Sanna Marin, la primera ministra finlandesa, se encuentra de visita oficial en España para reforzar las relaciones bilaterales de ambos países, pero su presencia en nuestro país ha ido más allá de lo meramente político. Nada más salir en la rueda de prensa conjunta con Pedro Sánchez tras la reunión entre ambos mandatarios, revolucionaba las redes sociales, donde cientos de usuarios no podían evitar hablar de su innegable belleza. A sus 36 años, Marin es la jefa de Gobierno más joven del mundo, pero no por ello le falta experiencia. Lleva tres lustros en el mundo de la política y una apasionante historia vital que la ha llevado a convertirse en una auténtica líder.
-Sanna Marin, primer ministra finlandesa, se casa con el exfutbolista Markus Räikkönen
Desde que, con poco más de 20 años, decidió dedicarse a la gestión de lo público, fue reelegida una y otra vez, primero en la Asamblea del Consejo de su ciudad y después, en el Parlamento de su país. Ya como primera ministra, cargo que asumió en diciembre de 2019, se casó con su novio de toda la vida y padre de su única hija, el popular exfutbolista Markus Räikkönen. Comenzaron a salir cuando ella tenía 18 años y, desde entonces, es un pilar fundamental en su vida: "Juntos hemos visto y experimentado muchas cosas, intercambiado alegrías y penas y nos hemos soportado el uno al otro en situaciones de calma y de tempestad", decía públicamente la propia Sanna en un post de Instagram el día de la boda, celebrada el 2 de agosto de 2020.
Si hay algo que ha marcado a la mandataria finlandesa es su familia. Criada por su madre y por la pareja de esta, otra mujer, ha llegado a confesar que de niña se sentía "invisible" por no poder hablar abiertamente de su familia, lo que le causó un cierto "sentimiento de incompetencia", manifestaba en una entrevista al medio Menaiset en 2015. "Pero eso no me intimidó; incluso cuando era pequeña, era muy sincera y terca".
Fue, además, la primera persona de su familia en ir a la universidad, pero reconoce que nunca pensó en dedicarse a la política porque se sentía diferente. Su madre le ayudó a creer de verdad en sí misma y a ver que podría lograr lo que se propusiera. No solo así ha sido, sino que además ha roto moldes, no solo destronando a la neozelandesa Jacinda Ardern como la primera ministra más joven del mundo, sino también alzándose como la más joven de la historia de su país.