2021 ha sido un año muy complicado para Ainhoa Arteta, pero, afortunadamente, la cantante de ópera lo termina mucho más recuperada de sus problemas de salud y rodeada de sus seres queridos. Hace unas semanas disfrutó de unos días en Berlín junto a una de sus mejores amigas, la mezzosoprano María José Montiel, y ahora encara la recta final de diciembre en su tierra natal, San Sebastián, en compañía de toda su familia. Pero antes de poner rumbo al norte, hizo una parada en Madrid para reunirse con su hija Sarah Croft, de 21 años, que estudia y vive en la capital. Madre e hija realizaron numerosas gestiones y Arteta acompañó a la joven al WiZink Center para ponerse la vacuna del coronavirus.
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- Así es Sarah Croft, la hija de Ainhoa Arteta que ha decidido dedicarse a la música
La soprano, a la que vemos hablando en estas imágenes hablando por teléfono, eligió un look muy cómodo para este día junto a su hija por Madrid. Llevaba un gran plumas, unas deportivas y la mascarilla, que ha vuelto a ser obligatoria en el exterior tras el aumento de contagios por la variante omicron. Sarah, por su parte, también apostó por un conjunto deportivo y zapatillas. A la salida del centro, la joven se tocaba el brazo en señal de que sentía ciertas molestias tras el pinchazo, pero luego la vimos charlando animadamente por el móvil.
Ainhoa Arteta ha vivido un año muy complicado. A principios de 2021 se contagiaba de covid y tenía que lidiar con una "tediosa y dolorosa" secuela que afectaba a la movilidad. "Como tenía muchos dolores, mi traumatóloga me hizo una resonancia magnética y ahí salió que tenía un edema en las rótulas", dijo tras ser vista en una silla de ruedas. Cuando parecía que todo marchaba mejor, la soprano sufrió en el mes de julio un cólico nefrítico, del que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Las complicaciones provocaron su ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos debido a una septicemia por infección producida por una bacteria. Un mes estuvo en el hospital y a finales de agosto fue dada de alta. Entonces se supo que había perdido una falange de un dedo de la mano derecha y una pequeña falange de un pie, una secuela que "está llevando bien", según desvelaba su amiga Ana Rosa Quintana, ya que se trataba de un mal menor, teniendo en cuenta que durante su ingreso hospitalario se llegó a temer por su vida.
Estos problemas de salud coincidieron con su separación de Matías Urrea, pero la ganadora de una Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes no quiso pronunciarse al respecto y sigue sin hacerlo. Prefiere centrarse plenamente en su recuperación y olvidarse de los malos momentos vividos, a juzgar por el balance que ha compartido con todos sus seguidores. "2021, por fin nos dices adiós. Me has cambiado la vida así de repente, sin esperarlo. Has puesto a prueba mi capacidad de aguante, mi resistencia. Has puesto mi vida al borde de un precipicio. Has probado mis fuerzas más allá de lo soportable. Me has hecho llorar de dolor, de rabia, de miedo, de vértigo", ha comenzado diciendo.
La cantante ha asegurado que este año ha conocido "la traición, la decepción, la deslealtad, la soledad" y que ha logrado vencer a los envites de este duro año. "Quisiste derrotarme, pero no me rendí. Entendí que el final de mi camino me estaba esperando más arriba, más lejos, más alto y seguí creyendo, seguí luchando, seguí y seguí y seguí, incansable día a día", ha continuado. "Usé el silencio como escudo ante la ofensa, la profundidad de mis raíces para ser capaz de mirar muy alto, busqué mi fuerza interior para nadar a contra corriente. Me levanté siempre después de cada tropiezo, de cada reacaída, de cada decepción y aquí estoy, 2021, para tu sorpresa, derrotándote yo a ti en las tus últimas horas". Arteta se ha despedido dando la bienvenida al 2022, un año que para ella es sinónimo de futuro. "Sigo en marcha: llegaré a la meta, alcanzaré la cumbre. ¿Mi futuro? Mira lejos, muy lejos, más lejos. Venceré. 2022, eres el año de la esperanza, de la ilusión, de la recuperación".