En las Antillas francesas, bañada por el mar Caribe, se encuentra una pequeña isla que cada año se convierte en punto de encuentro de multimillonarios, estrellas de Hollywood, supermodelos e importantes personalidades de diferentes ámbitos… Podría decirse que es la auténtica isla de los famosos. San Bartolomé, también conocida como Saint Barth o St. Barths, es una colectividad de ultramar que pertenece a Francia y un paraíso en el que sus visitantes encuentran una gran privacidad, además de playas de ensueño con arena blanca, fondos marinos de película y resorts de súper lujo. El nombre se lo debe a Cristobal Colón, quien la descubrió en su segundo viaje a las américas y decidió bautizarla así en honor a su hermano Bartolomeo.
Cuando llega el mes de diciembre, San Bartolomé empieza a convertirse en un constante ir y venir de grandes fortunas hasta la primavera y muchos la llaman la Costa Azul caribeña. Pero, además de por su belleza, ¿por qué eligen este lugar? Una de las claves por las que esta isla está tan solicitada por las estrellas es que no es fácil llegar, lo que la hace un destino muy exclusivo. No hay vuelos directos a San Bartolomé, ya que su pista es muy pequeña, y solo pueden aterrizar allí avionetas de hasta dieciocho pasajeros como máximo. Este aeropuerto, llamado Gustaf III, además figura entre los más peligrosos del mundo. Para viajar en avión hay que ir hasta las islas vecinas, como San Martin, Guadalupe o Antigua, y desde allí, coger una avioneta comercial o jet privado.
Otra forma de llegar es en barco, pero no en cruceros, ya que por el tamaño de la isla (tiene tan sólo 24 kilómetros cuadrados) no pueden atracar allí. Hay algunos ferries que salen de San Martin, pero la gente suele llevar sus propios barcos o los alquila y en esta época, sus playas se convierten en un auténtico espectáculo con los yates más impresionantes del mundo fondeados frente a la costa. Millones y millones de euros flotando en sus aguas.
Estas navidades, han dado allí la bienvenida al año nuevo muchos rostros conocidos, algunos habituales de San Bartolomé como Leonardo DiCaprio o la supermodelo Izabel Goulart, además de Jeff Bezos con su novia, Lauren Sánchez -que han paseado su amor por toda la isla-; Nick Jonas con Pryanka Chopra, Mike Tyson o los cantantes Drake y Dua Lipa. Según apunta el medio Page Six, todos ellos estuvieron en una exclusiva fiesta que comenzó en un restaurante y después, terminó en el mega Vava II, propiedad del multimillonario suizo Ernesto Bertarelli, que tiene seis pisos, una espectacular piscina y está valorado en 120 millones de euros. Dicen que la fiesta se extendió hasta las nueve de la mañana.
Además de estrellas internacionales, también ha estado en la isla la modelo y empresaria Mar Flores, que pasó allí unos días y fue una de las invitadas a una gala benéfica de Unicef, que contó con la actuación de Dua Lipa. No es la primera vez que mar veranea en estas latitudes, ya ha estado en anteriores ocasiones, algunas de ellas con el empresario mexicano Elias Sacal.
Mar se aloja en muchas ocasiones en el exclusivo hotel Eden Rock, en la bahía de Saint-Jean, propiedad de los padres de James Matthews, marido de Pippa Middleton . Se trata de un hotel ubicado sobre una roca, que fue fundado en 1953 por Rémy de Haenen, el aviador que consiguió aterrizar por primera vez con una avioneta en la isla. Decidió construir allí una casa de huéspedes y de ella se enamoraron grandes estrellas como Greta Garbo, Howard Hughes o Robert Mitchum. La playa en la que está situado es una de las más famosas, sin embargo, quien quiera más privacidad aún la puede encontrar en otras paradisíacas playas como la de Colombier, ya que solo se puede llegar a ella en barco o haciendo una caminata de media hora.
A partir de la fama que fue adquiriendo Eden Rock, se fue corriendo la voz en Hollywood de que San Bartolomé era el sitio perfecto para desconectar y disfrutar del paraíso sin ser objetivo de muchas miradas ajenas, así que comenzaron a construir más villas y resorts de lujo con sus característicos tejados en rojo anaranjado, aunque sin levantar grandes construcciones para no romper la magia de la isla y respetar el medio ambiante. Poco a poco ,se fue poniendo de moda por el boca a boca y desde hace décadas, se ha convertido en el “escondite” preferido de las celebrities… porque se puede decir que lo que pasa en San Bartolomé, se queda en San Bartolomé.