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carmen thyssen reportaje© Victor Cucart/ Archivo ¡HOLA!

¡HOLA! entra en el búnker de la baronesa Thyssen en Andorra: así está siendo el traslado del ‘Mata Mua’ a Madrid

El protocolo, los cuidados, el viaje… Todo sobre el regreso de la obra de Gauguin, joya de la colección, antes de la firma del acuerdo el próximo miércoles


7 de febrero de 2022 - 16:47 CET

A estas horas solo los transportistas y la policía que lo escolta saben dónde está el ‘Mata Mua’. La joya de la corona de la colección de Carmen Cervera viaja rumbo al museo Thyssen de Madrid por una ruta desconocida tras pasar los controles aduaneros en Andorra, de donde salió esta mañana. Una medida de seguridad a la altura de la obra de Gauguin que regresa a ‘casa’ dos años después de su salida durante la primera ola de la pandemia, en pleno confinamiento, y justo a tiempo para la firma este miércoles del alquiler de la colección Carmen Thyssen tras una década intentando llegar a un acuerdo.

La operación retorno arranca cuando aún no ha amanecido en el Principado. Antes de las siete de la mañana ya resuenan las puertas acorazadas y los cerrojos del búnker, guardián de buena parte de las obras que no están expuestas en los distintos museos. Guillermo Cervera, sobrino de la baronesa y conservador general de la colección (que consta aproximadamente de 1.400 obras de las cuales 329 forman parte del acuerdo) se encarga de supervisar toda la operación y de acompañar al cuadro hasta la frontera andorrana. Con él está Lucía Cassol, jefa de Registro del Museo Thyssen desde su inauguración en 1992, que ya viajó acompañándolo en el viaje de ida en 2020. Iluminados por grandes focos ambos revisan palmo a palmo, lupa en mano, el ‘Mata Mua’, ahora sobre la mesa de visionado tras salir de la cámara acorazada. “Vamos viendo así que la superficie de la obra y del marco, que también se revisa, estén en buenas condiciones” señala Guillermo Cervera.

image00016 (1)-Collage-U64507332751vOa© Javier Alonso
image00013-Collage-U33833113705BKV© Javier Alonso

“Cuando la obra llegó se hizo una ficha donde se apuntó como está. Todo esto sirve para conocer los detalles técnicos y poder anticiparnos a cualquier cosa que pueda tener y si así fuera, hacer una ejecución preventiva. Ahora hablamos del ‘Mata Mua’, pero es genérico para todas las obras y se hace siempre. Esto nos permite controlar al máximo el estado de una obra en todo momento, desde que sale del museo hasta que vuelve al origen”.

Dos operarios de la empresa especializada encargada embalan el ‘Mata Mua’ en papel tisú con PH neutro y lo colocan en la caja color lima de ochenta kilos de peso y madera impermeabilizada que se fabricó expresamente para su traslado hace dos años. En la trasera, el cuadro lleva unos controles de humedad, un sistema que utiliza el equipo de Restauración del Museo Thyssen; y la caja se precinta con abrazaderas numeradas para constatar que no ha sido manipulada durante el traslado, que se realiza en un camión climatizado (control de temperatura y humedad) conducido por ambos en turnos y a no más de noventa kilómetros por hora. Todos los gastos del transporte, así como los seguros, corren a cargo de la baronesa Thyssen.

Mata Mua HOLA PLUS© Javier Alonso
Guillermo Cervera, sobrino de la baronesa y conservador general de la colección se encarga de supervisar toda la operación y de acompañar al cuadro hasta la frontera andorrana.

La obra llegará a última hora de esta tarde al museo y se quedará allí “pero sin abrirse, porque hay un protocolo ya que tiene aclimatarse al nuevo espacio. Las variaciones son muy pequeñas pero los protocolos son muy estrictos, miramos hasta el mínimo detalle así que se deja en ese nuevo espacio para que se aclimate a igual ese medio grado o grado de diferencia que puede haber”.

El próximo miércoles Carmen Thyssen y el ministro de Cultura, Miquel Iceta, sellarán el acuerdo por el alquiler de la colección en un acto en el que también participará el hijo de la baronesa, Borja Thyssen. Se pondrá así fin a una década de negociaciones que culminaron en febrero de 2021 con el pacto alcanzado por la aristócrata y el entonces ministro, José Manuel Rodríguez Uribes, que contempla el alquiler de 329 obras (originariamente se habló de 427) por 6,5 millones de euros anuales durante quince años con opción a compra al finalizar el mismo.

image00037-Collage-U17305667325WlT© Javier Alonso

Hace un año, al llegar al acuerdo, la baronesa nos recibía en su casa para hablaronos del histórico momento del ‘Mata Mua’, el buque insignia de su colección. “Lo he comprado ¡hasta tres veces! La primera, con Heini, lo compramos a medias con Jimmy Ortiz Patiño en una subasta porque Patiño nos dijo que no pujásemos el uno contra el otro. Nos propuso comprarlo juntos y tenerlo un tiempo cada uno. Al cabo de tres años, Jimmy nos dijo que ya no era más coleccionista, porque se iba a dedicar al polo, y que se lo quedara Heini, pero mi marido pensó que lo justo era que saliera a subasta. Yo tenía mucho miedo porque era una subasta telefónica y el cuadro me gustaba con locura, y a Heini también. Gracias a Dios, lo conseguimos, aunque pagando diez veces más, porque todo lo que tocaba Thyssen se revalorizaba una barbaridad. Y la tercera vez fue en el reparto con los herederos, cuando se lo tuve que comprar a ellos. Pero bueno, está en mi colección, así que está claro que el cuadro no se quiere separar de mí; es impresionante, porque ya son tres veces y ha superado muchas pruebas”.

Ahora, la colección de la baronesa Thyssen, que albergarán las nuevas salas del museo que ya están listas para su apertura, se ubicará en la planta baja y no en la ampliación como hasta el momento. “El visitante escoge donde quiere ir primero y después qué preferencias puede tener. A nivel de la colección Carmen Thyssen, tiene una presencia mucho mejor, que yo creo que tiene una lógica aplastante” nos dice Guillermo Cervera.

Allí, por supuesto el ‘Mata Mua’, que quiere decir “Érase una vez” en maorí, ocupará un lugar destacado rodeado por otros ocho lienzos de Gauguin. Lo que ha estado a punto de convertirse en un cuento de nunca acabar... Termina con final feliz.