La vinculación de la Familia Real griega con St. Moritz, la exclusiva estación de esquí en los Alpes suizos, se remonta a hace cien años. El rey Constantino I de Grecia, abuelo del actual monarca heleno y de la Reina Sofía, fue uno de los primeros visitantes de este complejo turístico, en el valle de la Engadina, en las décadas de 1910 y 1920. Cien años después, sus descendientes siguen siendo los ‘reyes’ de las pistas de esquí.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Pablo y Marie-Chantal de Grecia han pasado las fiestas en St. Moritz junto a sus cinco hijos: María Olympia, Constantine Alexios, Achileas Andreas, Odysseas Kimon y Aristides Stavros. Toda la familia está disfrutando de los deportes de invierno y las veladas que se celebran en estas fechas en la estación suiza. Este año, los Glücksburg tiene un miembro más: el aristócrata inglés Peregrine Pearson, novio de Olympia.
El príncipe Philippos de Grecia, hijo pequeño del Rey heleno, y su mujer, Nina Flohr, también se encuentran estos días en St. Moritz. El padre de la nueva princesa, conocido como el ‘rey de los jets privados’, tiene una mansión de siete plantas llamada Ches’Aivla (’Nido del Águila’) en la ladera de la montaña Suvretta. La propiedad de los Flohr cuenta con sala de cine, biblioteca, bodega, spa, pista de squash, sala de billar, bolera y hasta su propia pizzería.