Hace ahora veinte años, fue una de los diecisiete concursantes de la segunda edición de Operación Triunfo, la de Manuel Carrasco, Beth y Ainhoa Cantalapiedra, que se alzó con el primer puesto. Mercedes Mígel Carpio, conocida artísticamente como Vega , la chica delgadita y de pelo corto que componía canciones con su guitarra, quedó novena. Pero su forma de estar en el escenario, tan personal, llamó la atención del público y del jurado. Desde entonces, no ha parado de grabar discos . Debutó en el 2003 con su primer álbum de estudio, India, y, diez años después, comenzó su andadura independiente con su propio sello discográfico: La Madriguera Records. Desde entonces ha publicado cinco álbumes más, consiguiendo con tres de ellos ( Wolverines, La Reina Pez y Diario de una noche en Madrid ) el segundo puesto en la listas oficiales de ventas españolas (Promusicae) y el tercero con su álbum en italiano Non Ho L’età. También ha colaborado con numerosos artistas, entre ellos Raphael, Manuel Carrasco, Luis Fonsi y AnaTorroja, y ha sido nominada en dos ocasiones a un Grammy Latino.
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Ahora, dos años después de publicar su último disco, vuelve a los escenarios con Mirlo Blanco , el décimo álbum de su carrera y quinto como artista independiente, con el que corona sus veinte años sobre los escenarios.
-Estás en plena promoción del nuevo álbum, que publicas el once de febrero. ¿Qué sientes en vísperas de este nuevo lanzamiento?
-Como siempre que saco disco siento muchas ganas y, al mismo tiempo, también muchos nervios. Estas canciones llevan mucho tiempo y mucho trabajo de detrás, por ello es inevitable querer saber si al público le gustará y estar un poco expectante con ese momento. Yo, por mi parte, estoy satisfecha con Mirlo Blanco porque es un disco que refleja absolutamente lo que soy.
-¿Cómo y cuándo surgió la idea de este trabajo?
-Fue un proceso natural. Justo antes de la pandemia acababa de lanzar mi primer disco en directo, Diario de Una Noche en Madrid, e iba a comenzar la gira, pero tuvimos que cancelarla. En primer lugar, una vez, y, después, definitivamente, ya que la situación de incertidumbre no mejoraba. Entonces decidí que, en lugar de frustrarme por no poder girar con ese disco, iba a volcar mis ganas en Mirlo Blanco. Y así, sin más, me puse a trabajar en las canciones, que, aunque el mundo estuviese parado y confinado, seguían surgiendo en mi cabeza.
-¿Qué esperas de él?
-Espero que mi disco le guste a la gente tanto como me gusta a mí.
-Cantas y compones desde hace muchos años, Mercedes. ¿Has desempolvado algunas canciones antiguas para este disco?
-Hay de todo. Hay canciones que compuse antes de que llegase la pandemia, otras que compuse en plena pandemia y canciones que escribí cuando la peor parte ya había pasado. Pero, si te refieres a antiguas, de hace muchos años, no, no hay ninguna.
-¿De qué manera influye en una compositora las circunstancias personales? ¿Las canciones se hacen pensando en una misma?
-Un compositor no escribe sólo de lo que le afecta directamente, puede escribir también sobre algo que le haya podido conmover, ya sea una historia que le hayan contado, algo que quiera reivindicar o simplemente, como es lógico, algo que le haya pasado. No todas las canciones tratan sobre mí o pensando en cosas que me han pasado a mí. Por ejemplo, cuando escribo para otros artistas, mis circunstancias personales no intervienen. Lo que sí lo hace es cómo imagino que él o ella cantarían esa canción o qué quieren contar, que la mayoría de las veces lo sé porque me lo dicen. Por eso te digo que las circunstancias personales a la hora de escribir una canción no es lo único que influye. Mis circunstancias personales pueden ser mías o de alguien que me rodea, o de algo que he visto y, en ese momento me ha inspirado con alguna historia.
-¿Las emociones vividas en estos dos últimos años con la pandemia también están presentes de algún modo en los temas de tu nuevo disco?
-Mentiría si dijese que no. Mirlo Blanco es un disco compuesto por canciones escritas antes, durante y después de los meses más duros de la pandemia. Y nadie ha estado exento de muchísimas emociones en todo este tiempo y eso, de una forma u otra, se recoge en algunas canciones, pero no en todas. Es un disco que habla de empatía, del dolor, de la alegría, de la aceptación, del sentido de comunidad, de la pérdida, del amor, del orgullo de ser como uno es y del amor a uno mismo.
-¿Hay alguna canción especialmente dedicada a tu hija, Noa?
-En particular, no. En general, son todas.
Cabe recordar que, a finales del año pasado, coincidiendo con la salida al mercado de uno de sus nuevos temas, Bipolar, esta cordobesa, de cuarenta y dos, que está casada con José María Rivera, accionista de la cervecera gallega Hijos de Rivera (Estrella Galicia), sacudió las redes con una confesión sorprendente. “Soy bipolar. Real, que no regia. Diagnosticada. No de ese bipolar que a veces hemos arrojado contra alguien como un insulto de conveniencia. Toda mi vida ha estado llena de días confusos. Mañanas de llorar a mares sin razón aparente y reír a carcajadas por la misma sinrazón”, explicó la cantante en su blog. “Ser bipolar -añadía- no es ninguna estupidez que se pueda lanzar al aire como un insulto más. Es doloroso y difícil de gestionar para quienes lo padecemos y para quienes nos rodean”.