Melinda French Gates ha cambiado de opinión. No con respecto a su dovorcio de Bill Gates, que eso es más que un capítulo cerrado, sino en lo que se refiere a su manera de repartir su fortuna, rompiendo así la promesa que hizo en el pasado de donar la mayor parte de su dinero a la Fundación Gates. Separados desde el pasado mes de mayo tras 27 años de matrimonio, la pareja firmó oficialmente su divocio en el mes de agosto dividiéndose así entre ambos un patrimonio valorado en 128.000 millones de euros, de los cuales, 64.000 millones habrían ido a parar a Melinda, cuyo destino principal era la Fundación que formó junto a su marido y que es una de las más grandes del mundo, con unos fondos que alcanzan los 43.237 millones de euros.
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Sin embargo, tras un periodo de reflexión y tras haber donado 13.395 millones de euros adicionales a la dotación de 44.650 millones que llevaron a cabo poco después de anunciar su divorcio, Melinda modificaba a finales del año pasado, con permiso de su ex, el documento conjunto del proyecto 'Giving Pledge' (La promesa de dar), una iniciativa ideada en 2010 por la pareja, junto al magnate Warren Buffett, para incentivar que las mayores fortunas del mundo a repartir su riqueza, bien sea en vida o tras su muerte, y en el que su día destina la gran parte de su fortuna a la Fundación.
“Cuando cofundé Giving Pledge, me comprometí a donar en vida la mayoría de mis recursos”, se puede leer en una carta enviada por la propia Melinda a dicha organización. “Hoy reafirmo ese compromiso. Reconozco lo absurdo de que tanta riqueza se concentre en las manos de una sola persona, y creo que lo único responsable que se puede hacer con una fortuna de este tamaño es regalarla, de la manera más cuidadosa y con el mayor impacto posible. El objetivo final de cualquier filántropo debería ser dejar obsoleta la necesidad de la filantropía” añade.
Consciente de lo privilegiado de su posición y del bien que puede hacer gracias a su fortuna, Melida señala que sus donaciones “seguirán enfocándose en las personas para quienes las barreras para alcanzar la igualdad son más altas”. Además agrega: “Es importante reconocer que regalar dinero que tu familia nunca necesitará no es un acto especialmente noble. El listón real para la generosidad lo establecen las personas que dan incluso cuando eso significa prescindir de lo que tienen. Por eso, como parte de este compromiso, me comprometo a hacer algo más que firmar cheques. También dedico mi tiempo, energía y esfuerzos a combatir la pobreza y a promover la igualdad para mujeres y niñas, así como para diversos grupos marginados, en Estados Unidos y en todo el mundo”.
Melinda,quien asegura en su escrito que nunca imaginó ser capaz un día de donar “miles de millones” de dólares, no especifica sin embargo entre que otras organizaciones repartirá su fortuna, aunque sí hace alusión en su carta a la Fundación Pivotal Ventures , que ella misma creó en 2015 con el objetivo de buscar "soluciones innovadoras a los problemas que afectan a las mujeres y familias estadounidenses".
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Sin embargo, nada de esto significa la desaparición de la Fundación que Melinda y Bill formaron, pues ya dejaron claro que tras su divocricio ambos trabajarán mano a mano en ella y así ha sido aunque, ahora, va a vivir algunos cambios con los que darán forma a una nueva junta directiva tras su mencionada separación y la salida de Warren Buffet.
La nueva junta dará la bienvenida a Strive Masiyiwa, un filántropo y empresario multimillonario de Zimbabwe que vive en Londres, Minouche Shafik, directora de la London School of Economics, y Tom Tierney, el cofundador de The Bridgespan Group que también actúa como consultor de algunas de las mayores empresas filantrópicas. A ellos se podrían unir tres miembros más. Todos supervisarán los presupuestos, los planes y el liderazgo de la fundación aunque ninguna iniciativa se aprobará sin el apoyo de la mayoría de la junta y de sus creadores.