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Ainhoa Armentia pasó de ser una auténtica desconocida a convertirse en el foco de la noticia en cuestión de horas, pero desde el primer minuto, y aún viendo que su vida había quedado completamente expuesta -revisada del derecho y del revés-, siempre dejó clara su intención de no esconderse. Y ofreciendo además dos “perfiles” distintos: el de sería analista contable que acude a su trabajo puntual; y, en actitud más relajada en su tiempo libre. Una mujer muy diferente.
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Si bien es cierto que intenta despistar a las cámaras cambiando de coche -familia y amigas hacen turnos- y ha dejado atrás algunas rutinas para exponerse lo menos posible, Ainhoa es una mujer que siempre da la cara. Por ella y sobre todo por los suyos, a los que defiende a capa y espada.
De hecho, la única vez que habló delante de los micrófonos -24 de enero- seis días después de que salieran publicadas las fotos junto a Urdangarin, fue `por ese motivo. Lo hizo a las puertas del bufete Imaz & Asesores, donde trabaja desde 2019. “Os pido, por favor, que respetéis la intimidad de mi familia”, dijo de manera contundente.
Según su entorno, lo que realmente le preocupa (y mucho), es preservar sus vidas, protegerlos de los focos. De hecho, habría pedido asesoramiento legal para poner límites y poder defenderse, aunque puede que se trate más de iniciar los trámites de separación.
Las últimas informaciones apuntan a que Ainhoa y su marido habrían dado el paso de poner fin a su matrimonio, que hacía aguas después de diecinueve años, aunque para Manuel Ruiz también fue una sorpresa conocer la relación de su mujer con Iñaki Urdangarin. Ver las imágenes que han cambiado la vida de dos familias, pero que, contrariamente a lo que podía parecer, no los ha llevado a ninguna “guerra”.
Las imágenes que ¡HOLA! publica en exclusiva, son una prueba. El pasado fin de semana se reencontraban en la casa familiar. Manuel Ruiz volvía a su domicilio después de ver a sus amigos, cuando Ainhoa estaba todavía dentro del hogar que han compartido junto a sus hijos de 17 y 13 años, una edad difícil para que el nombre de su madre esté en boca de todos.
Ainhoa ha perdido su libertad, intenta exponerse lo menos posible, pero sigue necesitando el contacto humano, esa normalidad. Quizá por eso, desde que su nombre y su imagen saltaron a primera plana, rara vez se la ha visto sola. Siempre va rodeada de su gente. Con sus hijos, los primeros, lo que más le importa; sus padres por separado -están divorciados-; su hermana Laura y, por supuesto, sus amigas, con las que no ha dejado de hacer planes porque en ellas ha encontrado también un gran apoyo.
Cuenta con su lealtad y discreción. Mantener a su círculo más íntimo cerca es muy importante, aunque sea tan solo para dar un paseo por Vitoria con la “normalidad” de siempre, como si no hubiera pasado nada.
Con la mano en el bolsillo de su moderna parka -piel y pelo-, vaquero acampando con bajo deshilachado, botín negro de tacón… y el pelo rubio y suelto, como siempre, la vimos ir al encuentro de su pandilla de cinco. En las imágenes, se las ve riéndose, después de almorzar juntas; y parándose en diferentes rincones para hacerse fotos. Ainhoa se apunta a hacerles una sonriendo. Es un buen momento.
En Vitoria hay una buena opinión de ella. Más allá del ámbito laboral donde se la califica como muy trabajadora y hasta un poco “líder”, su entorno coincide en que es “maja, alegre, simpática, muy desinhibida y con mucho carácter”. También, una apasionada de la naturaleza -mar y montaña- y una mujer coqueta -le gusta la moda- con las zapatillas de deporte siempre a mano.
Le gusta todo. Leer, ver series y no se resiste a la música ni a bailar. Las pruebas también están en Tik Tok. Baila con su marido; uno de sus hijos; con su hermana; su sobrina. Son diferentes vídeos que nos acercan un poco más a su personalidad.
En el mejor sentido, es una mujer que ama la vida, positiva, llena de energía… “Emprendedora, resolutiva y con habilidad para enfrentar situaciones de desafío y superación”. Esto último lo dice ella misma en su perfil de Infojobs, aunque quizá no contara con tanto.