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La noticia del fallecimiento de Almudena Grandes a los 61 años ha generado una gran conmoción. Desde todos los sectores se han volcado en destacar la importancia de su obra en la historia de la literatura de nuestro país, pero también han tenido en todo momento palabras de apoyo para el círculo íntimo de la escritora, que le ha dado dado el último adiós en el madrileño tanatorio de La Paz. El marido de la autora y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, así como la numerosa familia que formaron juntos compuesta por Mauro, Irene y Elisa, cuenta con el apoyo de amigos como los artistas Ana Belén y Víctor Manuel, cuyas miradas reflejaban una profunda tristeza al llegar a primera hora, abrigados y cabizbajos, a la capilla ardiente.
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La relación de Almudena Grandes y Joaquín Sabina era muy cercana, considerándose parte de la familia, por eso el cantante no ha querido faltar a darle el último adiós a su amiga, con la que además compartía su gran pasión por el Atlético de Madrid. Era la escritora quien contaba en Antena 3 que su marido y ella solían veranear en la localidad gaditana de Rota con el intérprete de 19 días y 500 noches, que conoció a Luis años atrás en Granada. Aunque la inmensa parte de sus vivencias juntos pertenecían a su ámbito privado, la propia autora contaba divertida que en una de sus fiestas de cumpleaños, Sabina apareció con Gabriel García Márquez.
Entre los rostros conocidos que ha despedido a Almudena Grandes se encuentran el Padre Ángel, el Gran Wyoming o Kiko Matamoros, que ha acudido junto a su pareja, Marta López Álamo. El colaborador no solo sentía un profunda admiración por la escritora sino que también les unían lazos familiares puesto que eran primos (las madres de ambos eran hermanas) y compartieron mucho tiempo juntos durante la infancia y la primera juventud. La noche del sábado, en el Deluxe, explicaba visiblemente afectado a sus compañeros que "es un día triste para todos en general porque son muchas las personas que han disfrutado durante muchos años de su escritura, pero, sobre todo, para la familia porque todos la queríamos muchísimo".
También a lo largo de la mañana hemos visto acercarse al tanatorio al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para transmitir sus condolencias a la familia. El mandatario ha lamentado el fallecimiento de la autora de títulos tan icónicos como Malena es un nombre de tanto, Los aires difíciles o El corazón helado y ha ensalzado el legado literario que deja: "Probablemente habría muchas perspectivas para calificar y describir su trayectoria y su aportación vital. Diría que Almudena ha sido una mujer comprometida con la palabra, con nuestra memoria, la memoria colectiva, y con su país. Desde su dimensión y su aportación intelectual ha hecho de nuestro país un país mejor".
Instantes después otros representantes gubernamentales han ido lleganddo a la capilla ardiente de Almudena Grandes, a la que la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, ha definido como un referente en todos los aspectos. Su "muerte precipitada", dice, ha sido "terrible, y creo que para su marido especialmente". Además, ha explicado que no ha podido conocerla mucho, que es más cercana a Luis, pero tenían personas en común. De las veces que ha estado con ella recuerda que le ha transmitido mucha fuerza y la ha visto como una mujer com "sentido del humor y amiga de sus amigas.
Entre los políticos que se han acercado al tanatorio se encuentran el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; la ex vcepresidenta primera del Gobierno y presidenta ahora de la Comisión de Igualdad del Congreso, Carmen Calvo; la consejera de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, que es además escritora; el exministro de Educación y actual Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo; la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra; el ministro de Cultura, Miquel Iceta; el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, así como el secretario general de CCOO, Unai Sordo.
Su relato más difícil
Hace tan solo un mes la propia Almudena escribían en El País Semanal el artículo más difícil de su vida al anunciar que padecía cáncer. La escritora explicaba con naturaludad que "todo empezó hace poco más de un año" durante una "revisión rutinaria" en la que le fue detectado un "tumor maligno". Al compartir esta noticia se mostró esperanzada, dispuesta a pelear y confiada tanto en el buen pronóstico que había recibido como en su equipo médico. "Estoy en las mejores manos, segura, confiada y fuerte", decía. Además, explicaba que había tardado tiempo en revelarlo porque necesitaba primero asumir la noticia para "estar tranquila, confabularme con mi cuerpo y conmigo misma" y que afrontaba la enfermedad como un aprendizaje.