Desde la habitación de su hotel, Gonzalo Hermida ha experimentado emoción, nervios y una explosión de alegría tras haber sido seleccionado como uno de los finalistas de a selección española para Eurovisión. El artista dio positivo en coronavirus días antes de la segunda semifinal del Benidorm Fest por lo que ha tenido que vivir todo el proceso en la distancia, recluido en unos metros cuadrados desde los que su experiencia ha sido sin embargo igualmente inolvidable. Aunque no pudo pisar el escenario con Quién lo diría, Gonzalo siguió la velada desde su habitación donde un negocio local le envió una copiosa cena. No estaba solo esperando el veredicto del jurado, sino que su novia Julia Medina, conocida por su participación en el talent OT 2018, estaba a su lado.
A ella se la pudo ver saltando detrás de Gonzalo mientras este recibía la buena noticia. En su caso fue el apoyo mayoritario del público demoscópico (de hecho fue el que mayor puntuación recibió de este sector) el que le llevó a meterse en el grupo de seleccionados. No han sido días fáciles para Gonzalo que apenas pudo compartir un par de jornadas con sus compañeros en Benidorm. Su positivo en coronavirus acabó con su esperanza de actuar en directo por lo que se emitió el videoclip de la canción, que logró crear una atmósfera muy romántica en el recinto. Para animarle, horas antes de que arrancara la cita, sus compañeros se congregaron bajo su ventana para saludarle. Una manera de compartir el espíritu del Benidorm Fest.
La segunda semifinal no dejó grandes sorpresas encumbrando a una de las máximas favoritas en la carrera hacia Turín. Rigoberta Bandini con su exaltación de la feminidad, su energía y su chorro de voz conquistó al jurado (le otorgaron 58 votos, más que al resto de finalistas) y su Ay mamá coge fuerza. El cambio de vestuario en la mitad de la canción, su simbólica escenografía la convierte en una rival con peso igual que Chanel, Rayden, y Tanxugueiras. Como ocurre en toda preselección eurovisiva, los gustos varían.
El jurado profesional apuesta por algunos intérpretes que no gustan tanto a los eurofans y viceversa. Después del revuelo generado por la baja puntuación que precisamente el jurado dio a Tanxugueiras, que cuentan con el favor de la audiencia, la organización del Benidorm Fest ha pedido respeto a las opiniones diferentes. Las acusaciones de tongo fueron respondidas por TVE que despejó todo tipo de duda. “Sus miembros tienen sus gustos y opiniones, pero queremos insistir en que es un jurado profesional y así hizo sus valoraciones. No sabían qué estaba votando el de al lado ni se pusieron de acuerdo", explicó María Eizaguirre, directora de Comunicación de TVE.
Las gallegas también pidieron calma a sus fans, pero hicieron una simple petición al jurado: que amplíen sus miras. Igual que la de Rigoberta Bandini, que utilizó un pecho como elemento escenográfico, la propuesta del trío gallego se aleja de las canciones que suelen aspirar a este certamen pues está interpretada en gallego. La final del sábado promete una ajustada lucha entre canciones que tienen detrás potentes mensajes. Solo una de ellas viajará a Turín para, a ver si 2022 es el año, intentar ganar Eurovisión.