A sus treinta y dos años, Lucía Pombo, hermana mayor de las influencers María y Marta Pombo, no puede ocultar su felicidad. La joven acaba de anunciar su compromiso con Álvaro López Huerta, que también se dedica a las redes. Ilusionada por el gran paso que va a dar con su pareja desde hace seis años, Lucía, que compagina su profesión de piloto de aviación con su trabajo de influencer , desvela a ¡HOLA! la fecha y lugar de su boda: “Me caso el 25 de junio en Segovia. La fecha me la sugirió mi hermana María. Me apasiona la luz y el 25 es uno de los días más largos del año”, nos explica la madrileña, que cuenta con 324.000 seguidores en Instagram.
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—Lucía, ¿por qué Segovia?
—Me gusta lo castellano y la tradición. Luego, cerca de Segovia, tenemos una casita y lo siento como un lugar mío. Me hubiera gustado casarme en Almería, que es mi trozo de cielo, pero me parecía un fastidio pedirle a todo el mundo que se movilizara hasta allí. Además, de cara a la organización, Segovia es mejor para optimizarlo todo.
—Al ser la última de las hermanas en casarse —María contrajo matrimonio con Pablo Castellano en junio de dos mil diecinueve y Marta, con Luis Giménez, tres meses después—, tendrás más claro lo que quieres y lo que no para tu boda.
—En cuanto a organización previa, me he dado cuenta que hay muchas cosas que no puedes dejar para el final y eso lo sé por las bodas de mis hermanas. También he tomado ideas de las suyas: hay cosas de la de María que van a estar en mi boda y otras de las de Marta que también.
“Me caso el 25 de junio en Segovia”, anuncia a ¡HOLA! la piloto de aviación y hermana mayor de María Pombo
—¿Cómo surgió tu historia de amor con Álvaro?
—No fue la más bonita del mundo… Álvaro tenía novia y yo, también. Nos presentó mi padre en su restaurante. Sus padres y los míos son íntimos de toda la vida, aunque luego nuestras vidas se separaron y no nos reencontramos hasta que teníamos veintidós años. En un principio, nos hicimos amigos…
—¿Y quién dio el paso para convertiros en pareja?
—¡Álvaro! Él dirá lo contrario, pero luchó a machete, que daba gusto (ríe).
Familia de altos vuelos
Tras seis años de relación, Lucía se siente segura del paso que va a dar con Álvaro porque ya lo ha “vivido todo” con él. “Ha estado cuatro años en casa de mis padres y pasamos los tres meses de confinamiento solos, en la de mis suegros. Ya no me puede salir por ningún lado”, bromea la piloto, que nos explica por qué no se ha casado antes. “Nunca he tenido prisa. Incluso, no me hubiera importado tener un hijo antes. Mi profesión también ha afectado. Cuando empecé a trabajar hace dos años, mi prioridad era hacer horas de vuelo”, dice la madrileña, que es la quinta generación en la familia Pombo que se dedica a la aviación. “El primero fue mi tatarabuelo, que, en 1913, hizo el primer Santander-Madrid”, apunta Lucía.
—¿Qué es lo que más admiras de tu hermana María?
—Seguramente, su perseverancia y su capacidad para conseguir lo que se ha propuesto. Es una visionaria.
—¿Cómo has vivido su ascenso?
—Soy muy protectora. Cuando María se abrió las redes sociales, no me gustaba nada que expusiera su vida y eso que apenas tenía seguidores. María podría haber truncado todo por mi falta de visión o exceso de proteccionismo. Sin embargo, siguió con su idea.
“Cuando María se abrió las redes sociales, no me gustaba nada que expusiera su vida. María podría haber truncado todo por mi exceso de proteccionismo”
—¿Y como madre?
—María y Pablo son superpadres. Ella siempre ha sido muy maternal y la veo exactamente como me la imaginaba como madre: perfecta.
—¿Qué destacas de Marta?
—Tiene tanto carisma, es tan risueña… Tiene tanta voluntad y energía… Es el pilar de la casa. La felicidad de Marta arrastra a toda la familia y eso es fundamental.
—Después de todo lo que ha pasado, ¿cómo está anímicamente?
—Cada día, mejor, pero Marta ha tenido una época muy mala. Puede que no siempre haya entendido su malestar, su falta de quererse comer el mundo… Porque yo sabía que Marta era capaz de comerse todo y no entendía lo que le estaba pasando. Ahora me da mucha pena que no se entienda la depresión.