El meteórico triunfo de Elizabeth Holmes, fundadora de la empresa Theranos, la convirtió en millonaria con solo 31 años y también unió a su nombre al del fundador de Apple, Steve Jobs, con quien ha sido comparada en muchas ocasiones por su éxito. Sin embargo siete años después de este hito, la situación ha cambiado radicalmente para la empresaria. Un jurado de Estados Unidos la acaba de declarar culpable de tres cargos de fraude electrónico y uno de conspiración para defraudar a los inversores, aunque ha sido declarada inocente de otros cuatro. El jurado no llegó a un acuerdo con respecto a tres cargos más que se le imputaban. La emprendedora no ha sido detenida y no hay fecha para la aplicación de la sentencia que podía conllevar una pena máxima de 20 años por cada uno de los cargos y una multa de 250.000 dólares (casi 220.000 euros). Tendría además que devolver el dinero a aquellos que fueron estafados.
Holmes fundó su compañía tecnológica de salud Theranos en 2003 y pronto atrajo mucha atención de los inversores pues supuestamente había inventado un sistema revolucionario para abaratar los costes de los análisis de sangre. Aseguró que había desarrollado una máquina que podía hacer una serie de análisis médicos con solo unas gotas de sangre (se obtendrían de un pinchazo en el dedo del paciente), lo que abarataba en cuatro veces el precio de las pruebas tradicionales. Se convirtió así en toda una sensación en Silicon Valley, cuna y laboratorio de innovaciones tecnológicas, y se la llegó a comparar con Steve Jobs, visionario de la tecnología y el márketing.
Sin embargo una investigación publicada por The Wall Street Journal en 2015 puso en duda la credibilidad de los análisis y acusó a la compañía de diluir las muestras para aumentar su volumen. Estas acusaciones provocaron que el Departamento de Justicia de EE UU presentara cargos contra Holmes y el expresidente y exconsejero de operaciones de la compañía, Ramseh Sunny Balwani (expareja sentimental de Holmes), a quienes acusó de haber engañado a los inversores, a los doctores y a los pacientes. La empresa Theranos se disolvió en septiembre de 2018.
En el juicio, Elizabeth Holmes se defendió y detalló por qué quería ayudar a la gente. “Trabajamos durante años con equipos de científicos e ingenieros para miniaturizar todas las tecnologías en el laboratorio”. Durante el proceso se escuchó el testimonio de pacientes e inversores a los que, según el fiscal del caso, la acusada estafó. Los abogados de Holmes dicen que la empresaria no tenía intención de defraudar sino que “subestimó ingenuamente” los desafíos a los que se enfrentaba su empresa.