“Pido un respiro… No pido mucho, solo un respiro”. Así hablaba Olivia de Borbón el pasado julio en ¡HOLA!, tras sufrir los meses más duros de su vida. Entonces, la hija del duque de Sevilla trataba de sobreponerse a las dos importantes pérdidas familiares. No hay que olvidar que, el 13 de febrero de 2020, falleció su hermana, Cristina de Borbón, a los cuarenta y cuatro años. Un mes después, despidió a su madre, la princesa Beatriz von Hardenberg, quien murió a los setenta y dos años, a consecuencia de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica. “Nuestra tragedia personal fue unida a la pandemia y a tanta tristeza alrededor…”, nos confesaba Olivia muy afectada.
Gracias a su familia, la hija del duque de Sevilla ha logrado sacar fuerzas para salir adelante. Incluso, recuperar la ilusión por las Navidades. Así lo constatan las imágenes tomadas en Marbella, donde reside junto a su marido, Julián Porras-Figueroa, y los dos hijos del matrimonio: Flavia y Fernando, de cinco y tres años, respectivamente. Todos ellos pasaron un bonito día en el acuario de la ciudad malagueña, observando a las distintas especies de peces. “Fernando ama a los animales. Y Flavia es todo magia. Tiene muchas cosas de mi madre y mi hermana: su maquillaje, sus tacones, el ir siempre conjuntada…”, nos dijo Olivia en julio de sus hijos, que han conseguido que la aristócrata vuelva a sonreír.