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Con apenas veintiocho años —los cumple el 27 de enero—, Georgina Rodríguez parece haber tenido muchas vidas. Pero solo hay una y cambió radicalmente en la tarde que, saliendo de la boutique de la milla de oro madrileña donde trabajaba, se cruzó con Cristiano Ronaldo. Algún tiempo después, fue una cita fortuita la encargada de ajustar el clic que ambos habían sentido el día de su primer encuentro. Sus manos chocaron, se entrelazaron y el destino hizo su trabajo. Así llegó, hace algo más de cinco años, el giro de 180 grados: del autobús a los mejores coches, de su pequeño apartamento a las mejores mansiones, de vender moda a lucirla en las alfombras rojas, de la sombra a la luz de una leyenda viva aclamada en todo el mundo. Desde entonces, todo ha ido en aumento, su familia, su amor y su condición de estrella. La fascinación por Georgina Rodríguez ha crecido al ritmo que se sentía más cómoda en su nuevo rol y abandonaba su anonimato para acometer cada vez más proyectos de cara al público. Nada parece resistírsele a la mujer que comparte la vida con el astro portugués del fútbol, el hombre con más fans del planeta, sus mismos valores y el amor por la familia. Pero que nadie se equivoque porque, aunque todos conozcan su nombre y acumule casi treinta millones de seguidores, nadie sabe realmente quién es. Hasta ahora. En el reality Soy Georgina , de Netflix (estreno en 190 países, el 27 de enero), la modelo, empresaria, bailarina, influencer y mamá de cuatro niños —pronto de seis— nos descubrirá los aspectos más desconocidos de su vida, su día a día y la mujer que hay detrás de las fotos, las historias y los grandes titulares. Hablamos con ella de su nuevo reto, de la ilusión por la llegada de sus mellizos —un niño y una niña— en los próximos meses, de su felicidad junto a Cristiano y de los sueños cumplidos.
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—Nadie mejor que tú para explicar qué es Soy Georgina.
—Es un reality que da la oportunidad de poder conocerme un poquito más de puertas de casa para adentro. Mis planes, mi personalidad, cómo soy con amigos, como mamá, cómo trabajo...
—¿Por qué sentías esa necesidad de que la gente te conociera?
—Tampoco es una necesidad. Se me propuso, me pareció un proyecto especial y dije: ‘Voy a hacerlo, ¿por qué no?’. Además, quién mejor que Netflix para conducir este proyecto e ir de la mano conmigo. Soy muy afortunada en mi vida y pienso: ‘¿Por qué no puedo mostrar al mundo cómo soy, mi personalidad, qué hago, qué me gusta?’. Pero no lo llamaría necesidad. Al final, uno no vive con las opiniones de las personas.
—¿Quieres decir que no te importa lo que la gente piensa de ti?
—No, si me preocupase lo que la gente pueda pensar de mí, jamás haría nada. Me quedaría en casa escondida y no viviría mi vida, lo haría pensando en gustar a los demás o en no disgustar a las demás personas. En realidad, no me preocupa lo que la gente pueda opinar de mí.
“Estoy viviendo mi sueño. Hace cinco años, mi vida cambió, pero sigo siendo la misma persona, con los mismos amigos, gustos y valores”
—Tampoco las críticas, entonces.
—No, porque está claro que cuando te abres, cuando haces un shooting, cuando haces una entrevista, cuando haces un reality, cuando vas a una alfombra roja, cuando acompañas a tu pareja a un Balón de Oro, cuando vas a un estadio…, estás sujeto a las críticas.
—”Gracias al amor, mi vida ahora es un sueño”, dices en la presentación. ¿Sientes realmente que vives en un sueño?
—Sí —ríe—.
—¿Y no te da miedo un día despertarte?
—No porque, a ver, vivo en un sueño, pero soy consciente. Más que vivir en un sueño, vivo mi sueño.
—Por ejemplo… ¿qué sueños de niña has visto cumplidos?
—Pues tenía muchos. Mi sueño era tener una familia numerosa, me encantaban los niños. Hoy, somos una familia numerosa y, en unos meses, seremos todavía más numerosa. Ahora mismo, nuestra prioridad es la familia, nuestra meta es nuestra familia. Y más sueños… pues ser feliz, que la salud me acompañe, ver a mi familia bien, estar rodeada de buenos amigos, de buenas personas, hacer el trabajo que me guste y me llene. En definitiva, disfrutar de todas las oportunidades que la vida me va poniendo en el camino. Cuando era dependienta, camarera o cuando me tocaba limpiar... todas las experiencias me han servido para aprender y disfrutar.
