Si alguien le hubiera contado a María Casado lo que viviría en estos dos últimos años, probablemente no lo hubiera creído. Dos llamadas, una para comunicarle que no sigue al frente de La mañana de TVE tras cuatro años y la otra de Antonio Banderas para ofrecerle la dirección de la división audiovisual de su productora, cambiaron radicalmente su vida en mayo de 2020. María cogió el tren -metafórica y literalmente- y se mudó a Málaga. Y ahora, ya con un marcado y gracioso deje andaluz en su acento, nos cuenta cómo va a ser su regreso a la casa que la vio nacer y crecer como periodista. Será en febrero con Las tres puertas en prime time y en directo desde Sant Cugat, donde comenzó su carrera. Un programa de entrevistas con el que el actor y la presidenta de la Academia de Televisión esperan poner en valor la palabra y la reflexión recuperando la esencia de otros espacios de entrevistas que han sido referencia sin olvidar ese punto de teatralidad que, como no podría ser de otro modo, es inherente al ADN de Banderas. “Ojalá os guste porque al final uno lleva un proyecto y quiere que la gente lo disfrute y en eso estamos” nos comenta María.
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-Este 2022 parece haber llegado con un buen regalo bajo el brazo.
-Sí, la verdad que llevo muchos meses trabajando pero bueno, llegó el momento de contarlo ¿no? Porque estamos muy contentos de que este proyecto vea la luz y sobre todo con ganas ya de verle la cara al bebé.
-¿Cuándo empieza el programa?
-La cadena todavía no quiere dar fecha pero estrenamos prontito, para febrero estamos ahí.
-¿En qué consiste Las tres puertas?
-Antonio y yo queríamos recuperar los programas de entrevistas que han sido referencia en televisión durante muchos años. Programas como los de Julia Otero, Pedro Ruiz, Jesús Quintero y tantos otros que, al final, tenían como protagonistas a la palabra y era ese momento de reflexión. Una vez recuperado eso y teniendo esa idea enfrente, pues aquí Banderas y Casado nos hemos puesto a darle una vueltecita -ríe-. La parte teatral no podía faltar, y la hay en la puesta en escena, por ejemplo, con decorados todas las semanas diferentes, una verdadera preciosidad que están creando el departamento de arte en San Cugat. Va se ser una joya, la música en directo, un acompañamiento de piano durante la hora y media que dure… Estamos muy contentos, de verdad.
“Antonio y yo queríamos recuperar los programas de entrevistas que han sido referencia en televisión durante muchos años”
-¿Quién te va a visitar?
-Vamos a tener la oportunidad de charlar con personalidades tanto nacionales como internacionales de disciplinas muy dispares. Desde los más conocidos deportistas, artistas, escritores… pero también queremos charlar con investigadores, gente menos conocida, aunque también muy destacada en lo suyo. Creo que es una oportunidad de ponernos todos al mismo nivel.
-De esos programas que ya no se hacen.
-(Ríe) Sobre todo hay una cosa que no se hace mucho y es la tele en directo. Y para nosotros era una petición imprescindible encima de la mesa, porque queremos que sea un programa de verdad, no queremos editar nada. Lo que se diga, queda dicho, y si nos equivocamos, pediremos perdón. Va estar lleno de verdad, hay que ser valiente y es lo que queremos, que la gente recupere ese espacio.
Cuando llegué a Málaga, Antonio me decía que tenía la sensación de que cuando daba entrevistas en los ochenta en la tele se sentía más libre a la hora de hablar que ahora. Seguramente tiene mucho que ver el tema de las redes sociales y todo lo que se monta cada vez que alguien dice algo. Mucha gente nos dice “yo no suelo ir, pero con vosotros me sumo”. Esa es la idea, habrá que devolver ese espacio y creo que entre todos tenemos que reivindicar el espectáculo de la palabra y respetar al de enfrente y escucharle.
-Os habéis empeñado en hacer otro tipo de televisión. Y ahí estáis, en la lucha.
-(Ríe) ¿Sabes lo que pasa? Que cuando te montas en el barco de Antonio, que en el teatro tiene la excelencia en la cabeza, en la tele no puede ser de otra manera. Desde el minuto uno le dije “si nos ponemos a hacer tele, vamos a hacer una tele responsable, calmada, pausada y pensada”, en esa línea vamos y me siento muy cómoda ahí.
-Yo creo María que del barco de Antonio no te baja nadie ya.
