Londres, 2007. Una estilosa española de veinticuatro años recién licenciada en Empresariales, de pelo rubio y sonrisa tímida, dobla ropa y elabora albaranes como una dependienta más en la tienda de Zara de King’s Road, en pleno centro de la capital británica. Es Marta Ortega Pérez. Ninguno de los otros empleados conoce que su padre es el mismo Amancio Ortega, “El Jefe”, y que, por tanto, ella es “la heredera”. A Coruña, martes 30 de noviembre de 2021. Como todos los días después de dejar a su hijo, Amancio, en el colegio, Marta, de treinta y siete años, llega con su coche a las instalaciones de Inditex en Arteixo (Galicia) a las nueve de la mañana. Es entonces cuando comienza su horario laboral, que finaliza a las siete. Han pasado catorce años desde que iniciara su carrera profesional en el grupo textil, la mayor empresa española, que encuentra sus orígenes en 1975, cuando se abrió la primera tienda de Zara en la capital gallega. Pero hoy no es un día más.
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El consejo de administración del imperio textil ha aceptado la renuncia de Pablo Isla, presidente desde 2011, con motivo de su “desvinculación de mutuo acuerdo” de la compañía. De ese modo, la hija de Amancio Ortega, aquella chica que comenzó doblando camisetas, ha hecho historia al ser la próxima presidenta de Inditex, cargo que no asumirá hasta el próximo 1 de abril de 2022. Su nombramiento no tiene parangón: a los treinta y ocho años —los cumple el próximo 10 de enero—, se convertirá en la mujer más joven y poderosa del Ibex , la quinta en ostentar un cargo en la cúpula de la dirección de la bolsa española tras Ana Patricia Botín (Banco Santander), Beatriz Corredor (Red Eléctrica), María Dolores Dancausa (consejera delegada de Bankinter) y Cristina Ruiz (consejera delegada de Indra). En definitiva, una de las empresarias más influyentes del planeta. “Me siento profundamente honrada y comprometida por la confianza que se ha depositado en mí y enormemente ilusionada por el futuro que entre todos vamos a acometer”, han sido las primeras palabras de la futura presidenta.
Tan solo unas horas después de conocer el nombramiento, que copó los titulares de periódicos y revistas de medio mundo, Marta acudió a su primer acto. El miércoles 1 de diciembre, hacía realidad un sueño largamente acariciado durante los últimos meses e inauguraba Untold stories, la retrospectiva del fotógrafo Peter Lindbergh, fallecido en 2019, a los setenta y cuatro años, en el muelle de Batería del puerto de A Coruña. Un proyecto que ella misma ha auspiciado debido a la amistad que la unía al alemán, por cuyo objetivo en blanco y negro pasaron algunas de las mujeres más famosas del mundo de la moda y el cine, como Naomi Campbell, Charlotte Rampling, Uma Thurman o la propia Ortega, el día de su boda con Carlos Torretta, en 2018.
Ese mismo miércoles, mientras los mercados asimilaban la noticia del relevo en la empresa española, Marta recibía la felicitación de algunas de las autoridades que acudieron a la inauguración. Entre ellos, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. Por la noche, la hija de Amancio Ortega, junto a Benjamin Lindbergh, el mayor de los cuatro hijos del fotógrafo y director de la Fundación Lindbergh, se convirtió en la anfitriona de una cena servida por Culler de Pau, el restaurante de dos estrellas Michelin de O Grove, con la que se daba el pistoletazo de salida a la exposición.
En la fiesta inaugural, convertida en una celebración oficiosa del gran acontecimiento empresarial del año, Ortega deslumbró con su habitual elegancia ante la presencia de personalidades del mundo de la moda, la cultura y la sociedad. A Coruña se convirtió en el punto neurálgico de la industria con la presencia de la misma Naomi Campbell, entre otros invitados en los que destacaban Jon Kortajarena; Esther Cañadas; Rossy de Palma; el artista Juan Gatti; Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino; el cineasta Luca Guadagnino, o Diana W. Picasso, diseñadora de joyas y nieta del pintor malagueño. La cantautora británica Lianne La Havas puso la nota musical. Al lado de Marta se encontraba Carlos Torretta, su marido. Hijo del famoso diseñador Roberto Torretta y de la estilista Carmen Echevarría, también trabaja en la compañía, en el área de comunicación de Zara. Marta empezó en Inditex, hoy una marca global, desde abajo y ha hecho de todo.
