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Tras convertirse en supermodelo allá por los noventa, Almudena Fernández lleva casi tres décadas recorriendo las pasarelas de todo el mundo y trabajando con los mejores fotógrafos de la industria. Sin embargo, el parón de esta pandemia la ha empujado a hacer un alto en su camino y reflexionar sobre todas las metas que ha conseguido a lo largo de sus cuarenta y cuatro años de vida. Lo que Almudena no ha pensado aún es dar el paso para ser madre, y eso que ya tiene barajadas opciónes “por si pasa demasiado tiempo” en dar el paso. Así lo confiesa la top zamorana a ¡HOLA!, antes de contarnos todo lo que le aporta Óscar, el entrenador con el que empezó una relación sentimental hace cerca de un año.
© GTres-Con una agenda como la tuya, llena de viajes, la pandemia estará siendo una época para parar y reflexionar. ¿Cómo la has vivido?
-Me ha costado porque, desde los dieciocho años, estoy acostumbrada a ir para arriba y para abajo, sin pararme en un sitio indefinidamente. Sin embargo, al final, te adaptas. Ahí está el misterio de todo, adaptarse a las circunstancias.
-¿Qué has aprendido de estos tiempos tan complicados?
-Darle importancia a las cosas que realmente importan. Sobre todo, me ha impactado muchísimo el tema de la Naturaleza. Cómo le dimos un break y cómo volvió a resurgir. Es verdad que ahora, con el tema de las mascarillas y todo, estamos volviendo atrás… Incluso dos pasos más atrás. Pero si a la Naturaleza le das un break, se vuelve a regenerar. Por eso, tenemos que aprender de este momento para devolverselo todo.
-Eres una persona muy volcada con el medioambiente. De hecho, creaste una marca de moda sostenible.
-Sí, una marca de zapatos sostenible. Fui una adelantada a mi tiempo, porque fue hace siete años… ¡Imagínate!
-Pionera de verdad.
-Pionera, pionera. Ahora estoy con mi ONG, Kind Surf, que fundé hace una década, justo ahora, para ayudar a niños con riesgo de exclusión social. Aparte de hacer surf, cuidamos el medioambiente: hacemos limpiezas de playas, talleres medioambientales…
© @almudenanyc-Durante estos meses de pandemia, también has iniciado una nueva etapa sentimental.
-Sí, estoy muy feliz (ríe). No te puedo decir planes de futuro ni nada (ríe).
-Estás harta de que te pregunten por planes de boda…
-¡Un poco! (ríe). Pero, al final, se entiende que se pregunte. Soy una persona que no hago planes a largo plazo. Yo dejo que la cosa fluya… Que sea como sea.
-¿Y te apetece ser madre?
-No lo sé. Me dirás que es algo que ya me tendría que haber planteado, pero no lo sé. Tengo un plan B, por si acaso, por si pasa demasiado tiempo.
-¿Quizá tienes óvulos congelados?
-Sí. Me parece una opción maravillosa. Nunca sabes lo que vas a querer mañana.
-Así no hay presión con el reloj biológico.
-Ahí está. ¡Es la primera vez que lo cuento!
© GettyImages-Hemos leído en algún sitio que conociste a tu pareja entrenando. ¿Es verdad?
-En algún sitio no… En ¡HOLA! (ríe). Sí, es verdad (ríe).
-¿Qué nos puedes decir de tu pareja, que tanto te aporta?
-Tiene una vida sana. Ya sabes, las personas que hacen deporte a diario también tienen esos valores: la disciplina, el cuidarse…
-Luego, esa dedicación al deporte le genera un gran físico, que es algo que también agradecerás, ¿no?
-¡Pues también! (ríe). Al principio, las cosas nos entran por los ojos (ríe).
-¿Qué propósitos tienes para este dos mil veintidós?
-Desarrollar más proyectos con Kind Surf, que va superbien. Ahora tenemos dos sedes: Valencia y Zaráuz (Guipúzcoa). Estamos con programas de continuidad de seis meses con niños y niñas en riesgo de exclusión social. Todas las semanas vemos el impacto en sus vidas, con el surf adaptado. Luego, hacemos limpieza de playas, talleres sostenibles… Al final, se trata de transmitir esos valores.