-No nos moverán (ríe). Fíjate como llegó todo en plena pandemia. Han sido dos años loquísimos pero muy enriquecedores. Al final, venirme para Málaga no fue solo un cambio de trabajo, sino un cambio de vida y de mentalidad, de darte cuenta de lo que había, de lo que tenía y de lo que realmente podía llegar a hacer. De quitarte vendas y de golpe encontrarte con alguien que te dice: “María, ¿qué te apetece hacer? Sueña grande y luego ya veremos cómo lo conseguimos, pero no te dediques a hacer otra cosa que pensar”. Y eso es un lujo en los tiempos que corren.
-Y regresas a TVE precisamente donde prescindieron de ti hace dos años en le programa que presentabas.
-(Ríe) Pues fue algo bastante natural porque vinieron a nosotros. Cuando empiezo a hablar con ellos y me dicen que llega la posibilidad, yo les digo que si yo volviera a hacer tele, lo que hago es presentar un proyecto. Y así lo hicimos. Con mucha naturalidad y desde el minuto uno les gustó y llevamos unos cuantos meses trabando para que esto esté en pie y guste, pero surgió de una manera bastante natural. Y verdad que quizás un formato como este tiene más sentido en una tele pública.
-¿Te hace especial ilusión volver al sitio donde creciste profesionalmente?
-Pues sí, porque sobre todo vuelvo con algo que no había hecho antes. Llevo más de veinte años de profesión haciendo tele, había hecho radio, pero nunca había hecho un prime time dentro de TVE así que para mí el reto, y sobre todo, la responsabilidad es mayor. Ya no solo la idea original de programa, la presentación, sino también la dirección, mover un equipo, que es lo que he estado haciendo los dos últimos años. Para mí es una responsabilidad, pero también es muy bonito ver cómo toda la maquinaria acaba encajando. Y aquí en Málaga más que un equipo tengo una familia.
“Venirme para Málaga no fue solo un cambio de trabajo, sino un cambio de vida y de mentalidad, de darte cuenta de lo que había, de lo que tenía y de lo que realmente podía llegar a hacer”
-Tienes ya un deje malagueño muy evidente.
-Total (ríe) es que estoy todo el día rodeá. El otro día no sé a quién llamé que me dice “María, se te están cayendo las eses” (ríe) Y sí, sin duda, claro, si es que casi ni me he movido de Málaga. ¡Que se lo digan a mi madre que está en Barcelona y me echa de menos!
-Y ahora que el programa será en Barcelona, ¿te mudas?
-No, para nada, el campamento base va a estar aquí, tengo mi casa aquí. Mi hogar está en Málaga. El programa va a ser un esfuerzo para todo el equipo, eso está claro, pero creo que va a compensar. Yo tengo la excusa perfecta para ver, aunque sea fugazmente, a mi madre una vez en semana, a quien tanto echo de menos. Al final también va a ser volver al centro donde yo empecé en la tele, en San Cugat. Es bonito, reencontrarte con muchos amigos y gente con la que trabajo a gusto y con la que me siento en casa, como decía antes.
-De Málaga ya conocerás todo… ¿Qué rincones te ha descubierto Antonio? Ya lo conocerás todo.
-(Ríe) La verdad que sí, sí porque es una ciudad con mucho encanto y como te decía, al final estoy rodeada de malagueños y malagueñas de pura cepa, desde el propio Antonio. Él controla todo lo que es cultura. Los museos le encantan, el propio teatro... os recomiendo que vayáis a ver Company, es una delicia lo que este hombre está haciendo aquí en Málaga. Pero he descubierto muchos rincones. Es una ciudad con mar, para mí que nací en Barcelona, es volver a respirar, es una ciudad que la puedes vivir caminando. A veces me preguntan qué es para mí Málaga. Para mí Málaga es la alegría de la gente. Y me siento muy cómoda aquí.
-Lo que tú decías, cambiaste de vida, no solo de trabajo.
-Cambia la vida, cambia la mentalidad. También estos años han sido… pues como para todo el mundo en pandemia, pero te hace pensar mucho, reflexionar. Salir de la zona de confort, el cambio a mí no me ha asustado nunca y ha sido para bien. Me dicen: “¿Te lo pensaste?” No tenía nada que pesar. Me vine porque la vida al final hay que vivirla, no pensarla tanto y Málaga era una parada en mi vida y no lo sabía.
-No me digas ahora que haces tantos planes en Málaga que no te da tiempo a hacer crossfit.
-(Ríe) Mira, crossfit hago pero es verdad que he bajado un poco el ritmo. Con el tema del Covid, me cuido mucho, voy a correr… pero he bajado la dosis de crossfit. En Madrid iba prácticamente de lunes a domingo y ahora voy un poquito menos, pero sigo disfrutando. Aquí al final, te vas a pasear por la playa y es un lujazo. Este año porque ha hecho un poco más de frío en invierno, pero te digo que el año pasado yo viví en pantalón corto. Mi madre recordaba el año pasado que fui a Barcelona por Navidad y llegué en pantalón corto. Yo ni me acordaba –vuelve a reír-.