Marta Ortega ha convertido su tierra en el centro neurálgico de la moda internacional. Allí ha reunido a ‘popes’ del sector, como Naomi Campbell o Pierpaolo Piccioli
Hoy, la hija de Amancio Ortega Gaona desempeña sus funciones junto a Beatriz Padín, directora de Zara Woman, y trabaja en la supervisión de los diseños de ropa de mujer de Zara, el buque insignia del imperio textil, y ayuda a gestionar la imagen de la marca. Se trata de un negocio que en 2020 tuvo unos ingresos netos consolidados de catorce mil cien millones de euros. Todas las cifras de Zara dan vértigo: mil ochocientas cincuenta y cuatro tiendas en noventa y seis países, nueve fábricas y nueve centros de distribución en España, además de otro centro de distribución en los Países Bajos, así como alrededor de dos mil proveedores en España, Portugal, Marruecos, Turquía, India o China. Marta es una pieza clave de este complejo engranaje. La identidad de Zara se basa, en parte, en su imaginario, y ella es quien vigila de cerca esa imagen.
Su nuevo trabajo
Pero ¿en qué consistirá ahora su nuevo trabajo de presidenta? “No va a dejar de realizar las funciones que ha realizado durante los últimos años. Solo asumirá unas nuevas responsabilidades que, naturalmente, van aparejadas al cargo, como es liderar un consejo de administración. Seguirá visitando las tiendas, como también hace su padre, y sigue muy volcada en la estrategia de sostenibilidad de la compañía”, nos explica una fuente bien informada sobre la sucesión. Su número dos será Óscar García Maceiras, abogado del Estado, que se convierte en el nuevo consejero delegado de Inditex. Con su nombramiento ya no hay duda de que Marta es una de las mujeres más poderosas de la moda internacional. Pero parece que este estatus cambiará poco su dinámica en el imperio levantado por su padre, Amancio Ortega, que tiene ochenta y cinco años. “Me temo que no va a tener un despacho propio. Prefiere trabajar en un espacio abierto, codo con codo con el resto del equipo, como lo ha hecho hasta ahora. Su padre tampoco ha tenido un despacho nunca. Se construyó uno, pero nunca lo ha usado”, nos confirman.
La sucesión fue sugerida hace unos meses por The Wall Street Journal, uno de los periódicos económicos y de negocios más prestigiosos e influyentes del mundo. Marta concedía a finales de agosto su primera entrevista para este medio y allí hablaba de su futuro profesional, su visión del negocio y su vida diaria en Galicia. La publicación bautizó a Ortega Pérez como “el arma secreta de Zara”. La heredera nunca se había confesado así. Y nunca había posado de esa manera para una publicación, ante la cámara de su amigo el fotógrafo de moda estadounidense Steven Meisel, que durante los últimos treinta años ha retratado a todas las supermodelos: Naomi Campbell, Linda Evangelista, Christy Turlington, Claudia Schiffer… El diseñador israelí Alber Elbaz, que falleció en abril de este año, le enseñó a Marta una de las grandes lecciones de su vida: “Sé grande en el trabajo y pequeña en la vida”. “Es una de las mejores cosas que he escuchado”, reveló la empresaria a The Wall Street Journal. Y así es como gestiona ella su vida personal: con discreción y humildad. Su hogar es un dúplex en La Coruña, donde vive junto a su marido; su hija de un año, Matilda, y su hijo de ocho, Amancio (fruto de su primer matrimonio con el jinete asturiano Sergio Álvarez Moya). Allí se siente en paz, porque puede pasear por las calles tranquilamente. Todas las mañanas, después de dejar a su hijo en el colegio, acude a las oficinas centrales de Inditex, en Arteixo, y comienza la jornada con una reunión de equipo en la que, alrededor de una mesa, se revisa cada día cómo evoluciona la venta de las colecciones en los diferentes mercados. “Creo que habernos quedado en A Coruña ha sido parte del éxito de la empresa, ya que quizás nos da una perspectiva diferente”, explicó a The Wall Street Journal.
La pareja de moda
Las primeras fotografías en público de Marta y Carlos se tomaron en un desfile de su amigo el diseñador Narciso Rodríguez, en Nueva York, en septiembre de 2016. Desde entonces, forman una de las parejas más atractivas y poderosas del negocio de la moda. Su boda, celebrada en noviembre de 2018, en Galicia, dio testimonio de su influencia en el mundo fashion. Entre los asistentes se encontraban numerosos popes del negocio: desde Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino y autor de los cuatro vestidos que llevó la novia, hasta Peter Lindbergh, que realizó las fotografías oficiales del enlace, pasando por la influencer Sofía Sánchez de Betak y su marido, Alexandre de Betak. “Marta es muy humilde, pero, al mismo tiempo, por supuesto, tiene opiniones firmes sobre muchas cosas”, apuntaba entonces Pablo Isla en la entrevista para el The Wall Street Journal. Marta aseguraba que no tenía planes de asumir un rol de liderazgo formal en Zara. Pero tampoco lo descartaba. “Nunca sabes tu futuro y estoy abierta a él. Pero, para ser honesta, me gustaría estar cerca del producto. Creo que eso es lo que siempre hizo mi padre”. Cuatro meses después, se ha anunciado que será la presidenta.
