Carla Goyanes no olvidará jamás el día que vio por primera vez al hombre que marcaría para siempre su destino. La empresaria madrileña ha recordado este fin de semana la fecha exacta en la que Jorge Benguría se cruzó en su camino, un momento mágico y del todo inesperado que vuelve a su mente y corazón con gran romanticismo. "Hace 13 años a estas horas estaba terminando una clase de golf para irme a una cena organizada por Cristina Rubio con amigas solteras y amigos solteros de Carlos Zancajo", comienza narrando sobre los preámbulos que dieron lugar al señalado instante, aludiendo a los dos grandes colegas (ella, de la infancia y él de la época de la universidad) de la pareja que les presentaron por aquel entonces. Reconoce que "poco esperaba yo" de esa cita "a ciegas colectiva", ya que vivía una etapa un tanto “alocada”, describe.
Las idílicas vacaciones de Carla Goyanes con su marido y sus niños en Gstaad
Cuenta que era "una noche con pocas expectativas" y, sin embargo, "cuando menos te lo esperas conoces al amor de tu vida y padre de tus hijos", subraya con esta "moraleja" que experimentó ella misma. Por eso, considera que hay que "disfruta cada día, cada plan y cada momento" al no saber nunca lo que te puede pasar. Carla agradece por último a sus íntimos que provocaran ese encuentro, dos personas que mucho tiempo después serían madrina y padrino respectivamente del bautizo de su tercer hijo, Beltrán. Para terminar, junto a una bonita imagen de ambos muy acaramelados, dedica a su esposo un sentido "te quiero" que cierra ese precioso texto recordatorio de cómo empezó todo en este romance que cristalizaría posteriormente en boda el 16 de julio de 2011. A principios del pasado enero, sus Majestades de Oriente no pasaban esta vez por la casa de Madrid en la que viven Carla Goyanes y Jorge Benguría, sino que Melchor, Gaspar y Baltasar se trasladaban hasta Suiza para poder entregar los regalos al matrimonio y sus tres niños, Carlos (9 de años), Santi (7) y Beltrán (2).
¡Todos juntos otra vez! Caritina y Carla Goyanes disfrutan de su paraíso marbellí en familia
La familia al completo decidía iniciar el 2022 con un viaje a Gstaad, un espectacular enclave alpino en el que disfrutaron a tope de unas agradables jornadas con la nieve como gran protagonista. "Días de Reyes diferentes", decía la empresaria del sector inmobiliario junto a una entrañable imagen en la que aparecía posando muy sonriente con su esposo y sus vástagos, todos muy abrigados para hacer frente a las bajas temperaturas y con la montaña cubierta de blanco como telón de fondo. Carla aprovechaba para practicar una de las aficiones favoritas de las que suele disfrutar cada invierno, además de conectar con la naturaleza mientras descendía por las pistas. "Esquí en modo camuflaje. ¡Qué frío!", escribía con humor la hija de Cari Lapique mientras posaba feliz completamente cubierta con pantalones y chaqueta, guantes, casco, gafas y una bufanda que le tapaba hasta la nariz.