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Jaime Ostos ha fallecido esta mañana de sábado a los 90 años de edad. El diestro sevillano, toda una figura del toreo en su época, moría de un infarto mientras se encontraba de viaje de placer en Colombia. Será en el país latinoamericano donde su cuerpo será incinerado y después se repatriarán sus cenizas a España, han confirmado sus familiares. Jacobo, hijo del maestro, revelaba que "mi padre estaba genial y ha muerto como quería, bailando con su gente y con su gran amor", contaba este vía mensaje en el programa Viva la vida. Unido durante casi cuatro décadas a su esposa, la neumóloga María Ángeles Grajal, una de las últimas apariciones públicas del extorero se produjo el pasado 22 de noviembre. Acudía entonces con su vástago a un acto de la peña Las meninas de España y aseguraba ante los medios que estaba "muy bien", ya que había pasado de "no poder andar siquiera" a hacerlo con cierta normalidad.
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Jaime Ostos abandona el hospital tras dos meses ingresado
Contaba también que los médicos le habían dicho que sería muy difícil que volviera a caminar, pero en uno de sus últimos análisis se sorprendieron al ver que no tenía problemas para ello. Uno de los doctores "me dijo que no creía en los milagros, y ahora sí", relataba entonces el protagonista. Confesaba Jaime Ostos que no tenía miedo a la muerte y, "si es verdad que el cielo existe, a mí me tendrán que hacer un huequecito" algún día, señalaba. Dijo que antes "corría unos ocho kilómetros diarios", por la vida saludable que siempre intentó llevar. "Son 90 años y siete meses los que tengo en lo alto, 40 con mi mujer", donde aseguraba que no había necesitado "ni una aspirina". "No he fumado ni he bebido nunca", apostillaba. Sobre sus deseos para este 2022, pedía "que la gente sea feliz" ya "que el odio no sirve para nada". Remarcaba que "siempre hay que amanecer pensando en hacer algo para quien lo necesite", decía.
Jaime Ostos conoce a sus nietos tras reconciliarse con su hija Gabriela
Según declaraba, "lo más importante" de toda su trayectoria había sido el poder ayudar a los más desfavorecidos, mostrando orgulloso "la cruz de la beneficencia de España con distintivo blanco" que llevaba en la solapa de su chaqueta. Y "lo bonito es que haya gente acordándose de uno con la que está cayendo", añadía emocionado. El estado de salud del célebre matador de toros, que pasaba las Navidades al otro lado del charco en casa de unos amigos acompañado por su familia, era especialmente delicado en los últimos tiempos. El torero, que estos días había visitado lugares como Manizales, Cartagena de Indias y Bogotá, ha fallecido de un ataque cardíaco cuando se ha despertado, según explicaba su hijo. El diestro había superado el coronavirus y otras dolencias de gravedad, como el edema pulmonar que sufrió en 2019 o cuando fue ingresado en un hospital madrileño por una lesión de espalda en 2020.
Así hablaba María Ángeles Grajal de la salud de Jaime Ostos tras su último bache
Nacido en Écija el 8 de abril de 1933 en el seno de una familia de clase media, Jaime Ostos llegó a ser apodado con el sobrenombre de "corazón de león" por su arrojo y valentía en los ruedos durante los años 60 y 70. Desde que se retiró y se vistió de luces por última vez, su presencia en las plazas para acudir a los festejos era una constante. Se casó dos veces, la primera con María Consuelo Alcalá, con la que tuvo dos descendientes: Gabriela, que le dio dos nietos de su matrimonio con Bertrand Nouël; y Jaime, casado con Yolanda García López. El torero andaluz y su mujer se separaron tras nueve años juntos, y posteriormente, él mantuvo una relación sentimental con la actriz argentina Lita Trujillo. Después, volvió a dar el "sí, quiero" en marzo de 1987, esta vez a la doctora María de los Ángeles Grajal cuando ambos ya eran padres de Jacobo. Jaime Ostos también tenía otra hija llamada Gisela, paternidad que fue declarada por un juzgado en 2003 tras la demanda que interpuso contra él la madre de la joven, Aurora Díaz Cano.
Jaime Ostos recurre la sentencia que establece que Gisela es su hija legítima