Negocio de familia
Marta es la única hija del fundador de Inditex que trabaja en el grupo (Amancio Ortega tiene otros dos hijos, Sandra y Marcos, fruto de su primer matrimonio con Rosalía Mera). Comenzó su educación en el colegio de jesuitas Santa María del Mar en A Coruña y continuó formándose en el exclusivo internado Aiglon, de Suiza. Después volvió a su Galicia natal para estudiar Negocios en la Universidad de A Coruña y finalizó su formación en la Escuela Europea de Negocios de Londres. La empresaria tenía grandes aptitudes como amazona y, durante años, compitió en los torneos más importantes del mundo. Sin embargo, estaba destinada a trabajar en el negocio familiar. “Ha tenido total libertad para decidir su futuro profesional, pero lleva en la sangre la pasión por este negocio”, han subrayado alguna vez desde la compañía.
Marta es un referente de estilo. Es la mejor embajadora de Zara, pero, para las grandes ocasiones, confía en Valentino
Marta se enamoró por primera vez del proceso de creación de imagen y estilismo cuando era una adolescente y visitó en Barcelona el set de una sesión de fotos de Zara con su modelo favorita, Kate Moss. En ese momento, se dio cuenta de que la moda era lo suyo. Además, el tirón de la empresa familiar era demasiado fuerte. Su madre, Flora Pérez, también ha trabajado desde muy joven y durante muchos años en la empresa, lo mismo que otros miembros de la familia. A lo largo de estos catorce años de trabajo en Zara, Marta ha ido desarrollando su propia voz. Y, como decía Pablo Isla, es una voz fuerte, que importa y que es tenida en cuenta. “Es como la voz oculta de la marca”, ha dicho Fabien Baron, uno de los directores creativos y consultores de marcas más cotizados de la industria de la moda, con los que la empresaria suele colaborar. “Aporta una capa de sofisticación a Zara que tal vez Zara no tenía antes… Su padre creó un negocio y ella está construyendo una comunidad que ayudará a la empresa a pasar a otro nivel”.
Efectivamente, en los últimos años, Marta ha aportado una marca de refinamiento al universo Zara: ha fichado a fotógrafos de moda cotizados, como David Sims o Craig McDean, y ha entablado amistad con grandes diseñadores como Piccioli, director creativo de Valentino, cuyos desfiles nunca se pierde y del que suele vestir en las grandes citas a las que está invitada. Más recientemente, en las respectivas bodas de sus amigos Carlos y Felipe Cortina. Steven Meisel, autor de los retratos del reportaje de The Wall Street Journal, realiza las imágenes de la campaña semestral de Zara, y el difunto Peter Lindbergh se convirtió en una especie de amigo y mentor para ella, así como el también fallecido Alber Elbaz o Mario Sorrenti.
Con estilo propio
Al margen del plano empresarial, Marta también se ha convertido en un referente de estilo y en la mejor embajadora de Inditex. En su armario, abundan los diseños de Zara, ya sea para asistir a un desfile, a la hípica o para dar un paseo en familia. Siempre apuesta por los grandes clásicos, como unos jeans o abrigos de inspiración masculina, pero disfruta introduciendo toques de tendencia: como unos botones XXL o estampados animal. Además, le gusta combinar las últimas tendencias de Zara —incluso antes de que lleguen a las tiendas— con otros diseños de firmas de lujo, especialmente accesorios, como unas sandalias de Celine, unos zuecos de Hermès o unas bailarinas de Chanel.
Marta, al igual que su padre, no se plantea tener despacho propio. “Prefiere trabajar codo con codo con el resto del equipo”
Otras inquietudes
Desde 2015, también tiene cada vez más protagonismo en la Fundación Amancio Ortega, que creó su padre en 2001, el año que Inditex salió a bolsa, con una donación inicial de sesenta millones de euros. En los últimos quince años ha donado centenares de millones de euros. Entre otros grandes proyectos, en 2017, anunció la donación de trescientos veinte millones a la sanidad pública española para la lucha contra el cáncer. Marta, que forma parte del patronato de la fundación como vocal (su padre es el presidente y su madre, la vicepresidenta), está muy involucrada en los proyectos relacionados con la infancia y la juventud. Para ella, madre de dos niños, los jóvenes son el futuro. Ella, en cambio, ya es el presente.