Rosanna Zanetti está emocionada porque se acercan unas fechas muy especiales, después de un año cargado de trabajo tanto para ella como para su marido, David Bisbal, que han compaginado con el cuidado de sus dos hijos, Matteo, de dos años, y Bianca, que cumplió un año a finales de octubre. Para la modelo y actriz venezolana, su familia es su mundo y atraviesa un momento muy dulce, no solo en su faceta como madre, sino también en el terreno profesional. Este año se ha lanzado al diseño de complementos de maternidad y está encantada con este nuevo reto y ya pensando en su próxima colección. En la última semanas, ha asistido a varias fiestas, presentaciones y a una cita muy especial, el concierto que Bisbal ofreció en el Teatro Real de Madrid. Una vorágine de trabajo, después de un mes de noviembre complicado, ya que el cantante contrajo el coronavirus a su regreso de su gira por Estados Unidos, lo que les obligó a estar sin poder verse más de un mes. Pero todo ha quedado atrás y ambos están muy felices por sus respectivos éxitos profesionales, por la bonita familia que han formado y por todo lo bueno que estar por llegar el año que viene. Hemos podido hablar con Rosanna en uno de los últimos eventos a los que asistía, una fiesta de influencers organizada pro la firma GHD, y nos ha hablado de su familia, de su balance de 2021 y sus proyectos para 2022.
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-¿Qué balance haces de este 2021?
-Estoy muy agradecida porque mi familia está superbién, mis niños nos dan demasiada alegría, tengo proyectos laborales que he estado desarrollando y que ya vieron la luz, entonces eso me llena muchísimo la parte personal como Rosanna, no como mamá ni como esposa, y luego, también estoy agradecida por nuestros proyectos familiares personales. Yo estoy feliz como estoy y si el año que viene sigue como este, yo no pido nada. Normalidad, lo único. Ahora más que nunca, uno le da mucho valor a la normalidad. A mi si me preguntan ¿qué vas a hacer el 24 y el 31 de diciembre? Y digo que quiero poder reunir a todos en casa, con una rica comida, una conversación recordando cualquier cosa… Vamos, normalidad, porque, sobre todo, teniendo trabajos que son tan de estar corriendo y viajando, uno lo que añora es la casa y la familia y no pide más.
-Sí, porque las pasadas navidades no pudisteis reuniros todos juntos
-Claro, había restricciones en las reuniones familiares y tuvimos que ver a los padres de David por un lado, al resto por otro… Pero, poco a poco, parece que vamos saliendo y eso se agradece.
“Yo siempre he dicho que mi ideal sería tener tres niños, pero no ahora tan seguidos”
-Y para el año que viene, ¿qué planes tienes?
-Ahora estoy enfocada en mi colección que acaba de salir de crianza, maternidad, paternidad y bebés, porque es posible que saquemos una segunda colección el año que viene, entonces estamos desarrollando un poco. Y con nuestros proyectos personales con los niños, que también hay cositas, pero hay que esperar a que se confirmen. Pero, sobre todo eso, centrada en la familia y viendo proyectos de trabajo, enfocada en Betribe, con la colección que tengo.
-El pasado mes de noviembre no fue fácil para tu familia porque David tuvo que estar confinado tras su gira por Estados Unidos. ¿Cómo estáis ahora y cómo lo vivisteis?
-Ahora estamos felices y compartiendo al máximo. Los niños también, porque a pesar de que son pequeños y parece que no se enteran y se dan menos cuenta de la ausencia, sí que notan la presencia de David en casa.
-Es una faena lo que le pasó
-Sí, ha sido mucho tiempo y quizá los niños no tienen tanta noción del tiempo pero fueron cuarenta días, ellos no, pero yo los cuento. Ahora estamos muy contentos, sobre todo Matteo, que tiene mucha papitis y está que no se separa de su padre.
-Y la pequeñita, ¿cómo está?
-Ella es muy dulce, es muy risueña, es muy delicada y tiene ya un año que es una etapa tan rica, que interactúa, que está empezando a caminar… Yo ahorita estoy feliz.
-Si empieza a caminar, empieza la época de la locura
-¡Claro! Porque todo es peligroso, cualquier escalera, cualquier cosa… Pero bueno, eso quiere decir que están sanos, que están creciendo cómo debe ser y cada etapa tiene su encanto y su parte también frustrante como padres -dice riendo-.
-¿Cambia mucho la vida de tener un hijo a tener dos?
-Sí, cambia bastante. Sobre todo que son dos bebés, en dos años. Se llevan un añito y medio nada más… ¡son aún dos bebés! Hubo una temporada que estábamos súper agotados… Era como esa ambigüedad de ser demasiado feliz, pero a la vez demasiado agotado y ahorita, gracias a Dios, todo está como encajando ya cada cosa en su espacio, con su tiempo y disfrutándolo.
-¿Te animarías a tener un tercer hijo?
-Yo siempre he dicho que mi ideal sería tener tres niños pero no ahora tan seguidos. ¡Pregúntamelo en dos, tres años a ver si me animo!