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Jorge y Victoria Romanov hicieron historia en octubre al protagonizar la primera boda real celebrada en San Petersburgo en más de un siglo: tres días de fiesta en tres palacios diferentes, ante más de 1.500 invitados de todas partes del mundo. Casi cinco meses después, el zarévich y gran duque de Rusia y su mujer, escritora y princesa desde el día del enlace, forman una de las parejas de moda en Moscú. “La gente me trata con más protocolo, pero no ha cambiado el afecto que tenían por mí a pesar de mi estatus”, reconoce Victoria en conversación con ¡HOLA!. La consorte del gran duque acaba de recibir un nuevo título: el de “madrina” de los osos huérfanos de la capital rusa, animales salvajes que se acercan a los pueblos en busca de comida, poniendo en riesgo su vida y la de los humanos.
© ©Hace unos días, la princesa visitó un centro de recuperación de osos a las afueras de Moscú. El orfanato se dedica a criar cachorros abandonados o que han perdido a su madre, y a curar a fieras enfermas o que han sufrido abusos o malos tratos. El objetivo de esta institución es que los animales puedan volver a vivir en libertad una vez hayan sido curados. “Desafortunadamente, no siempre es posible porque algunos de estos osos han tenido un contacto demasiado estrecho con los seres humanos y eso perjudica su reinserción en la naturaleza. Las osas abandonan a sus cachorros cuando un humano se acerca demasiado al nido. Es un problema muy frecuente“, explica.
La princesa, hija de diplomáticos italianos, visitó el orfanato de osos en calidad de directora la Fundación Imperial, una ONG que creó en 2013 junto a su marido, el gran duque. La fundación, con más de 10.000 voluntarios en todo el país, desarrolla proyectos solidarios y lleva adelante programas muy variados: desde ayudas a niños rusos con capacidades diferentes a proyectos para proteger a animales y ecosistemas que están amenazados por el calentamiento global y la presencia humana. Del rescate de perros callejeros al cuidado de osos abandonados. Victoria también es directora de relaciones externas de Foodbankrus, el primer banco de alimentos de ese país, que distribuye cada año comida y bienes de primera necesidad a 1,5 millones de personas necesitadas.
© ©Los animales son la gran debilidad de la nueva princesa Romanov. A la pregunta de si no tuvo miedo de estar tan cerca de un oso de 250 kilos, responde que no. “Son animales tan fuertes y a la vez tan frágiles”, apunta. “Tuve la suerte de nacer en una familia que ama a los animales y que respeta su dignidad. Por eso sabía que el oso tenía que evaluarme primero y que, solo si me aceptaba, me iba a poder sacar las fotos con él. Y así fue. También hay que decir que este oso está acostumbrado a la presencia humana porque creció en un zoológico privado. Desafortunadamente, esto le impide volver a una vida completamente salvaje“, se lamenta.
“Es importante que la gente entienda que los animales no son juguetes, sino seres que sienten y sufren al estar maltratados o enjaulados. Y que no todos los animales pueden ser animales de compañía”, denuncia la directora de la Fundación Imperial, que cuenta con todo el apoyo de su marido, Jorge de Rusia, a la hora de llevar adelante estas campañas y proyectos. Cinco meses después de su boda con el gran duque, Victoria hace un balance muy positivo de su matrimonio. “Somos afortunados porque llevamos muchos años juntos y nuestra relación no ha cambiado”, dice. “Tenemos una relación sana en la que nos apoyamos mutuamente, compartimos mismos valores y nos reímos mucho”. ¿La pareja real ya ha pensado en formar una familia? “Claro que queremos tener familia. Es la base de nuestros valores”, responde tajantemente. Por ahora, y hasta que le llegue la hora de ser madre, Victoria Romanov está encantada con su papel de madrina de estos osos huérfanos.
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