El pasado febrero, Tiger Woods , de cuarenta y cinco años, sufrió un accidente que estuvo a punto de costarle la vida mientras circulaba por una ciudad del condado de Los Ángeles. El golfista tuvo que ser intervenido durante seis horas de diversas fracturas en la tibia, el peroné y el tobillo. Más de cinco meses después del siniestro y tras semanas de rehabilitación, el deportista ha sido fotografiado en una de sus primeras imágenes tras el incidente. Lo ha hecho junto a su pareja, Erica Herman , que trabajaba en el restaurante que Tiger posee en Florida llamado The Woods, y sus hijos, Sam Alexis, de catorce años, y Charlie, de doce, fruto de su matrimonio con la modelo sueca Elin Nordegren.
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Ha sido con este último, su benjamín, un joven que sueña con seguir los pasos de su padre, con el que El Tigre ha participado en el PNC Championship de Orlando (Florida, Estados Unidos), un concurso no oficial en el que juegan padres e hijos y en el que quedaron segundos. Muy cerca, las chicas no se perdían esta gesta. Los dos hijos de Tiger Woods son su viva imagen, un hombre renacido que ha vuelto a la vida tras estar muy cerca de la muerte.