a la misma clase, aunque llegan por separado y, a la salida, vuelven a irse cada uno por su lado.
Después de la mano, el beso
En apariencia, nada extremadamente delator sobre su relación hasta que, después de la mano (y del paseo por la playa), llegó el beso que acabaría con cualquier posibilidad de reconciliación entre la hermana del Rey y el exjugador de balonmano, aunque, según el círculo más allegado de la infanta, doña Cristina tampoco quería retomar su relación con su marido.
El cariñoso gesto fue documentado a través de un cristal traslúcido y confirmado también por los fotógrafos testigos. Tras la última clase y a unas horas de irse juntos de fin de semana, no pudieron evitar despedirse como una pareja de enamorados en la recepción del centro.
Y más allá de esta gran evidencia, también es importante señalar que Iñaki salió de la escuela con la bolsa blanca de deporte que llevaba Ainhoa al llegar. Ambos con ropa deportiva y Armentia muy sonriente al contemplar quizá un camino más despejado.
La sorpresa
A lo largo de estas semanas, diferentes medios de comunicación dieron por hecho que la relación estaba completamente rota y que Iñaki había llegado a creer que su compañera estaba detrás de las imágenes que marcaron un antes y un después en sus vidas… Pero parece que nada más lejos. No solo no hubo sospecha de que lo hubiera traicionado, sino que Iñaki podría estar enamorado de su compañera de trabajo.
Desde que fueron fotografiados de la mano, y a lo largo de casi cuatro semanas, tomaron todas las medidas para mantenerse separados. Una distancia que fue interpretada como el final de su relación, pero, como habíamos avanzado en nuestras páginas, podía haber sorpresas. Y es justo lo que ha pasado.
Sin que haya cesado la tormenta y estando la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en un periodo de reflexión —según dijo en una entrevista el abogado del exduque, Mario Pascual Vives—, parece que Urdangarin y Armentia están decididos a escribir juntos el siguiente capítulo.
Orden en sus vidas
Tenían que poner un orden en sus vidas y aclarar sus escenarios familiares y ya lo han hecho. Iñaki dio explicaciones en Ginebra y en Barcelona a su mujer y a sus cuatro hijos, y la analista contable parecía tenerlo mucho más claro. Su matrimonio estaba en crisis y solo tardó dos días en dejar la casa familiar y hacer la mudanza a la casa de su padre.
Lo que realmente importa son los hijos (seis en total) y parece que todos tienen la mayor y mejor disposición para que las relaciones fluyan de la mejor manera posible. Urdangarin se siente apoyado por sus hijos, aunque no se les haya podido fotografiar juntos. Y en el caso de Ainhoa hay testimonio de que está muy arropada. La semana pasada en ¡HOLA! también publicábamos en exclusiva las imágenes de su plan familiar junto a su marido y sus dos hijos.
La relación se consolida en Vitoria y dando pequeños pasos hacia la normalidad… Los compañeros de trabajo comparten bolsa de deporte y parecen dispuestos a escribir juntos un nuevo capítulo
Desde que vieron la luz las polémicas fotografías, nuestras fuentes siempre apuntaron a que no había vuelta atrás y, aunque en cuestiones de amor no hay nada escrito, parece que ese es el horizonte.
Para la infanta Cristina todo sucedió del modo más inesperado. Sencillamente, fue arrollada por una situación con la que no contaba. En cuanto a Iñaki, su mundo también se vino abajo de manera precipitada. Y, puesto entre la espalda y la pared, parece que ha hecho su elección. Estaba en casa y, sobre todo, se sentía muy a gusto con su compañera de trabajo. Las imágenes de esta semana son la prueba.