Su separación estuvo marcada por el escándalo. Jeff Bezos, fundador de la empresa de comercio electrónico Amazon, y su mujer MacKenzie, se divorciaron en 2019 tras 25 años juntos. Horas después del anuncio de su separación se publicaban unas fotografías y mensajes privados entre el dueño de Amazon y su nueva pareja, Lauren Sanchez, que ponía al magnate en el punto de mira. El acuerdo convirtió a MacKenzie en la tercera mujer más rica del mundo, tal y como señaló Forbes, pues se habría quedado con un 4% de Amazon, un porcentaje al que se unieron más de 32.000 millones de euros. Dos años después la vida de MacKenzie, que utiliza ahora su apellido de soltera, Scott, ha dado un giro radical, pero no por la enorme fortuna que acumula sino por las decisiones que ha tomado para gestionarla.
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Hace solo unos días Forbes publicaba una lista que señala a los millonarios de Estados Unidos que más dinero destinan a iniciativas filantrópicas, y en ella aparece el nombre de MacKenzie en el quinto puesto. Supera a su marido Jeff Bezos que se sitúa en el lugar número 16. Desde que se separó, Scott no ha dejado de contribuir a aquellas causas que considera dignas de atención pues como ella misma comentó en alguna ocasión su intención era devolver a la sociedad la riqueza que le habían ayudado a generar. “Tengo una cantidad desproporcionada de dinero para compartir”, una declaración de intenciones que ha hecho realidad con creces.
En 2020, donó 5.800 millones de dólares (5.114 millones de euros) a 500 entidades, mientras que en 2021 repartió unos 2.700 millones de dólares (2.380,7 millones de euros), repartidos entre 286 causas, como el Fondo de Defensa de los Niños y el Consejo Nacional de Organizaciones sin Fines de Lucro. A estas se suman otras donaciones que no se han cuantificado (ni tampoco se ha especificado a quién están destinadas). Para escoger las causas a las que presta su ayuda, MacKenzie cuenta con la colaboración de una asesoría y luego detalla las contribuciones a través de su blog en Medium. En la prensa estadounidense se preguntan si esta sucesión de donaciones no será una manera de dejar en evidencia a su exmarido que apenas ha donado 2.100 millones de dólares (1.850 millones de euros) a lo largo de su vida.
Su vida privada casa con esta sencillez en la que se ha instalado desde su separación. Casi dos años después de su divorcio se volvía a casar con un profesor de ciencias de Seattle (Estados Unidos), que impartía química en la escuela donde estudiaron sus hijos (el instituto Lakeside School). Dan Jewett ha dedicado toda su vida a la educación, uno de los sectores en los que precisamente MacKenzie ha centrado algunas de sus generosas contribuciones, y ahora está dispuesto a unirse a su mujer en esta desinteresada carrera. "He sido profesor la gran parte de mi vida, así como un agradecido estudiante de la generosidad de los que me rodean", ha admitido en un texto publicado en The Giving Pledge.
"Ahora, en una feliz coincidencia, estoy casado con una de las personas más generosas y amables que conozco, por lo que me uno a ella en el compromiso de donar una gran cantidad de riqueza a otros", explicaba. The Giving Pledge es un movimiento creado por Warren Buffet, CEO del conglomerado empresarial Berkshire Hathaway, y Bill y Melinda Gates, destinado a aquellos que donan la mayor parte de su fortuna.