La salud mental es uno de los temás más en boga en los últimos tiempos, sobre todo acuciado por el efecto de la pandemia en nuestras vidas, pero sin duda no se inventaron los trastornos o enfermedades mentales en 2020 con la llegada del coronavirus de Wuhan. Una de las muestras es Amaia Romero, que ha hablado con valentía y fortaleza sobre su propia experiencia después de salir de Operación Triunfo hace ya casi cinco años. La ganadora del concurso vio cómo su éxito se enlazaba con su participación en Eurovisión y su rutina había cambiado para siempre desde que saliera del talent show, dejando atrás a la niña de 18 años que entró por las puertas de la Academia.
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Ha sido ella misma quien ha contado cómo se sintió en los meses posteriores y cómo se dio cuenta de que algo no iba bien cuando aún no había pasado un año desde que finalizara Operación Triunfo 2017. "A los meses de ir a vivir a Barcelona me di cuenta de que algo no iba bien. Había querido siempre dedicarme a la música pero descubrí que no era lo que había imaginado", ha contado Amaia durante su participación en el programa que Salvados ha dedicado a la salud mental de los jóvenes, con entrevistas a diversos rostros conocidos de las nuevas generaciones. El fenómeno que supuso el talent show y el enorme éxito que cosechó la joven artista en cuestión de meses, mientras vivía junto a sus compañeros encerrada y sin saber qué ocurría fuera, fue excesivo para ella: "Me dejaba llevar. Sentía que la gente creía que me conocía y esperaba algo de mí que ni yo misma sabía. No me sentía comprendida".
Mientras la mayoría de los concursantes del programa se apresuraron a publicar música nada más salir del concurso, siguiendo la habitual estrategia de las productoras musicales de aprovechar el ruido mediático para mantener el interés en el artista, Amaia prefirió tomarse su tiempo. Su primer single llegó en mayo de 2019, más de un año después del final de Operación Triunfo, y tras haber puesto fin a su relación con Alfred García y haber comenzado un nuevo romance; se titulaba El relámpago y fue un verdadero éxito, pero sin duda no era la canción comercial que muchos esperaban. "Soy muy insegura, con muchos prejuicios. Pero el programa fue la gota que colmó el vaso", ha reconocido la artista, que tiene ahora 23 años. "Cuando iba al estudio a componer con artistas siempre me sentía pequeña, con miedo a que se dieran cuenta de que no valgo o a decepcionar".
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Además, su habitual espontaneidad y naturalidad, que fueron dos de las características que hicieron que España se enamorara de ella, fueron también la causa de muchas de las críticas que recibía en redes sociales de manera constante. "Que escribieran sobre si tenía que depilarme los sobacos ya era exagerado, nunca lo he entendido", asegura Amaia. "Cada día pienso en quitarme las redes, pero al final es verdad que es parte de mi trabajo". Al final, la decisión que consiguió salvarle del hastío fue sencilla: ir a terapia. "No me apetecía hacer nada, y nunca había sido así", comenta recordando sus primeros momentos: "La primera llamada fue esperanzadora", comparte la cantante.