El mundo del toreo pierde a una gran figura y muchos también a un amigo. Es el caso de José Ortega Cano que contaba afectado la gran amistad que le unía a Jaime Ostos, fallecido a los 90 años de un infarto en Colombia esta misma mañana. El torero se encontraba impactado por la noticia, ya que "aunque la edad va pasando, nunca uno piensa que eso pueda llegar", reflexionaba en una llamada en directo a Viva la vida. En ella, ha explicado que se enteró de su muerte por unos amigos comunes y que recibió un mensaje del diestro y su mujer tan solo un día antes.
Jaime Ostos y María Ángeles Grajal se encontraban en Colombia y pensaban regresar hoy mismo, pero la tragedia ha retrasado su vuelta ya que será incinerado en el país latinoamericano. "Me mandaban whastsapp de todo lo que hacían y cómo lo estaban pasando y la verdad que ha sido una cosa muy fuerte", contaba Ortega Cano que ha detallado el contenido de alguno de esos mensajes que intercambiaban: "Casualmente me mandaron unos whatsapp ayer toreando con un capote y disfrutando. Quién iba a decir que iba a ser la última vez que iba a torear". Jaime Ostos fallecío, así, haciendo lo que más le gustaba hasta el final.
En la misma línea se manifestaba su hijo Jacobo, que decía en un mensaje enviado a Makoke: "mi padre estaba genial y ha muerto como quería, bailando con su gente y con su gran amor". El joven también ha intervenido en el programa de Emma García destrozado. "Ha muerto sin dolor, ha sido un infarto cuando se ha despertado, y rodeado de su gente, excepto de sus hijos, que es lo que me duele", ha contado entre lágrimas lamentando especialmente no haber podido estar cerca de él en ese momento. Igualmente rota, se ha mostrado su hija María Gabriela, que recordaba la última vez que le vió: "Lo vi en octubre y después estuve hablando con él en Navidades uno o dos días antes de que fuera a Colombia. Lo encontré muy bien. Él estaba muy animado, con muchas ganas y como siempre, estupendo, riéndose, echándonos mucho de menos".
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El torero, que estos días había visitado lugares como Manizales, Cartagena de Indias y Bogotá junto a su esposa María Ángeles Grajal, ha fallecido de un ataque cardíaco cuando se ha despertado, según explicaba su hijo. El diestro había superado el coronavirus y otras dolencias de gravedad, como el edema pulmonar que sufrió en 2019 o cuando fue ingresado en un hospital madrileño por una lesión de espalda en 2020. En su última aparición pública aseguraba encontrarse bien, especialmente después de haber recuperado la movilidad. Había logrado no solo volver a caminar, sino a torear, como bien ha contado su amigo Ortega Cano.