Con un patrimonio que asciende a 192 millones de euros, el tenista Novak Djokovic podría haberse hecho con una mansión en cualquier parte del mundo para vivir con su mujer, Jelena Ristic, y sus dos hijos: Stefan, de siete años y Tara, de cuatro. Sin embargo, tras vivir en Montecarlo más de diez años, decidió fijar su residencia en la localidad malagueña de Marbella , donde el tenista pasó el confinamiento y siempre ha encontrado el refugio perfecto en el que entrenar y disfrutar de la vida. El enclave donde se encuentra Casa Perla no puede ser más mágico. Se encuentra lindando con una de las cimas de la mágica Concha y dispone de unas vistas privilegiadas a la montaña por el norte y al mar Mediterráneo desde el sur.
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Ubicada en una parcela de 3.500 metros, la mansión tiene una superficie de mil metros cuadrados distribuidos en tres plantas, con techos altos y grandes ventanales que ahora están siendo ampliados para que tenga más luz. La decoración, un tanto barroca y clásica, que no era del gusto de ellos, va a ir ahora más en consonancia con una línea de colores neutros gracias a la reforma que están realizando en el lugar.
Una de las exigencias principales para la decisión del ganador de veinte Grand Slam era que la vivienda tuviera una amplia pista de tenis para su trabajo. “Precisamente en la zona de Sierra Blanca no quedan edificaciones de este tipo de construcción, ya que las casas actualmente no se hacen con este modelo de instalaciones deportivas. Es un concepto muy antiguo. Solo había ésta”, explica un agente inmobiliario. Además, dispone de otra serie de lujos de los que muy pocos pueden disponer en su residencia.
Además de nueve dormitorios, ocho baños, varios salones, sala de cine y televisión, cuenta también con sala de juegos con billar y futbolín, spa, sauna, baño turco, piscina cubierta y gimnasio. Entre todos ellos, destaca la suite principal, que tiene salón propio, vestidor, terraza y baño con jacuzzi de inspiración árabe. La casa está pensada para celebrar todo tipo de eventos a juzgar por su amplia parcela y los comedores que hay en su interior así como el porche con cenador y la exclusiva barbacoa.
El hermano de Novak, Marko, también está afincado en Marbella desde hace años, donde trabaja junto a Pepe Imaz en la Academia de Tenis Amor & Paz, de Puente Romano Beach Resort. Este vive también en una de las zonas residenciales más exclusivas de Marbella, así como su otro hermano, Djordje, y la hermana de Jelena, Marija, con su marido Budimir Jovkovic. Si bien, aunque ahora está en su Belgrado natal, Novak podría venir a España en cualquier momento con una PCR negativa. De hecho, antes de marcharse a Australia, estuvo entrenando en Marbella y las pruebas gráficas fueron definitivas a la hora de ser deportado.
Al parecer el número uno del tenis mundial quiere tener cuanto antes la casa para poder venir a España. Novak Djokovic es un enamorado de Marbella, y Casa Perla (a la que no sabemos si también cambiará el nombre) es ya su segundo hogar. Por la urbanización pasea como un vecino más de Sierra Blanca. Incluso ha firmado un autógrafo al jardinero del chalé de al lado. A dos pasos de su casa están sus “canchas sagradas”, las del hotel Puente Romano, que casi puede ver desde su jardín y donde rodó un spot publicitario.
Más allá de esta propiedad, el serbio también posee otros inmuebles en su Belgrado natal, como un lujoso ático donde suele reunirse con su familia. Además, como inversor inmobiliario, se hizo con dos apartamentos en el neoyorquino barrio del Soho con un valor de diez millones de dólares cada uno y un lujoso apartamento en Miami Beach, que compró por 5 millones de dólares y vendió recientemente por más de 6 y entre cuyos vecinos estaba el CEO internacional de Condé Nast, así como otros tenistas como Serena y Venus Williams o Arantxa Sánchez Vicario.
Novak Djokovic sigue dando titulares después de la polémica que su actitud ha generado en el Open de Australia al no querer cumplir con la obligación de vacunarse contra la covid-19 para participar en la competición. El desacato por parte del número 1 del ranking mundial a la ley que obliga a vacunarse para entrar en el país, y su negativa a revertir este gesto una vez dentro del país, provocaba que las autoridades cancelaran de inmediato su visado en el aeropuerto y gestionaran su deportación inmediata. A partir de este suceso, se ha generado un efecto dominó que parece imparable ya que se acaba de conocer que los organizadores del torneo de Roland Garros y las autoridades francesas no dejarán jugar a Djokovic si no se vacuna. No solo eso, los hasta ahora patrocinadores de deportista estarían estudiando el futuro de los acuerdos con Novak.
Al parecer, Djokovic, que acaba de adquirir el 80% de una compañía danesa para desarrollar un tratamiento médico contra el Covid-19, analiza junto a sus abogados levantar una demanda contra el gobierno australiano por 3,2 millones de libras esterlinas (3,8 millones de euros) por “malos tratos”. Al no estar vacunado, el tenista serbio no pudo participar en el Abierto de Australia, y tras permanecer once días en Melbourne, seis de esos días en aislamiento en el hotel Park Hotel, terminó por ser deportado.
“Es bien sabido que Novak y su familia sienten que lo trataron mal en el hotel de cuarentena en Melbourne. Su madre reveló que estaba lleno de pulgas y gusanos. Lo mantuvieron como un prisionero virtual”, indicó una fuente cercana a Djokovic al diario británico The Sun. En ese mismo sentido, el abogado Toma Fila habría agregado que Djokovic “fue objeto de un trato vejatorio; debería demandar”. El tenista de 34 años aseguró que tenía una exención de visa, pero terminó por ser deportado antes del arranque del Abierto de Australia.