Este no ha sido un buen año para Cayetana Guillén Cuervo. Tal y como cuenta a ¡HOLA!, su 2021 ha estado marcado por una importante pérdida: la de su suegro –el padre del fotógrafo de origen palestino Omar Ayyashi–, fallecido en mayo. Sin embargo, la actriz y presentadora siente a su familia todavía más unida y eso la anima a volver a afrontar las Navidades con ilusión. Cayetana no sólo prepara un gran viaje para los próximos días, sino también varias reuniones junto a su madre, la gran actriz Gemma Cuervo, y sus hermanos. Así nos lo adelanta la propia artista, que vuelve a formar parte de la programación navideña de TVE, participando tanto en el mítico Telepasión como presentando el programa Versión Española. Además, Cayetana nos habla de los planes de futuro de su único hijo, Leo, de quince años, fruto de su matrimonio con Omar Ayyashi.
-¿Cómo piensas pasar estas fechas? ¿Tienes programado plan especial o viaje?
-Pues sí, ¡nos vamos a Nueva York! Vamos a pasar Fin de Año en el avión, porque nos pilla volviendo. Nos tomaremos las uvas y las copas de champán allí… Será genial. Me parece un planazo. Luego, llegaremos frescos como una lechuga, cuando esté todo el mundo con resaca y dolor de cabeza, y haremos la comida de Año Nuevo y juntaremos a la gente en casa… ¡Y saldré de marcha el día 1! (ríe).
-¿Te gusta la Navidad?
-Me gusta. Suelo poner el árbol y la decoración lo antes posible en casa. Soy muy anfitriona y me gusta reunir la gente en casa: amigos y familia por Navidad y por Nochevieja. Soy la responsable de que mi familia se vea más de lo que se vería, soy yo la que aglutina a la familia. Entonces, la Navidad me gusta.
-¿Qué es lo que más te gusta?
-El ambiente, quedar con mis amigos… Es una excusa estupenda para ver gente que hace tiempo que no veo, para hablar con gente que hace tiempo que no hablo. Se echa de menos a los que no están, pero es bueno echarles de menos, porque así no nos dejan. Cuanto más pensemos en ellos, más tiempo están con nosotros. Eso es lo que dice este texto precioso que es En nuestra ciudad: hay que recordar a la gente que se ha ido, a ser posible con una copa de champán en la mano, recordando todo lo bueno. En mi casa, faltan mi padre y el padre de Omar, pero están con nosotros. ¡Por supuesto que están!
-¿Qué recuerdos tienes de tu familia en Navidad?
-Todos, porque nos aglutinamos mucho en Nochebuena, Navidad… Fin de Año es más de amigos, aunque también intento mezclar... Luego, en Año Nuevo también. Ya el día cinco, hacemos merienda de Reyes. Y el día siguiente, lo pasamos casa de mi madre y siempre nos juntamos todos. ¡Y cada vez somos más! Acaba de nacer otra niña que se llama Martina. ¡Mi madre ya tiene seis nietos y tres biznietos!
-Hablando de tu madre, le acaban de conceder el Max de Honor, el mayor premio teatral en nuestro país. ¿Cómo la encuentras a ella –a sus ochenta y cinco años–?
-Mi madre está en un momento que me la como con patatas. Le han concedido el Max de Honor, el Pop-Eye de teatro… Ella ha sido feliz. La gente salía de los restaurantes para aplaudirla, el pueblo colapsado aplaudiéndola. La gente la quiere muchísimo y eso es lo que le da años de vida. Mi madre está mejor que nunca, con un carácter maravilloso, con ganas de trabajar, de hacer cosas y de salir... Y está rodeada de familia. ¡Ya te digo que tiene tres hijos, seis nietos y tres biznietos!
-Tu hijo va a cumplir dieciséis años. ¿Crees que seguirá los pasos de la familia en la interpretación?
-Claramente, no. Leo está estudiando triple ciencia. Se irá fuera a estudiar la carrera y quiere elegir una ingeniería… O sea, que nada que ver con el mundo del arte. Lo respeta mucho y es un niño estupendo, de cabeza, de todo… Es un niño bueno. Pero no, creo que no va a seguir la saga.
-Formas parte de la programación navideña de TVE. Será todo un honor para ti.
-Me siento muy agradecida. Formar parte de Televisión Española es ser una cara de la cadena que forma parte de mi vida, pues llevo corriendo por los pasillos de Prado del Rey desde que soy una niña, desde que mis padres hacían los Estudio Uno. Luego, me he convertido un poco en la cara de la cultura, año tras año. Para mí, es una forma de vida, es servicio público. Me siento muy honrada de formar parte y ser cara de la cadena pública de este país. En Navidad eso significa meternos en las casas de las familias, acompañar a la gente, que se sientan más acompañados por su familia de la tele, que somos nosotros, los que estamos cada día entrando en sus casas a la hora de comer, de cenar, con personajes de ficción o como personajes públicos con nuestra tribuna. El público me da mucho cariño y yo intento devolvérselo haciendo mi trabajo lo mejor posible.
-¿Guardas con cariño algún recuerdo ligado a la pequeña pantalla?
-Recuerdo los especiales de Martes y 13, ¡los que más! ¡La empanadilla al poder! (ríe) Pero me gusta especialmente Telepasión. En casa, siempre tenemos la tele de fondo en Nochebuena y se escuchan todos los números de Telepasión. Incluso nos levantamos de la mesa si queremos ver alguno de forma especial. Forma parte de la reunión familiar. La navidad con TVE es la navidad que quieres, la que siempre esperas que llegue. Y en Nochevieja, que suelo hacer yo también la cena y mezclo familia y amigos, pues siempre nos tomamos las uvas con La 1. Eso es así, Siempre, siempre.
-Anne Igartiburu y Ana Obregón vuelven a ser las elegidas para dar las Campanadas en TVE. ¿Qué destacarías de ellas?
-Las conozco personalmente, las quiero. Son unas profesionales maravillosas, compañeras estupendas y buenísima gente. Se merecen dar estas Campanadas y todas las del mundo. Y juntas, ¡estupendo! Dos mujeres guapas, poderosas, divinas… Además, forman parte del imaginario de este país: todo el mundo las quiere. ¡Me parece una gran idea! Claro que sí: ¡las rubias al poder y dando las uvas!
-¿Qué balance haces de este 2021?
-El balance es muy bueno porque estoy sana, estoy viva, mi hijo está sano, mi chico, mi familia están bien... Bueno, solamente, se nos ha ido una persona que es el padre de Omar este año y eso es muy doloroso. Podría haber vivido muchos más años, porque solo tenía setenta y dos años, era muy joven. Ese es el mayor palazo que hemos sufrido en la familia este año. Por lo demás, las cosas están bien. Estamos trabajando, tenemos salud, tenemos buenos augurios, buen horizonte. El COVID no ha castigado a nadie. Lo hemos pasado todos, o casi todos, pero no ha sido grave. Y tenemos ilusión por el año que entra.
-¿Algún propósito personal para el 2022?
-Pues como foco o como meta, para mí es importante dar la mejor versión de mí misma a la gente que tengo al lado: a mi familia, a la gente con la que trabajo... Soy una persona nerviosa, hiperactiva e intento canalizar eso para hacer cosas buenas. Construir y sumar. Intento llegar a todo y ser una buena amiga, una buena pareja, una buena compañera… Ser buena gente me importa mucho.