—Estás esperando mellizos, que nacerán en este dos mil veintidós que acaba de comenzar. ¿Cómo estáis Cristiano y tú a pocos meses de volver a ser padres?
—Sí, la familia aumenta. Estoy muy feliz y deseando que nazcan. Estamos muy emocionados y ansiosos, con muchísimas ganas y contando los días para que nazcan. Menuda bonita sorpresa me llevé al enterarme de que estaba embarazada.
—¡Y además de dos! Te quedarías impactada.
—Sí, fue una sorpresa. Al final, yo pienso que todos los embarazos impactan para muy bien. Qué te voy a contar, sigo en una nube.
—¿Cómo te encuentras, qué tal estás llevando el embarazo?
—De momento, no estoy ganando mucho peso, me cuesta mucho coger peso a mí y también me cuido. Estuve con muchas náuseas al principio, pero ya me encuentro bien.
—Siempre lo has dicho, lo muestras y queda reflejado en el programa: eres una mamá al cien por cien en tu vida y tus hijos para ti son lo más importante.
—Sí, para mí, ellos son lo más importante. Además, teniendo la posibilidad y facilidad que no tienen muchas madres, digo: ‘¿Por qué voy a salir de casa y hacer otras cosas si a mí lo que verdaderamente me hace feliz es estar con mis hijos y acompañar su crecimiento, inculcarles unos valores y que crezcan con la seguridad de tener una madre a su lado?’. Pudiendo tener la oportunidad y siendo tan afortunada, que a mil madres les encantaría, pues aprovecho y los disfruto mucho.
“Estamos muy emocionados, con muchísimas ganas de volver a ser padres y contando los días para que nazcan los bebés”, asegura Georgina, que espera un niño y una niña
—Nunca estás fuera de casa más de un día, ¿es cierto?
—Eso es verdad. Intento organizarme para el trabajo, voy por la mañana e intento regresar por la noche para despedirme de ellos y darles las buenas noches, y si no, llego ya cuando están dormidos, pero les doy el beso y duermo tranquila.
—Por un lado, el glamour, las alfombras rojas, los millones de seguidores, las mejores firmas, los viajes, todo esto que ha llegado a tu vida… Y por otro, tu vida familiar como mamá de cuatro y pronto de seis… Son como dos mundos en equilibrio, ¿lo ves así?
—Sí, para nosotros… para mí es tener una vida normal, como una mujer normal. Es verdad, con muy buenas condiciones. Y luego, de repente, Dios me da la oportunidad de poder disfrutar desde el otro lado. Igual estoy en casa viendo una alfombra roja y a los meses puedo estar yo en esa alfombra roja. O en mil momentos bonitos. Sí, es vivir las dos caras.
—Es la primera vez que vemos a Cristiano hablar de vosotros, de vuestra relación, de cómo os conocisteis, de lo que eres para él. ¿Qué piensas al ver lo que dice de ti?
—Me encanta escuchar que lo diga, pero me encanta vivirlo día a día con él. A la gente le sorprenderá porque lo va a escuchar de primera mano, pero como yo lo vivo todos los días... A cada momento que paso con él me hace sentir muy especial, que soy la mujer de su vida, soy la madre de sus hijos y él es el padre de los míos. Entonces, todavía me encanta más. Lo vivo y me lo demuestra continuamente.
—Os conocisteis hace algo más de cinco años y tu vida dio un giro radical, ¿en qué has cambiado tú personalmente?
—Pues te diré que sigo siendo la misma, con los mismos amigos y valores. Me interesa lo mismo, tengo los mismos gustos… Lo que he cambiado es que puedo ayudar más a las personas desde mi posición. No digo que antes no lo hiciese, sino que lo hacía de otro modo. Quizá, no podía donar tantos kilos de comida y tanto dinero, pero iba al supermercado, hacía mi compra y donaba lo que podía. Ayudaba a mis vecinas a hacer la compra, a las personas mayores les lavaba las cortinas y luego se las colgaba, iba a la farmacia a por sus medicinas...
—Eso ya desde niña…
—Sí, sí. Hay veces que me dicen: ‘Gio, no puedes cambiar el mundo’, porque intento ayudar a todos e incluso muchas veces no se puede. Creo que cada persona nace con una sensibilidad.
