Conmoción por la muerte de Verónica Forqué, a los sesenta y seis años. El pasado lunes 13 de diciembre, la actriz fue encontrada sin vida en su residencia de Madrid. “Estoy regular, necesito descansar. Yo no soy de tirar la toalla, pero esta vez hay que ser humilde y decir que no puedo más”, manifestó durante las grabaciones de MasterChef Celebrity , el programa en el que participaba.
La intérprete había confesado haber sufrido varias depresiones en los últimos años. El talent show culinario le devolvió la popularidad de los ochenta y noventa y acercó su figura a las nuevas generaciones. Hija del productor y director José María Forqué y de la escritora Carmen Vázquez-Vigo, debutó, en 1972, con Mi querida señorita, de Jaime de Armiñán, y trabajó para directores como Luis García Berlanga, Fernando Trueba o Fernando Colomo, pero fue con Pedro Almodóvar con quien logró el gran salto de su carrera en la gran pantalla. Primero, con ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, y después, con Matador y Kika. “El vacío que deja en nuestras vidas y nuestro cine es irrecuperable”, ha lamentado el cineasta manchego. Otras chicas Almodóvar, como Rossy de Palma y Bibiana Fernández, también han llorado su muerte. “Desolación absoluta”, ha escrito esta última. Terelu, compañera en MasterChef, ha lamentado: “Qué generosa has sido con todas las cosas que me decías de mi hija. Siempre serás una grande”.
Estuvo casada durante treinta y cuatro años con el productor y director Manuel Iborra, padre de su hija, María, del que se divorció en 2014: “Es el hombre de mi vida”
Una vida ‘trascendental’
Verónica Forqué ganó cuatro premios Goya. Junto a su compañera Carmen Maura, era la más galardonada de la Academia, aunque no le gustaba presumir de ello. De hecho, le regaló uno a su peluquero y otro a una niñera de su hija. También trabajó en televisión y en teatro, donde debutó con diecinueve años, en la compañía de Nuria Espert. Su intensa trayectoria profesional contrastaba con su tranquila vida personal. Tras un breve romance con el actor Joaquín Kremel, Verónica Forqué se casó, en 1981, con el productor y director Manuel Iborra, con el que también formó tándem profesional. Él la dirigió en varias películas y en la inolvidable serie Pepa y Pepe. En 2014, tras treinta y cuatro años de relación, se separaron. “Es horrible darte cuenta de que no sientes nada por tu pareja, pero he salido muy fortalecida”, comentó ella en una intervención televisiva, en la que, por el contrario, también añadió: “Es el hombre de mi vida”. Juntos tuvieron a su única hija, María, de treinta y un años. La joven, DJ y artista experimental, estaba muy unida a su madre y, por eso, solo ha logrado pronunciar un sentido ‘gracias’ a la salida del domicilio de Verónica, horas después de la pérdida.
“El vacío que deja en nuestras vidas es irrecuperable”, ha lamentado Almodóvar
“Trascendental”. Así ha sido como la ha definido Antonio Banderas, también en «shock» por el fallecimiento. En efecto, la actriz era una gran amante del yoga, la meditación, era seguidora de un gurú hindú y solía viajar a la India. Hasta allí se desplazó hace unos años cuando, en poco tiempo, vivió el divorcio de su marido, la muerte de su madre y la de su hermano, el también director Álvaro Forqué. Fue entonces cuando cayó en una depresión. “Con tratamiento y pidiendo ayuda, se sale y se sale más fuerte y mejor, pero es necesario la ayuda de psiquiatras, de médicos y del tiempo, además de la fuerza de uno… La vida sigue”, confesaba en una entrevista para ¡HOLA!. La mujer que hizo reír a toda España ha provocado una lluvia de lágrimas en su inesperado adiós.