Cuando las temperaturas bajan, los ricos y famosos españoles se refugian en Casa de Campo, una inexpugnable urbanización en la cálida República Dominicana. Tamara Falcó e Íñigo Onieva han pasado los primeros días del año en esta discreta y elitista comunidad residencial de estilo Ponderosa, ubicada junto al mar de La Romana, en la costa sureste del país caribeño. Don Juan Carlos es un visitante habitual, al igual que Julio Iglesias, Felipe González, Mar Flores, Amelia Bono, María José Suárez y apellidos ilustres de la banca y las finanzas: los March, los Fierro, los Hidalgo… ¿Por qué las celebridades de nuestro país hacen un viaje de 7.000 kilómetros para pasar unos pocos días en esta gated community? La respuesta: unas dos mil villas repartidas por casi tres mil hectáreas de playas idílicas, los mejores campos de golf del mundo y una vigilancia a prueba de paparazzi. Detrás de este paraíso están los Fanjul, una familia emparentada con los Borbón y con conexiones con los poderosos de todo el planeta.
Los Fanjul comenzaron a cultivar la caña de azúcar en Cuba en la década de 1850 cuando el burgalés Andrés Gómez-Mena salió de España para “hacer las Américas”. Desde entonces, su vida es casi tan dulce como su imperio de azúcar . En la década de 1960, tras la Revolución cubana que confiscó sus propiedades y empresas en la isla, la quinta generación de esta familia -Alfonso, Pepe, Alexander y Andrés- empezó a reconstruir su negocio azucarero en La Florida, en Estados Unidos, y en República Dominicana. Hoy, Fanjul Corp es el principal productor de azúcar refinada de Estados Unidos: produce más de 7 millones de toneladas cada año.
En la década de 1980, los hermanos Fanjul empezaron a diversificar sus actividades con inversiones en el sector inmobiliario y turístico. En 1984, adquirieron Casa de Campo, en la República Dominicana, y lo convirtieron en uno de los resorts de lujo más importantes del mundo y en el lugar favorito de personalidades como Oscar de la Renta, la familia Clinton, y los Bush. Algunos de los hombres más ricos del planeta, como el mexicano Carlos Slim o el venezolano Gustavo Cisneros, tienen o han tenido casa allí. Naturalmente, Pepe Fanjul tiene una villa, donde ha recibido en muchas ocasiones a su gran amigo, Don Juan Carlos. El empresario habla todos los días con el monarca y es uno de sus confidentes. En 2015, el padre de Felipe VI inauguró una avenida con su nombre en la urbanización dominicana.
“El rey Juan Carlos pasa sus días aquí como una vacación normal”, reveló una vez Pepe Fanjul en una entrevista a Vanity Fair. “La casa está en la playa, así que nos bañamos en el mar, almorzamos, tenemos cacería de patos o de perdices, como en España. En la noche cenamos en la casa o en alguno de los restaurantes de Casa de Campo. Hacemos una vida muy tranquila. A veces estamos solos, a veces con amigos con los que el rey se lleva bien”.
La relación entre los Fanjul y la familia real española trasciende la amistad y raya el parentesco. La heredera cubana Edelmira Sampedro, tía abuela de Alfonso y Pepe Fanjul, se casó en 1933 con Alfonso de Borbón y Battenberg, hermano mayor del conde de Barcelona y tío carnal del rey. Alfonso, hijo mayor de Alfonso XIII y Victoria Eugenia y príncipe de Asturias, renunció a sus derechos dinásticos para poder casarse con Edelmira. Su boda lo distanció para siempre de su padre y del trono de España. La pareja se divorció en 1937 y, menos de un año después, el príncipe murió trágicamente en un accidente de tráfico en Miami.
Los Borbón siguieron manteniendo una estrecha amistad con los Fanjul. María Luisa Gómez-Mena, condesa de Camargo y tía abuela de Pepe y Alfonso Fanjul, era buena amiga de la reina Victoria Eugenia. Los condes de Barcelona la visitaban en La Habana. Paraban con ella en París y ella los iba a ver a Portugal. La relación entre ambas familias continúa hasta la fecha.
En 2004, Luis Alfonso de Borbón, hijo de Alfonso de Borbón, el fallecido duque de Cádiz, y de Carmen Martínez-Bordiú, se casó con Margarita Vargas en la pequeña capilla de San Estanislao de Cracovia, una de las más antiguas de la capital dominicana. Luego, los duques de Anjou dieron un banquete para más de 1.500 personas en la casa de los Vargas en La Romana, dentro del complejo de Casa de Campo. Juan Luis Guerra, David Bisbal, Los del Río y Manuel de Angustias amenizaron la fiesta.
Los famosos españoles cruzan el Atlántico en estas fechas para broncearse bajo el sol caribeño y descansar a cuerpo de rey. Los veinte kilómetros cuadrados de Casa de Campo incluyen dos mil villas de lujo que pueden costar hasta 30 millones de dólares, playas privadas, tres campos de golf diseñados por el legendario Pete Dye, canchas de tenis y fútbol, restaurantes, boutiques, galerías de arte, marina internacional, puerto para cruceros, aeropuerto, un club privado para socios, un spa cinco estrellas, un campo de tiros, un club ecuestre y un área para jugar polo, el deporte preferido de príncipes y sultanes. En el reino de los Fanjul, todos son reyes.