—Ahora lo tienes todo, pero sabes también qué es no tenerlo, ¿eso te hace valorar las cosas de otra manera?
—Claro, das valor a las cosas porque antes no las tenías. Ahora las tengo y pienso: ‘Si hubiera nacido con esta suerte, no sé si hoy en día lo disfrutaría igual o no porque no lo he vivido’. Pero, bueno, desde mi punto de vista y por mi experiencia, valoro muchísimo todo.
“He sido camarera, he sido dependienta, he limpiado hoteles…. Ahora hago fotos maravillosas, trabajo para las mejores marcas y estoy haciendo un reality. No me gusta que me encasillen”
—¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
—Me encanta, lo disfruto muchísimo. De pequeña lo ves desde casa o ves fotos, ves moda y ahora estoy dentro de la película, entonces, me siento muy afortunada. Me gusta todo, la verdad.
—Cuando se refieren a ti como influencer, ¿te sientes reflejada en esa palabra?
—¿Sabes qué pasa? Me siento reflejada en el empeño, en la dedicación y en las ganas. Me han propuesto presentar San Remo y bailar un tango. Tuve récord de audiencia: desde mil novecientos noventa y cuatro, la gala no había sido tan vista y justo el pico fue cuando yo bailé. Me han propuesto cantar y también con récord de audiencia. Hacía años que Atresmedia no hacía esa audiencia. Me han propuesto hacer shootings, me han propuesto un reality... y siempre pongo mi mejor energía. Y todo queda bien porque, al final, son las ganas. No me gusta que me encasillen como influencer. He sido camarera, he sido dependienta, he limpiado hoteles. Ahora hago fotos maravillosas, trabajo para las mejores marcas, estoy haciendo un reality. Y tampoco quiere decir que ahora me considere una chica... actriz, por ejemplo.
—Dices que no te consideras un fenómeno, pero no es tan normal tener casi treinta millones de personas que te sigan.
—Ya, la verdad es que no es normal, pero, bueno, hay gente que tiene muchos más millones que yo.
‘Él sí es un fenómeno’
—El ejemplo lo tienes en casa, Cristiano Ronaldo es la persona del mundo con más seguidores en Instagram.
—Él sí es un fenómeno, es el fenómeno del fútbol, es increíble. Nació con ese don y todo lo hace perfecto con el balón. Es el mejor del mundo. Eso es ser un fenómeno.
—Primero fue Madrid, luego tres años en Turín y hace unos meses os mudasteis a Mánchester. ¿Qué tal vuestra nueva vida allí?, ¿te adaptaste bien al cambio?
—Sí, no he sentido mucho cambio porque tenemos prácticamente las mismas condiciones que en Italia y tenemos una casa maravillosa. Lo bueno es que vivo más cerca del cole, en Italia vivía muy lejos. Como te digo, tampoco hemos notado mucha diferencia. Al final, cuando te mueves con la familia y mueves todo lo tuyo y estás a gusto, pues, con nuestras condiciones, no podemos quejarnos, todo lo contrario, estamos muy agradecidos. Mi casa es mi templo y mi hogar está donde está mi familia.
“Por mi experiencia, valoro muchísimo todo lo que tengo porque antes no lo tenía. Si hubiera nacido con esta suerte, no sé si hoy lo disfrutaría igual”
—Cuando te llegó la propuesta de mostrar tu vida, ¿qué pensaste y qué te empujó a abrir las puertas de tu casa?
—No me lo podía creer, era como una niña en una juguetería. Recuerdo que ese día estaba en casa, en Turín, fui al colegio a por los niños y recibí un mensaje de mi representante diciéndome que tenía una propuesta y debía hablar conmigo. Después de jugar un poco, duchar a los peques y cenar, cuando me quedé un poco tranquila, hablamos y me lo contó. Hasta me costó dormir de la ilusión, las ganas y la motivación. Tenía mil ideas en la cabeza. Fue muy bonito.
—¿Cuál ha sido tu mayor reto?
—Pienso que todos los momentos grabados han sido un reto. Un reto divertido que a todos nos ha llenado los corazones muchísimo y nos ha dejado con ganas. De hecho, cuando terminé de grabarlo, me quedé como vacía, estaba como triste. Cuando pones ganas, ilusión y todos vamos hacia el mismo camino y destino, el resultado del trabajo es maravilloso.