Verónica Forqué será siempre una de las grandes de nuestro cine, un mundo -y el de la cultura en general- que llora hoy el fallecimiento de la reconocida actriz a los 66 años. En su extensa filmografía, títulos imprescindibles que le valieron nada menos que cuatro Premios Goya, galardones que ganó junto al cariño y la admiración de toda la profesión. También la recordaremos por ser "chica Almodóvar", sin duda una de las más genuinas, sin desdeñar ni mucho menos sus aplaudidos trabajos en distintas series de televisión y sobre las tablas en sus obras de teatro. Hija del director y productor José María Forqué y de la escritora Carmen Vázquez-Vigo, Verónica estudió arte dramático e inició la carrera de psicología, aunque esta última nunca la llegó a terminar. Se inició en el celuloide trabajando en películas de su padre a principios de los 70, hasta llegar a convertirse en una popular intérprete de comedia durante la década de los ochenta, período este el que consigue llevarse a casa los codiciados "cabezones".
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El gran salto en su carrera se produjo de la mano del cineasta manchego, cuando la convirtió en la entrañable Cristal de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984). A lo largo de su trayectoria, trabajó también con Fernando Trueba en Sé infiel y no mires con quién y El año de las luces, película por la que obtuvo su primer Goya como actriz de reparto. Su amistad con Fernando Colomo se tradujo en dos comedias de gran éxito, Bajarse al moro y La vida alegre, logrando por esta última su primer galardón de la Academia como protagonista. Ese mismo año, (1988) también ganó un segundo Goya como actriz de reparto por Moros y cristianos, de Luis García Berlanga. De esta forma, se convirtió en la primera intérprete femenina en ganar dos Goya en la misma ceremonia, cosa que no ocurriría hasta 29 años después con Emma Suárez recogiendo en 2017 dos cabezones en el mismo año. A principios de los noventa, Verónica Forqué comenzó su colaboración con Manuel Gómez Pereira en las comedias Salsa rosa y ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?, que se repitió en 2005 con Reinas.
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En 1993 obtuvo su cuarto Goya por su papel protagonista en Kika, de Pedro Almodóvar. También en la pequeña pantalla cobró notoriedad al participar en series como Ramón y Cajal (1982), El jardín de Venus (1983), Platos rotos (1988), Eva y Adán: agencia matrimonial (1990-1991) y Pepa y Pepe (1995) o La que se avecina (2014). En el teatro, destacó con su papel de Carmela en la primera representación de la obra de José Sanchis Sinisterra, ¡Ay, Carmela! (1986). Otras funciones importantes en su haber fueron ¡Sublime decisión! (1984), Doña Rosita la soltera (2004), La abeja reina (2009) y Shirley Valentine (2011). Como directora escénica, se puso al frente del montaje de la obra Adulterios, de Woody Allen en 2009.
Su último trabajo para el gran público ha sido como concursante de la sexta edición de MasterChef Celebrity de TVE, el concurso culinario donde conquistó tanto a sus compañeros como a los seguidores del formato por su desparpajo, espontaneidad y simpatía. En doblajes, muchos la recuerdan por su trabajo en la mítica cinta de terror El Resplandor de Stanley Kubrick, protagonizada por Jack Nicholson y Shelley Duvall. Además, había puesto su voz recientemente a una nueva producción de HBO Max, la serie de animación para adultos Pobre Diabla que está pendiente de estreno. La intérprete madrileña también tenía dos películas por llegar que se han convertido en póstumas: A mil kilómetros de la Navidad, de Netflix; y Espejo, espejo del director Marc Crehuet.
Verónica Forqué: una vida dedicada a la interpretación y 4 premios Goya