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Llevan la pasión por el fútbol en el ADN y prácticamente han crecido dando patadas a un balón, por eso no es de extrañar que la mayoría de los hijos de lo futbolistas sueñen con seguir la estela de sus padres. Muchos no lo consiguen, otros hacen del deporte solo su hobby y prefieren encaminar sus pasos por otro camino y unos pocos empiezan a despuntar en categorías juveniles. Esto sucede con hijos de Cristiano Ronaldo, David Beckham, Diego Simeone, Zinedine Zidane, Marcelo…. Grandes nombres de este deporte que parece que seguiremos viendo impresos durante muchos años en las camisetas de los mejores equipos del mundo, ya que sus hijos van encaminados a tomar su relevo.
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El último de ellos que ha fichado por el equipo de su padre ha sido Cristiano Jr., que juega en las filas de los juveniles del Manchester United. Hace unos días, acompañado por Georgina Rodríguez y por sus hermanos, Eva, Mateo y Alana, el hijo de Cristiano Ronaldo sostenía emocionado la camiseta del equipo inglés con el nombre de Ronaldo y el número 7, como su progenitor. Desde que empezó a caminar, el mayor de los hijos del astro portugués ya mostraba su habilidad con el balón, teniendo en su casa el mejor ejemplo a seguir. Ahora, a sus once años, quiere seguir trabajando duro para convertirse en futbolista profesional. Esta no es la primera vez que juega en el mismo club que su padre. Antes de mudarse a Inglaterra, estuvo en las categorías inferiores de la Juventus, donde obtuvo buenos resultados, entre ellos marcó más de cincuenta goles en la temporada.
“Veremos si mi hijo llega a ser un gran jugador, aún no lo es. Soy duro con él. En ocasiones bebe Coca Cola y Fanta, y come patatas fritas y él sabe que no me gusta”, decía Ronaldo en la gala Global Soccer Awards hace poco más de un año. “Le digo que, después de hacer cinta, debe descansar en agua fría y no le gusta. Es normal, tiene diez años“, aseguraba. En cuanto a cómo veía a su hijo en el terreno de juego, decía con prudencia: “Tiene potencial, es grande, es rápido y dribla bien, pero eso no lo es todo. Esto requiere mucha dedicación y trabajo duro. No le voy a presionar, pero si me preguntan si me gustaría que lo fuese... Claro que sí. Sin embargo, quiero lo mejor para él, sea futbolista o médico”.
Otro ‘mini futbolista’ que juega en el mismo equipo de su padre y además es un clon de él es Enzo Alves, hijo de Marcelo, defensa del Real Madrid. Tiene once años y entró en el club blanco en 2017 y ahora juega como delantero en el Infantil B. Enzo es el mayor de los dos hijos que el futbolista brasileño tiene con su mujer, Clarice Alves, quien nos contaba las pasadas navidades cómo ve a su hijos como futbolistas. “El mayor lleva ya unos años en el Madrid y le va bien. Es muy pequeño todavía, pero está en el caminito. Vamos a ver. Y el pequeño empezó este año en un equipo, en Santa Ana, donde Enzo comenzó a jugar. Está superilusionado. Pero es más artista y también está estudiando piano. Está probando muchas cosas, pero el fútbol se le da muy bien”. En cuanto a qué opina Marcelo de que Enzo empiece a despuntar con la camiseta del Real Madrid, Clarise respondía: “Quería que esperase a que tuviera ocho años, pero era la pasión de Enzo y lo tenía muy claro desde los cuatro o cinco años. Había que dejarle, pero Marcelo quería protegerlo y no quería que empezara tan joven. Ahora Marcelo disfruta al máximo viéndolo… Se pone tan nervioso con los partidos, como si fuera un partido de la Champions o más”. Y es que es habitual ver al jugador animando a su hijo desde la grada, cuando sus compromisos profesionales se lo permiten.
También como una fotocopia de su padre, Romeo Beckham ha querido encaminar sus pasos al mundo del fútbol, que compagina con la moda. De los hijos de David Beckham, él es quien despunta más en este deporte. Su hermano mayor también estuvo un tiempo en ligas inferiores, pero terminó enfocándose en la moda y la fotografía, pero Romeo juega ahora en el Fort Lauderdale FC, equipo filial del Inter de Miami del que su padre es propietario y hace tan solo unas semanas debutó con el primer equipo en un partido amistoso de la pretemporada, algo que llenó de orgullo a David, que no dudó en felicitarlo en sus redes sociales. Ver a Romeo en el césped es como volver a ver a Beckham y además, en homenaje a su progenitor se ha hecho el mismo tatuaje que lleva su padre en el cuello, una cruz con unas alas.
En el mismo club que entrena su padre, el Atlético de Madrid, juega el pequeño de los hijos de Diego Simeone. El entrenador, padre de cinco hijos -tres niños y dos niñas- está muy contento de que los mayores haya querido dedicarse al fútbol. Giovanni juega en Italia en el Cagliari, Gianluca en el CD Ibiza Islas Pitiusas y el pequeño, Giuliano, de diecinueve años, en el Atlético de Madrid B, como delantero y apunta maneras para llegar a primera división. Llegó al club rojiblanco en 2019 y acaba de renovar. “Estoy muy contento por extender mi vínculo con el Atlético de Madrid y espero devolverles toda la confianza que han depositado en mí. Este club para mí es una familia, siento que estamos todos muy unidos y que son los mejores”, decía en la web del equipo.
Tras la estela de su progenitor bajo los palos está Lucas Cañizares, hijo de Santiago Cañizares, que a sus diecinueve años es guardameta del Real Madrid Castilla. Entró en el 2014 en el equipo y ha seguido destacando en la cantera. Su nombre se perfila como suplente para el primer equipo. Junto a Lucas en el segundo equipo del Real Madrid juega también otro hijo de una gran estrella, Theo, hijo de Zinedine Zidane. El tercero de los hijos del futbolista francés parece haber heredado su habilidad con él balón y su hambre de gol. Ambos, Lucas y Theo, entrenan a las órdenes de otra leyenda del madridismo: Raúl González Blanco. Parece que todo queda en casa.