Están siendo unas semanas muy intensas para Lidia Torrent, quien está compaginando las grabaciones de First Dates con su trabajo de presentadora en Secret Story . Aun así, la hija de Elsa Anka, de veintiocho años, cuenta a ¡HOLA! que le gusta “sacar tiempo para cocinar”. Eso sí, Lidia nos confiesa: “Hago recetas sencillas, no muy complejas, pero pongo mi toque especial, que es especiar las cosas”. Entre fogones, la presentadora no solo habla de su buena mano para la cocina y su gran momento profesional. También comparte su felicidad con su novio, Jaime Astrain —exfutbolista y comentarista de El chiringuito de jugones—, y su madre, que acaba de anunciar su compromiso con el financiero Víctor Prat-Heimerl.
—¿Qué valoración te das como cocinera?
—Me doy un… Venga, un siete. Soy apañada. No tengo un don natural para la cocina, porque no hago platos muy complejos, pero me defiendo. En lo que sí tengo gracia es en especiar la comida, que le da el toque diferente.
—¿Qué tipo de platos sueles preparar?
—Un poco de todo. Últimamente, he descubierto que mi plato estrella es el tartar de salmón. Para el día a día, me gusta hacerme ensaladas muy variadas. Luego, salmón al horno, pasta… ¡Vais a pensar que vaya cocinera! (Ríe). Pero se puede jugar mucho con las ensaladas e ingredientes. Por ejemplo, pepino con fresa.
“Me eché a llorar cuando mi madre me dijo que se casaba. Adoro a la persona con la que está. Hemos creado un núcleo familiar maravilloso con él y sus hijos”
—Vamos, que te gusta la cocina sana.
—Sí, es herencia de mi madre, no como algo impuesto. Ella siempre nos ha cocinado muy variado y rico, encontrando la gracia de que lo sano también tiene su punto. Me permito muchas cosas, porque soy una adicta al chocolate y a las chuches, pero tengo una dieta saludable.
—Vives con tu chico, Jaime. ¿Quién cocina?
—Más yo. Jaime siempre prepara el desayuno y yo me encargo de la comida y de la cena.
—¿Y te lleva el desayuno a la cama?
—No, hombre. Eso es muy romántico, pero muy poco práctico (ríe). Mejor sentaditos.
—Con el Día de los Enamorados muy reciente, ¿qué prepararías para una cena romántica?
—En casa, me gusta tomar una copita de vino y encender una vela. Con ese entorno, puedes poner un plato de jamón o una pizza, que eso ya lo adorno. Pero si tengo que pensar…, igual mi tartar de salmón, con el que conquisto corazones (ríe).
—¿Cómo habéis celebrado San Valentín?
—No hemos hecho nada especial. El cinco fue el cumpleaños de Jaime y nos fuimos a Florencia. Ya lo celebramos allí.
—Cuando sales a comer fuera, ¿qué tipo de restaurantes prefieres?
—¡Todos! Me gusta la comida japonesa, mexicana, las hamburguesas, peruana… Me gusta probarlo todo y soy de buen comer.
—Con una buena figura, ¿cuál es tu secreto?
—Juro que como muchísimo. Hay una parte genética, heredada de mis padres. Luego, compenso. Si un día me pongo como ‘el Quico’, al día siguiente como algo más liviano. Si comes mucho tres días seguidos, el cuerpo se resiente.
Una madre hacia el altar
—No hay duda de que lo tuyo es genético. Tu madre está estupenda con cincuenta y seis años.
—Mi madre ha hecho un pacto con el diablo (ríe). En realidad, lo suyo es absoluta constancia y rutina. Desde muy joven, el deporte y la alimentación forman parte de su vida.
—¿Y Elsa Anka es cocinillas?
—No diría que es una gran cocinillas, porque lo es mi abuela, pero mi madre cocina rico y siempre muy sanito. Hemos tenido una buena salud alimenticia desde pequeños.
—¿Cuál es esa receta que te prepara siempre que la visitas en Barcelona?
—El solomillo con cebolla, que le queda riquísimo. Luego, hace unas lentejas buenísimas.
—¿Cómo es Elsa Anka como madre?
—Me siento muy afortunada de tenerla como madre. Es una mujer empática, sensible, buena y, sobre todo, muy luchadora. La admiro como mujer y como profesional.
—Tu madre vive un momento muy especial, acaba de anunciar su compromiso.
—Me eché a llorar cuando me lo dijo. La veo muy contenta y adoro a la persona con la que se va a casar, Víctor. Hemos creado un núcleo familiar maravilloso con él y sus hijos.
—¿La estás ayudando con los preparativos?
—No. No sé si lo está planeando o no.
—¿No hay fecha fijada para la boda?
—No lo sé, lo juro.
—¿Qué destacas de tu novio, Jaime?
—Es una persona con educación, con valores… Y una persona paciente.
—Tu madre y tu chico trabajan en televisión. ¿Alguno te da consejos?
—La que es más crítica conmigo soy yo. Entonces, la gente de mi alrededor hace un poco de balanza para que no me castigue tanto.
—Con dos proyectos, ¿cuántos días trabajas?
—First Dates se graba todos los días y las conexiones de Secret Story también se hicieron todos los días durante dos semanas. Estaba fuera de casa catorce horas al día. Pero te aseguro que lo de ‘sarna con gusto no pica’ es así. Como tenía esa adrenalina de un nuevo proyecto, la cafeína me la daba la ilusión.
—¿Te grabas y te ves?
—Sí, claro. Antes me costaba mucho, pero ya he superado ese trauma de verme. Es importante verse para corregir cosas.
—Transmites mucha tranquilidad en televisión. ¿Eres así en tu día a día?
—Soy una persona muy serena. Como no hago ningún personaje en mi trabajo, supongo que se plasma cómo soy.
—Muchos no saben que tú ibas para actriz. ¿Te ves haciendo algo?
—Sí, hice cinco años de Interpretación. Es una puerta que siempre está medio abierta, aunque, si quieres ser actriz, debes destinar tiempo y energía. Y ahora estoy con otras cosas.
—Pese a todo, tú estudiaste Criminología.
—Me dedicaría a ello por amor al arte, es algo pasional. La televisión siempre me causaba curiosidad, por mi madre. Salió la oportunidad de hacer el debate de Gran hermano y fue el primer acercamiento a este mundo.
Solomillo de cerdo al coñac
Tiempo de preparación: 60 minutos.
Ingredientes (para 4 personas):
● Un solomillo de cerdo ● Una cebolla grande o dos medianas ● Un vaso de caldo de pollo ● Medio vaso de coñac ● 2 dientes de ajo ● Una hoja de laurel ● Aceite de oliva ● Pimienta ● Sal
Elaboración
- Primero, pon el solomillo entero en una cazuela con aceite de oliva.
- Cuando la carne esté dorada o marcada, baja el fuego e introduce la cebolla troceada, el ajo y el laurel.
- Déjalo que se cocine poco a poco, durante cuarenta minutos. De vez en cuando, mira la cazuela para que no se seque o se pegue y ve añadiendo más caldo. He descubierto que, cuanto más tiempo esté cociéndose, más tierno queda el solomillo.
- Pasado el tiempo de cocción, vierte un chorrito de coñac, que es el secreto de este plato. A continuación, deja la cazuela que siga cociéndose, hasta que el alcohol se consuma.
- Por último, saca el solomillo y córtalo en medallones.
- Después, vuelve a introducir la carne en la cazuela, para que coja el saborcito de la salsa.