-Antonio es un alma inquieta, él mismo lo dice. ¿Cómo le sigues?¿En esto os parecéis también?
-¡Nos retroalimentamos! ¡La verdad que somos un peligro, lo nuestro es un peligro puro! -ríe-. Es un lujo que se te cruce por la vida una persona como él. A mí me ha cambiado la vida por muchas razones. Primero, tengo un super amigo en él y luego, es una persona que ha vivido tanto... Él no es de dar consejos, pero solo escuchándolo he aprendido tanto… ver a alguien que tiene en la cabeza ideas para llenar tres vidas, como yo digo. Todo lo hace bien, todo le gusta. Se pone a hacer música y hace música, la ropa… todo lo que toca y ahora tele. Él suma en tele, a veces decimos “madre mía qué ideas tienes”, pero cuando las hacemos, qué maravilla esa cabeza que no tiene freno. Y lo bueno de Antonio es que se rodea de mucha gente que lo acompaña en esa locura cumpliendo sueños y sumarte ahí es maravilloso.
-Ahora Stella, su hija, está trabajando con vosotros, ¿qué tal está siendo trabajar con ella?
-Han sido dos años los que llevaba Antonio sin ver a su hija y ese reencuentro ha sido maravilloso. Stella le ha dado mucha tierra después de estos años tan difíciles. Después es que claro, Antonio dice de broma: “¿qué es lo peor que te puede pasar cuando te compras un teatro? Pues que te venga un pandemia y tener que cerrar”. Pobre y fíjate que en mitad de eso él encuentra esa rendija y monta la productora de televisión y seguimos trabajando, pero evidentemente él lo que quiere, su sueño y su deseo es hacer teatro musical y traerlo a Málaga. La oportunidad de traer aquí a Stella todos estos meses preparando la obra, que está aquí hasta el mes de marzo, ha sido un regalo para él y para todos, ver esas miradas cómplices y lo que ella iba aportando de trabajo ha sido maravilloso para todo el equipo.
-Como Antonio te dice que sueñes grande y que no te frenes, ¿qué sueñas hacer próximamente?
-(Ríe) Ahora sueño con el programa, lo prometo, me van pasando invitados por la cabeza toda la noche. Sueño porque creo que puede ser algo muy bonito. Insisto, no solo la parte del contenido con los invitados que van a ir pasando, sino la puesta en escena creo que va a sorprender mucho. Nos tiene locos y enamorados, así que imagínate cuando eso se vea por televisión, creo que no me lo voy ni a creer.
-Hasta el nombre del programa es inspirador.
-(Ríe) Eso son locuras varias que al final salen así. Soy una loca de la filosofía, de Séneca y Sócrates, sobre todo, y me acordé, de los tres elementos de la conversación: que sea buena, que sea verdad y que aporte algo…Y cuando hablaba con Antonio le dije “se me ha ocurrido Las Tres Puertas”; y me dice: “¿Tú sabes que el teatro griego tenía tres puertas? Una para los dioses y dos para los semidioses”; y entonces dije: “Hemos dado con el nombre”.
“Yo aprendo mucho de él (Antonio Banderas), es una persona que trabaja mucho pero también es un disfrutón de la vida y esa vitalidad y ese optimismo lo contagia”
-Os lleváis fenomenal, es tu amigo, pero tendréis alguna diferencia…
-(Ríe) Pues mira, estaba pensando en el fútbol, la comida no, que nos encanta… no sé, supongo que habrá muchas cosas en las que no estaremos de acuerdo, pero también eso es la gracia de la vida. Aunque te digo que coincidimos en muchas cosas. Él por la experiencia tiene una visión de la vida que igual a mí me queda un poquito, pero no te creas que diferimos en tantas cosas. Yo aprendo mucho de él, es una persona que trabaja mucho pero también es un disfrutón de la vida y esa vitalidad y ese optimismo lo contagia. Es el motor de toda la familia Soho. Esa energía que tiene Antonio y contagia…
-¿Te ha llevado al Caminito del Rey?
-Hombre, claro (ríe) nos fuimos hace dos veranos creo, nos fuimos con Bisbal y Rosanna, que estaba todavía embarazada, nos fuimos una cuadrilla ahí, al Caminito del Rey.
-Bueno María, no te entretengo más. Mil gracias por atenderme, que vaya muy bien, que tengas muy buen estreno y continuación del programa.