Rodeados de una nube de fotógrafos y cámaras de televisión y sin querer hacer declaraciones, Iñak Urdangarin y Ainhoa Armentia han abandonando el despacho de abogados en el que trabajan en el centro de Vitoria por separado y con apenas unos minutos de diferencia. Gran cantidad de medios se ha congregado en la puerta Imaz&Asociados para tratar de captar la primera imagen de los dos juntos tras la salida este miércoles de la portada de ambos paseando por la playa de Bidart. Iñaki y Ainhoa no han salido a almorzar y han decidido comer en la oficina. Al finalizar su jornada laboral ambos han salido de la misma manera en la que entraron al despacho, solos.
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El primero en hacer su salida del despacho ha sido Iñaki Urdangarin. En torno a las seis menos diez de la tarde asomaba por la puerta con gesto circunspecto. Vestido con un anorak deportivo de color azul, pantalón azul marino, un bolso de bandolera y llevando en la mano unos guantes y un gorro que se ha puesto mientras caminaba con paso rápido y sin hacer ningún tipo de declaración entre la gran nube de fotógrafos y periodista apostados a las puertas del bufete para conseguir la imagen más deseada del momento, la de Iñaki y Ainhoa juntos.
El exduque de Palma ha ido directo a su coger su bicicleta, medio de transporte con el que se desplaza por la capital alavesa, para regresar a casa de su madre, Claire Liebaert, donde tiene fijada su residencia en Vitoria desde que el pasado mes de junio se le permitiera no tener que pernoctar en la cárcel de Zaballa, en la provincia de Álava.
En el interior de Imaz&Asociados permanecía Ainhoa unos minutos más, hasta las seis y cinco. Menos acostumbrada a la expectación mediática se mostraba abrumada con la situación. Al llegar a la puerta ha mirado hacia la multitud de medios que esperaban su salida con cara de asombro y cierto reparo. En cuestión de 24 horas su vida ha dado un giro radical y se ha visto expuesta públicamente. Aunque llevaba puesta la mascarilla, se podía ver en su mirada cierto nerviosismo mientras caminaba hacia el coche gris que la estaba esperando.
En enero de 2021, el juez concedió a Iñaki Urdangarin el tercer grado y durante todo el año pasado ha ido consiguiendo una serie de ventajas gracias a su buena conducta y al cumplimiento del programa para presos por delitos económicos. Unos meses más tarde, el 1 de marzo, pidió el trasladado a la cárcel alavesa. Comenzó pernoctando en su celda de lunes a jueves para cumplir el resto de la condena en régimen abierto. Mientras, la infanta Cristina ha continuado con su vida en Ginebra (Suiza) donde sigue viviendo en la actualidad con Irene, la hija pequeña del matrimonio que tiene 16 años. En este tiempo, la hermana de don Felipe ha viajado a España en varias ocasiones para encontrarse con Iñaki.